Integrantes de la Cooperativa de Trabajo de La Calera, que presta el servicio de agua en la ciudad, se manifestaron muy molestos por las declaraciones que formuló a este diario el intendente, Juan Domingo Etchepare, respecto al funcionamiento de la institución y la posibilidad de quitarle la concesión.
Etchepare declaró que la cooperativa no funciona correctamente, y que su gabinete está estudiando la imposición de distintos cambios en la concesión con la posibilidad de integrar capitales privados al servicio.
“Pareciera que desde el municipio quieren configurar algún incumplimiento que les permita acelerar el traspaso de la concesión que finaliza en diciembre de 2011. Nos asfixian financieramente, y sufrimos presiones que se direccionan a quitarnos la concesión”, respondió Marcos Daher, representante legal de la cooperativa.
Al respecto, Daher puntualiza que en los últimos días se los intimó con aviso de corte por deuda de Epec por más de 60 mil pesos por el funcionamiento de 10 estaciones de bombeo, que la cooperativa no está en condiciones de afrontar.
También refirió que recibió intimaciones del Gobierno provincial para pagar una deuda por casi seis millones de pesos a través de un juicio ejecutivo, en concepto de agua entregada en bloque para su distribución, cuyo cargo siempre fue reconocido como obligación del municipio.
Pero el reclamo más firme es por la tarifa, que permanece sin cambios desde 1997. Aseguran que efectuaron más de 15 reclamos por la actualización tarifaria sin obtener respuesta.
Hoy se cobra un promedio de 10 pesos y recauda por mes 100 mil pesos sobre un universo de 9.944 cuentas, sin recibir subsidios como otras operadoras.
Sobre los inconvenientes por el suministro, los cooperativistas remarcan que existió negligencia de las distintas administraciones municipales que autorizaron grandes urbanizaciones conociendo que el recurso era insuficiente, y hoy sufren las presiones de emprendedores a los que les realizaron promesas de difícil cumplimiento.
Agregan que las exigencias para realizar extensiones del tendido de red a sectores o barrios no consolidados que el municipio permitió que se desarrollaran sin regularización dominial.
“Ahora que están terminando la obra de ampliación de la planta potabilizadora, que permitirá por unos años un suministro regular, nos quieren quitar la concesión. Mantuvimos la cooperativa a costo de nuestro sacrificio personal, trabajamos en las peores condiciones y encima nos tratan como los culpables de las falencias”, finalizó Daher.
Contexto
En guerra por el recurso
Por Guillermo Lehmann
En La Calera, la guerra del agua no es una entelequia. Desde que los countries y los asentamientos marginales comenzaron a poblarse de manera acelerada, la fragilidad del obsoleto sistema de agua que se brindó en la ciudad en los últimos años comenzó a manifestarse de manera indisimulable.
Durante las épocas de mayor consumo, el suministro se reduce a 12 horas por día para esta ciudad, y el resto para Saldán y Villa Allende. Por eso son frecuentes los cortes periódicos.
Para remediar este problema, la Provincia realiza una importante inversión para ampliar y remodelar la vieja planta potabilizadora.
Sin embargo, los rasgos de la guerra se manifiestan hoy en la tensión social que protagonizan los nuevos y exigentes pobladores de los countries y los habitantes de barrios tradicionales de La Calera, que observan pasivos cómo las obras y autorizaciones se inclinan hacia los sectores de mayores recursos, aunque en los últimos meses se incluyeron algunos barrios en el programa Agua para todos.
Entremedio se desató la polémica por la continuidad de la prestación por parte de una cooperativa que desde hace 13 años viene sosteniendo el servicio en condiciones precarias y con una tarifa irrisoria.
Con la nueva planta potabilizadora, el municipio impulsa la incorporación de capital privado. Este dato no es menor si se considera que también abastecerá/venderá agua a Saldan, a Villa Allende, a Mendiolaza, y a parte de Unquillo. Y que aún restan por habilitarse nuevos countries, entre ellos el de la Laguna Azul, que se desarrollará en un predio de 432 hectáreas.
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