Bajo el suelo profundo de Río Tercero están las mejores aguas subterráneas de Córdoba. Eso asegura Héctor Frontera, titular de la cátedra de Hidrogeología de la UNC. Ese privilegio, en una provincia que en gran parte de su territorio carece de suficiente agua para potabilizar o la tiene con escasa calidad, debiera ser preservado para garantizar el acceso a ese recurso vital en el futuro.
El dato forma parte de las conclusiones iniciales del estudio que presentó ayer en esta ciudad el Centro de Vinculación de Geología Aplicada de la Universidad Nacional de Córdoba. El trabajo, contratado por la Cooperativa de Obras y Servicios local, fue iniciado el año pasado y será culminado en julio de 2010. Ayer se dieron a conocer los primeros datos en cuanto a cantidad y calidad del agua.
Frontera, jefe del estudio, explicó que sobre las márgenes del río Ctalamochita, en esta zona, las napas subterráneas presentes son de alta disponibilidad y calidad. Por caso, tienen ausencia –según dijo– casi total de elementos como arsénico o flúor, entre otros, más presentes en el resto del territorio cordobés.
Confirmado el recurso, el dilema central en Río Tercero es su preservación como fuente de agua potable. En ese marco, un dato saliente que arrojó el estudio es que casi el 60 por ciento del agua que se extrae de esas napas tiene uso industrial: la usan las empresas Atanor, Petroquímica y Fábrica Militar (las tres más grandes de la ciudad) para sus procesos, a través de 14 pozos en funcionamiento actual. Mientras, el 42 por ciento del agua restante que se extrae es usada por los 48 mil habitantes de la ciudad, a través de los 11 pozos que tiene en marcha la Cooperativa local.
En ese marco, Frontera señaló como una sugerencia que industrias y ciudad no compitan por la misma fuente de agua, por lo que debiera reservarse la segunda capa, de alta calidad, exclusivamente para el uso humano.
Dos ríos subterráneos. La zona tiene dos capas de agua bajo tierra. Una, entre los 40 y 100 metros. Y otra, separada y aparentemente sin contacto con la superior (confinada), entre los 120 y 200 metros. De las primeras napas, la Cooperativa casi no extrae ya para la red domiciliaria, porque el agua muestra signos de degradación. Pero las industrias tienen varios de sus pozos extrayendo del segundo nivel.
Desde la Cooperativa también se señaló ayer que debiera asegurarse hacia adelante que la segunda napa sea de reserva exclusiva para uso humano.
Jorge Bresciano, funcionario de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia y presente en el acto, señaló que esa repartición analizará, con este estudio en la mano, las medidas que se podrían tomar para que las empresas químicas no utilicen ya el agua de las napas más profundas para uso industrial.
Semanas atrás, Jorge Masih, a cargo de esa área provincial, ya había anticipado a este diario como "una decisión tomada" ir en ese camino. Desde esa repartición se viene evaluando que las industrias, más que al cercano cauce del río, recurran a la primera capa en la zona denominada subálveo (la primera napa por debajo del río mismo). De todos modos –por lo apuntado por Bresciano–, esa exigencia no sería inmediata. Las empresas han asegurado tener predisposición para aceptar los cambios.
Un dato que falta. Frontera señaló que la disponibilidad de agua subterránea en esta zona es amplia. Pero un dato clave del estudio que falta desentrañar es si la capacidad de recarga de agua a las napas es superior o menor al nivel de extracción actual. Eso definirá de algún modo con qué nivel de consumo empezaría a reducirse ese "tanque" bajo tierra.
Frontera precisó, para comparar, que el río Ctalamochita a esta altura tiene un caudal promedio de 27 mil litros por segundo, que en época de sequía puede bajar hasta 10 mil. En ese nivel más bajo, el agua total que hoy consume Río Tercero representaría un tres por ciento.
De todos modos, el río tiene otros usos (energéticos y de consumo en ciudades aguas abajo). Lo que no se sabe aún, y se tratará de determinar ahora como dato clave, es cuánto y dónde descarga agua el río sobre las napas bajo tierra de esta zona.

Algunas conclusiones del informe

El río sería la principal fuente de recarga de las napas subterráneas que están bajo la ciudad de Río Tercero. Corren bajo tierra en forma paralela al cauce, pero a algunos kilómetros tanto al sur como al norte ya pierden calidad y cantidad. Bajo la ciudad y alrededores hay dos capas: la más superficial ya está en parte degradada para uso humano, por la actividad urbana e industrial. La segunda (por debajo de los 100 metros) se conserva "en perfectas condiciones", según dijo el jefe del estudio.
Hoy hay 11 pozos en funcionamiento de la Cooperativa local, que extraen agua para la red domiciliaria (nueve desde la segunda capa); 14 tienen las tres principales industrias (varios de ellos sobre la segunda napa) y otras 15 perforaciones de particulares autorizados (que no serían consumos tan altos). La idea es que sólo la Cooperativa pueda utilizar en el futuro la segunda capa, para reservarla sólo para uso humano.
Del total de agua que se extrae de las napas, el 58 por ciento lo hacen las industrias. Atanor usa un promedio de 300.000 litros por hora; Petroquímica, 250.000, y Fábrica Militar, unos 100.000 litros por hora. Mientras, la Cooperativa de Obras y Servicios, para distribuir como agua potable, demanda el 42 por ciento restante (464.000 litros por hora promedio).