La Legislatura porteña aprobó ayer una ley que prohíbe a restaurantes, confiterías y cocinas de hoteles volcar aceites vegetales usados (AVU) y grasas de fritura en cloacas o conductos pluviales y crea un registro de operadores y transportistas de este tipo de líquidos para su traslado y tratamiento.
La norma, impulsada por el Poder Ejecutivo a través de la Agencia de Protección Ambiental, fue analizada en una sesión de la Legislatura, y su aprobación derogó, simultáneamente, una ley sancionada en 2005 que nunca alcanzó un cumplimiento efectivo.
La ley limita el vertido de los AVU, "solos o mezclados con otros líquidos, como también la de sus componentes sólidos presentes mezclados o separados, con destino directo o indirecto a colectoras, colectores, cloacas máximas, conductos pluviales, sumideros, cursos de agua, vía pública o el suelo".
Además, impide su utilización "en la producción de alimentos en cualquiera de sus formas, o como insumo para la producción de sustancias alimenticias para consumo humano".
La norma comprende a comedores de hoteles, de cárceles y establecimientos de detención de menores, industriales; restaurantes; confiterías y bares; supermercados con elaboración propia de comidas preparadas y establecimientos alimentarios en cuyos procesos se elaboren alimentos con fritura emplazados dentro de la ciudad de Buenos Aires.
El proyecto contempla la creación de un registro de generadores, transportistas y operadores que estarán a cargo de la recolección periódica de los AVU, la cual deberá realizarse "en vehículos autorizados".
Aunque no hay cifras oficiales, un estudio realizado por la Fundación Biocoms el año pasado indicó que el volumen anual de aceites desechados en el circuito gastronómico más importante de la ciudad es del orden de las 18.000 toneladas.
Según ese informe, unos 3500 restaurantes utilizan por mes unos 440 kg de aceite cada uno; mientras que en los 80 hoteles relevados (de cuatro y cinco estrellas) se usan por mes unos 160 kg en cada uno.
Plan bonaerense
En la provincia de Buenos Aires se lanzó hace más de un año una iniciativa similar, el Plan Bio. A partir del aceite de cocina usado, permite conjugar el cuidado ambiental produciendo biocombustibles. Según cifras oficiales, con ese plan ya se han recolectado 35.000 litros de aceite comestible usado, hay 98 centros de acopio primario (CAP), se han adherido 117 restaurantes y se han entregado a los CAP más de $ 15.000.
La producción de biodiésel a partir del aceite de cocina usado permite generar por cada 1,25 litros cerca de un litro de biocombustible.
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