El sector oficial transporta actualmente 500.000 litros de agua por semana a distancias cada vez más largas.
También el sector privado acarrea miles de litros de agua por día, para consumo humano e industrial. Al mismo tiempo se están instalando desalinizadoras, hasta ahora consideradas no aptas para el suelo chaqueño.
El gobernador dijo que esto se forzó “porque realmente se tiene agua para tomar o se muere, más o menos así de drástica es la situación. Tenemos que buscar la forma de paliar esta situación por lo menos durante la sequía”. En Boquerón están preparando cuatro plantas desalinizadoras, según Stoeckl.
Por otro lado, el proyecto acueducto lentamente avanza. Existe una comisión técnica interinstitucional ultimando detalles para la presentación del proyecto al Gobierno español, que anunció que destinará a dicha obra 35 millones de euros y el Ministerio de Obras Públicas (MOPC) ahora cuenta con 7 millones de dólares de contrapartida.
La cooperación sería formalizada en octubre durante una visita del presidente Fernando Lugo a España. Existe otra comisión que trabaja en un modelo equitativo de administración del acueducto, integrada por el MOPC, la gobernación de Boquerón, Asociación Rural del Paraguay y las cooperativas menonitas del Chaco.
Stoeckl dijo que buscan cómo integrar también a los indígenas, pero sostuvo que esto no le preocupa tanto sino que se inicie la obra y su forma administrativa se puede organizar después bastante rápido.
En octubre y noviembre de 2008 la temporada veraniega se inició con repetidas lluvias, pero a partir de diciembre del mismo año las precipitaciones mermaron. Desde aquel entonces hasta la fecha, nueve meses, gran parte de la Región Occidental sobrevive con chaparrones esporádicos y lluvias medianas aisladas.
Se habla de la sequía más fuerte desde hace 82 años. Muchos aljibes y tajamares en zonas urbanas y el campo están vacíos, pozos salinizándose y pastizales secos.
Los ganaderos compran heno y caña dulce y varios vendieron obligadamente hasta la totalidad de su hato de ganado. También se perdió la mayor parte de la cosecha de maní.
El agua que compran los pobladores solo alcanza para el consumo, mientras árboles frutales y de sombra se secan. |
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