UNA complicación adicional a las dificultades causadas por la falta de suficientes precipitaciones en el área del dique Paso de las Piedras es el mantenimiento de las calles de tierra de nuestra ciudad. Tal cual lo reflejara una crónica publicada en la edición del jueves de la semana anterior, en los barrios periféricos, la situación ha alcanzado picos de profunda inquietud entre el vecindario, que ya se venía manifestando desde que la ausencia de lluvia ocasionara el desmejoramiento de aquellas arterias.
HOY, LA disponibilidad de agua es insuficiente a fin de atender las necesidades de conservación de las calles a las cuales todavía no llegó el pavimento. Tanto la escasez de fuentes de agua como el limitado número de camiones regadores representan barreras imposibles de superar en forma inmediata, de manera que será preciso que las autoridades procuren instrumentar acciones de emergencia y que los frentistas, por su lado, incrementen su cuota de paciencia.
FUE MUY elocuente el delegado municipal en Villa Rosas, Sergio Naretto, al admitir que las soluciones de fondo no están al alcance de su mano, ya que apenas puede mantener regadas las calles por las cuales circula el transporte colectivo de pasajeros. Por lo demás, solamente uno de los dos camiones disponibles puede cargar del arroyo Napostá, en tanto que el otro está destinado a proveer agua potable a los vecinos más necesitados y, para evitar riesgos de contaminación, únicamente riega con agua de perforación o pozo.
NO ES diferente la situación en el área de la delegación Norte, cuyo titular, Eduardo Bidondo, se pronunció en términos similares. Sólo para atender las calles servidas por el transporte de pasajeros deben recorrerse diez kilómetros diariamente, y el resto del tiempo, dentro de las posibilidades, se dedica a otros sectores donde el vecindario también hace valer sus derechos.
EN LAS restantes delegaciones comunales, se afronta una limitación parecida, con una considerable cantidad de calles a regar y un número insuficiente de vehículos apropiados, con el adicional de tener que ocuparse, asimismo, de árboles recién plantados. Se prevé efectuar algunas perforaciones y de apelar a recursos extraordinarios, como el caso de Las Villas, donde el Club Midgistas del Sur contribuye con una perforación propia que permite reforzar el suministro.
LA EMERGENCIA hídrica que viene afrontando Bahía Blanca, desde que la prolongada sequía comenzó a dejar sus huellas, vuelve a poner sobre la superficie uno de los aspectos más preocupantes de su crecimiento, como es la enorme cantidad de calles de tierra (del orden de las 4.000) distribuidas en sus diversas zonas. Cabe reconocer que están en marcha algunos planes de pavimentación, que son bienvenidos por el alto significado que representan para mejorar las condiciones de vida de los pobladores. Pero es innegable que también en esta materia queda mucho por hacer, ya que, a lo largo de unos cuantos años, la expansión urbana no fue acompañada por las suficientes obras de pavimento que habrían sido imprescindibles. |
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