Vecinos del barrio Los Arenales se comunicaron con EL DIARIO para dar a conocer las pésimas condiciones en que se encuentra esa zona, que tiempo atrás fue un paraíso de paz, con la tranquilidad y la quietud del río.
Sin embargo, el cronista de esta Hoja pudo comprobar en el lugar cómo ha cambiado esta situación antes casi idílica. Ahora, El Patí, la calle de acceso al barrio, no sólo tiene basura a los costados, sino que además está cruzada por surcos que huelen a aguas servidas.
En el cruce de esta arteria con calle El Manduvé, al estar en pendiente, hay actualmente “lagunas” de putrefacción, con la consecuente contaminación y proliferación de enfermedades.
Según contaron los vecinos, trabajaron allí las máquinas de la Dirección de Obras Viales de la Municipalidad de Paraná, y en intención de “arreglar” bajaron el nivel casi un metro, lo que ocasionó que con las últimas lluvias se inundaran varias familias. “Hace más o menos cuatro años que nos prometieron echar broza en esta calle, que es el ingreso al barrio y hacer un abovedado con sus respectivas canaletas”, contaron, ya un tanto desesperanzados de que esa promesa se concrete.
SIN ILUMINACIÓN. Por otra parte, la gente del barrio comentó que crece la preocupación por la delincuencia y el clima de violencia, ayudado por la escasa iluminación de las calles. “A la fecha, llevamos cinco asesinatos y no hay intenciones de que se instale en el barrio un destacamento policial”, dijeron.
Asimismo, los vecinos se quejaron de los ruidos molestos, que alteran la tranquilidad de la zona, especialmente de gente que no es del barrio sino que están de paso en el lugar. “Vienen pescadores desde otro lado, que descargan durante la madrugada, provocando ruidos molestos que hacen imposible descansar”, precisaron. Además, contribuyendo a la contaminación que producen la basura y las aguas servidas, el barrio se ha visto invadido por cerdos, caballos sueltos y los desperdicios de pescados arrojados a la costa, que la corriente sube hacia la Toma de agua que abastece de ese elemento a toda la ciudad.
Pedido de ayuda
Los vecinos de calle El Patí al final también están preocupados por el estado de pobreza que sufre una señora discapacitada, que vive sola, e incluso su precaria casita ha sido víctima de vandalismo.
Victorina tiene 54 años, pero carga a cuestas una hemiplejía que dificulta su andar y hace que aparente muchos años más. Si bien es beneficiaria de una pensión no contributiva (Ley 4.035), la vida de esta mujer es muy dura, teniendo en cuenta que no tiene quién la ayude. La habitación donde vive es precaria, apenas con una cama, un banco para sentarse, una mesada con pileta y una cocina sin garrafa.
La mujer pidió la colaboración de EL DIARIO para solicitar ayuda ya sea oficial o de los ciudadanos solidarios, a través de donaciones, que serán bienvenidas, por pequeñas que sean. Necesita ropa de abrigo, de cama, vajilla. “Lo más urgente es una garrafa, porque para cocinar tengo que ir a buscar leña todos los días”, contó la mujer, que camina con gran dificultad.
Por si fueran pocos sus padecimientos, el vidrio de la única ventana de la habitación fue roto a piedrazos, con el sólo fin de hacer daño, como una muestra del clima de violencia que azota al barrio.
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