Cuando se enteraron que en Alto Pencoso, unos 60 kilómetros al oeste de la ciudad de San Luis, encontraron agua en abundancia a 260 metros de profundidad, rápidamente pidieron al gobierno que los autorice a captar parte de ese volumen para abastecer de bebida a la hacienda que sobrevive en una zona de monte ralo y de casi nulas lluvias.
Eloy Guerrero fue el productor que hizo correr la noticia que entusiasmó a 18 pequeños y medianos ganaderos, quienes en tan sólo setenta días se asociaron legalmente, pusieron dinero y tendieron 47 kilómetros de cañería desde Pencoso hasta Donado, pasando por Mosmota.
La obra tiene cinco estaciones de regulación, una de las cuales tendrá una válvula especial comprada por el gobierno provincial. A pocos días de la esperada inauguración, el grupo de productores presentó durante una cena el Golf Club San Luis y ante invitados especiales, un video con detalles de la obra y relatos de cada vecino, varios de los cuales arrancaron lágrimas de los asistentes cuando explicaron el cambio en la calidad de vida que significará este servicio básico.
La perforación en Alto Pencoso es de 260 metros de profundidad, con un volumen de 120 mil litros por hora, que junto el pozo antiguo, con 20 mil litros por hora, también dará agua potable a las poblaciones de Chosmes, Jarilla, Desaguadero y a la isla de servicios de la Autopista de las Serranías Puntanas.
Guerrero, con campos ganaderos entre Pencoso y Mosmota, dijo a El Diario de la República durante la comida en Cruz de Piedra que en 70 días el trabajo incluyó juntar a los vecinos, hablar con el ministro del Campo, Sebastián Lavandeira Muñoz, lograr el apoyo del asesor en cuestiones hídricas del Ministerio del Campo Guillermo Aguado; elaborar estatutos, inscribirse en la AFIP y Rentas, abrir una cuenta bancaria y poner dinero de acuerdo a las hectáreas de cada uno. Más un decreto del gobierno provincial que salió en tiempo récord.
Allí también se escucharon las voces de varios integrantes del grupo, como la de Cristina Bombace de Lodos, productora de la zona de Beazley: “En un momento en que todo es caos, en San Luis se sigue progresando. Este acueducto será un resurgimiento para la ganadería de la zona, porque este es un progreso que llega para todos, no para una determinada clase social. Se acabarán las angustias de los domingos que te quedás sin agua y no sabés si conseguís un camión que la lleve hasta el campo”.
Esteban Proto, integrante de la empresa Obras y Servicios SRL, responsable técnica de la puesta en marcha del acueducto Alto Pencoso-Donado, detalló que el trayecto cuenta con 54 válvulas de aire y que en Pencoso ya se construyó una cisterna para 300 mil litros, desde donde saldrá el agua para las localidades de la zona y el acueducto a Donado.
Luis Molina, de Alto Pencoso, dijo que paga 140 pesos el tanque de agua que le llevan desde Balde dos veces por semana. “Ahora no se consigue agua porque dicen que no alcanza para todos”, ilustró. Su esposa, Mirta Clara Salomón, dijo estar muy agradecida porque “dejaremos de sufrir todos los años con la escasez de agua”.
Pero Guerrero también insistió con otra intención: “Quiero que esto se vea como un ejemplo de que se pueden hacer las cosas con sacrificio, pasión, voluntad y humildad. Que cuando se trabaja por un bien común, todo es posible”. |
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