Los integrantes del directorio de la empresa Aguas de Catamarca SAPEM admitieron que por lo menos durante este año, no habrá dinero disponible para realizar obras de infraestructura destinadas a mejorar y ampliar la distribución del agua potable en la provincia, y en particular en el Valle Central, donde se concentra más del 53% de la población total catamarqueña.
Tanto Pablo Murúa como Juan Carlos Montenegro aseguraron que, por lo menos para el presente año, la empresa (que tiene capitales privados y estatales) no hará obras orientadas a la ampliación de la red de distribución de agua "porque no se cuenta con el dinero necesario para encararlas".
"Es una empresa deficitaria, que depende en su mayoría del aporte de su socio mayoritario que es el Estado (provincial). Con lo que se recauda, algunos meses alcanza para pagar los sueldos y comprar cloro", aseguró Montenegro.
En el mismo sentido se expresó Murúa, quien expresó que se mantienen muchas restricciones presupuestarias con la empresa, de tal manera que no se pueden ejecutar las obras imprescindibles para garantizar el suministro a los vecinos.
Sin agua
En detalle, Murúa destacó que hay barrios que tienen sólo 7 horas del servicio de agua, a raíz de la salida del servicio de pozos que están ubicados en el Parque Adán Quiroga y el Nº 27 en la zona de La Chacarita.
En este último caso, se puntualizó que el pozo está "colmatado" y que habría llegado al límite de su vida útil.
A raíz de que se dejó de contar con esta provisión de agua, operaron las restricciones para numerosos barrios del norte, como lo consignó ayer este diario, en particular las 500 Viviendas, Parque La Gruta y otros del mismo sector.
Sin presupuesto disponible para las obras, Aguas de Catamarca depende ahora de la Municipalidad de la Capital (quien hizo otra perforación en el Adán Quiroga, pero aún falta la conexión de media tensión) y del IPV, que construyó una cisterna con una gran capacidad sobre la avenida Virgen del Valle Norte que aún no fue concluida y que aliviaría la situación en el populoso sector.
Presión escasa, cañería chica, lluvia ausente
La conjunción de estos tres aspectos hace muy compleja la provisión del agua potable para los pobladores del Valle Central, donde se concentra más de la mitad de la población de la provincia. Con los pozos trabajando al límite, sin la infraestructura necesaria para distribuir el agua, y con un nivel de lluvias por debajo de la media para la época.
"De acuerdo con los datos históricos, el año pasado fue un año espectacular en cuanto a las lluvias, porque el dique (El Jumeal) nunca bajó de la cota, por el aporte del río del Tala, incluso en diciembre. Ahora, el embalse está 2 metros debajo de su nivel.
Sin embargo, históricamente este valor lo tendría a fines de julio, y estamos un mes después", analizó Murúa, quien estimó que "a diciembre llegaríamos bien con lo que tenemos de reserva, porque las lluvias llegan en diciembre; si se mantiene eso, no estaríamos muy complicados".
En cuanto a la falta de cañerías, el integrante del directorio sostuvo que en el barrio Santa Marta, al realizarse algunas conexiones precarias, se necesitan más obras para poder asegurar el suministro.
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