El país está en llamas. Esta expresión trillada que generalmente se utiliza para calificar situaciones de agitación política, económica y social que afectan a los argentinos, puede aplicarse sin temor a caer en un lugar común para describir lo que está sucediendo en varias provincias. Los incendios están devorando miles de hectáreas mientras la sequía, que se intensifica, se encarga de arrebatar las esperanzas de acabar con los focos de fuego, especialmente en Córdoba, donde la situación es muy grave.
Los bomberos cordobeses lucharon ayer contra seis frentes de incendios en el valle de Calamuchita y en Traslasierra. A pesar de lo crítico de la situación, parecía haberse registrado una leve mejoría en comparación con lo que ocurrió el sábado; ayer, las poblaciones de la zona no corrían peligro de ser devoradas por las llamas. Los lugares más comprometidos son Villa General Belgrano, Santa Rosa, Villa Rumipal, Calmayo y Villa del Dique, en el valle de Calamuchita, y el departamento Pocho, al noroeste de la provincia.
"Siguen activos los focos en Villa General Belgrano, Santa Rosa y Villa Rumipal. Estamos sobrevolando la zona para hacer una evaluación, pero se puede decir que hay una leve mejoría respecto a la jornada de ayer (por el sábado)", precisó secretario de Coordinación del Ministerio de Gobierno cordobés, Javier Sosa.
El intendente de Villa Rumipal, Gustavo Gantus, explicó que la situación se agravó porque varios focos ígneos que se reavivaron. Confirmó, además, que las llamas arrasaron con el 90 % de la reserva natural El Edén y resaltó que se tuvieron que liberar algunos animales para que no sufrieran las consecuencias del fuego. El subcomisario Claudio Torres, jefe de bomberos de Villa del Dique, dijo que miles de hectáreas están ardiendo en las sierras. Hasta ahora, en Córdoba ya se quemaron alrededor de 41.000 hectáreas.
Por otra parte, en el sur de Santa Fe, casi en el límite con la provincia de Buenos Aires, fueron controlados ayer los incendios de pastizales y campos sembrados que se desataron el sábado. El fuego causó enormes pérdidas a productores de localidades como San Gregorio, Diego de Alvear y Christophersen.
Se perdió toda la flora autóctona en casi 8.000 hectáreas y el fuego produjo daños irreparables en las coberturas de la siembra directa. También quedaron destruidos miles de metros de alambrados y de tranqueras. Productores atribuían intencionalidad a los incendios y los vinculaban con el paro agropecuario que se lleva adelante desde el viernes.
En la alta montaña
Un incendio en el departamento Ambato, al norte de la capital catamarqueña, arrasó con más de 3.000 hectáreas de pastizales y arbustos, y mató a animales autóctonos. El fuego, que se originó el jueves a la noche sobre la ruta provincial 4, que conduce a la villa veraniega El Rodeo, a unos 22 kilómetros de la capital, fue controlado en el sur de esa localidad, pero seguía extendiéndose ayer en la alta montaña.
Donde sí hubo un poco de alivio fue en San Luis. Autoridades de esa provincia informaron ayer que se controlaron todos los focos de incendios que en los últimos días destruyeron unas 80.000 hectáreas durante una de las temporadas de incendios más graves de la historia de ese territorio.
Alerta por lluvias
El Servicio Meteorológico Nacional emitió un alerta sobre posibles tormentas fuertes en el sur de Entre Ríos, en el sudeste de Santa Fe, en Buenos Aires, Capital Federal y el río de la Plata. Esta lluvia podría traer un poco de alivio a los productores agropecuarios afectados por la sequía y generaría un descenso de la temperatura.
El incendio pasó, pero en Los Ralos siguen viviendo un infierno
Las consecuencias del fuego que consumió varias fincas de caña se siguen sintiendo: no hay luz ni agua y quedaron familias sin hogar
Las llamas ya no están, son sólo un horrible recuerdo. Pero en Los Ralos, los vecinos siguen viviendo un infierno. Hasta ayer continuaban sin agua y sin luz como consecuencia de los daños que produjo el incendio que se desató el viernes en varias fincas de caña de la zona.
Las llamas se habían iniciado en un campo de la localidad de Alabama y avanzaron a lo largo de más de 10 kilómetros alimentadas por el intenso viento que corría esa tarde. Aquel día, el fuego produjo daños en las instalaciones eléctricas y dejó a parte del pueblo sin luz. La falta de energía también los dejó sin agua, ya que las bombas dejaron de funcionar. Según explicó el vecino Esteban Cabrera, a las 23 del sábado volvió la luz. Pero ayer, a las 9, se cortó nuevamente. Durante gran parte de la tarde continuaron sin suministro eléctrico y, por ende, sin agua. "Con este calor, la situación se está haciendo insoportable", afirmó (la temperatura máxima fue de 34,9º). El corte de energía de ayer se originó de manera preventiva, porque comenzaron a ser derribados todos los árboles que se quemaron en el incendio.
Además, de a poco empezaron a regresar a sus hogares los principales afectados por el incendio: los vecinos del barrio "orilla e' la vía". Aquellos que pudieron salvar algunos de sus bienes retornaron a sus precarias casillas para reconstruirlas. Las siete familias que perdieron todo continúan viviendo con parientes o con vecinos que les dieron asilo. La mayor parte de las casillas estaba techada con maloja de caña, que se quemó rápidamente.
Por otra parte, Carlos Rubén Frías, quien sería el capataz de la finca de Alabama, donde empezó el incendio, continúa detenido bajo sospecha de haber dado inicio al siniestro. El hombre fue aprehendido el sábado luego de una investigación realizada por la Brigada Este, al mando del comisario Sergio Nieto. Está a disposición de la fiscala de la III Nominación, Teresita Marnero. Según trascendió, el hombre reconoció que trabaja en el campo donde se inició el fuego, pero negó tener alguna responsabilidad sobre el incendio.
Clima hostil
La sequía alimenta la quema de caña y parece que en los próximos días la situación no va a cambiar mucho. Según informó el Laboratorio Climatológico Sudamericano, pueden llegar a caer lluvias aisladas a partir del martes, pero no se esperan tormentas.
La falta de agua agobia a Los Ralos, a tres días del fuego
Varias provincias están sufriendo graves daños a causa de los incendios.
El incendio que devoró varias fincas de caña y que amenazó la vida de muchos vecinos de Los Ralos se convirtió en un recuerdo horrible, pero ya es cosa del pasado. Sin embargo, los habitantes de este pueblo siguen viviendo un infierno. Desde que se produjo el siniestro sólo tuvieron pocas horas de luz y de agua corriente, situación que se agravó debido a los casi 35ºC que se registraron ayer.
El fuego afectó instalaciones eléctricas, por lo que se suspendió el servicio ese día. Al no haber electricidad, tampoco funcionaron las bombas de agua. Esta situación se mantuvo hasta el sábado por la noche, cuando se restableció el suministro. Pero ayer por la mañana, se produjo un nuevo corte. En este caso fue preventivo: comenzaron a derribar los enormes árboles que se quemaron el viernes y que amenazaban con desplomarse. Pero para los vecinos la falta de agua fue un calvario debido al calor.
Por otra parte, el fuego sigue consumiendo miles de hectáreas en Córdoba y en Catamarca. En San Luis y en Santa Fe, los incendios fueron controlados ayer.
Las familias que quedaron sin hogar, en Los Ralos, están alojadas en casas de vecinos a la espera de ayuda. |
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