“Según mi hermano, a estos bichitos no hay que matarlos”, le comentaba un niño de no más de diez años a otro que no superaría los nueve años. Se referían a varios dibujos hechos por estudiantes, sobre el loro vinoso y que se encontraban pegados en una gran lámina en una de las aulas de la Escuela de Frontera 613 de Tobuna.
Al parecer, la enseñanza de los docentes empezó a dar sus frutos en estos pequeños. Es que desde 2007, mediante gestiones realizada por docentes de dicha escuela, con el apoyo de los guardaparques provinciales, la Municipalidad de San Pedro declaró al Paraje Tobuna como Capital del Loro Vinoso y sitio de interés para la conservación de estas verdes y bulliciosas aves, considerado en peligro crítico. Los niños que habían perdido sus propias viviendas, estaban angustiados por lo que les habría pasado a estas pequeñas aves durante el temporal, mientras sus padres intentaban recuperarse de los efectos del arrasador tornado ocurrido en la noche del pasado lunes.
El lugar era utilizado, tanto por los afectados como los funcionarios, quienes desde allí planificaban asistir a los damnificados. Tanto en esta como en otras aulas, los rostros de tristeza se mezclaban con la fortaleza demostrada por estos pobladores que hacen patria selva adentro y a sólo 15 kilómetros de la frontera con Brasil.
Fortaleza inquebrantable
Tanta desgracia no doblegó la fortaleza de esta gente acostumbrada a la hostilidad del clima. “No hay nada para hacer con la naturaleza y los designios de Dios”, dicen estos humildes pobladores. La mayoría, de fuerte religiosidad, consideran que son designios divinos lo ocurrido y sólo aguardan volver a comenzar.
Es que cuando hay sequías, pierden sus producciones, como cuando el agua viene acompañado de granizo y como ocurrió ahora, cuando la furia de la naturaleza termina diezmando familias enteras y destruyendo en pocos minutos, el sacrificio de muchos años que demandó limpiar, plantar, esperando ver los frutos de su proyecto productivo que este año será escaso a nulo.
El predominio de la economía familiar y rural de subsistencia, hizo que los afectados rogaran a la presidente Cristina, sólo recuperar sus animales muertos y conseguir plantines, tal el pedido que antes le hicieron también al ministro del Agro y la Producción, Alex Ziegler, cuando éste recorrió la zona devastada.
“Perdimos todo, señora” le dijo a la presidente Cristina, una mujer de rostro triste, manos callosas y ojos transparentes. “Hasta los zapatitos de los chicos se llevó el viento y sólo pudimos recuperar uno”, expresó acongojada, mientras chapoteaba barro junto a la mandataria nacional.
“A mí me mató la tormenta como unas tres vacas y necesitamos esos animales”, fue el pedido realizado a la presidente de la Nación ,quien quedó impresionada, tal vez porque es la primera vez que no necesitó hacer grandes anuncios para resolver el problema de los afectados. “La gente que nada tenía, lo único que pedía eran las dos o tres vacas que habían perdido. ¡Cuánto deberíamos aprender de estas personas!”, dijo la funcionaria.
Seguramente venía a Misiones pensando en la cantidad de planes sociales que debía otorgar o algún fondo de compensación. Pero ni siquiera se insinuaron pedidos semejantes.
Los pequeños productores, golpeados anímicamente, sólo reclaman seguir trabajando de manera digna, como siempre lo hicieron. Hasta ahora, cuando el vendaval golpeó sus proyectos. Pero en medio de la desgracia, siguen encontrando fuerzas y disposición para volver a comenzar; en lo posible cuánto antes, pensando en reconstruir sus vidas.
Como se apreciaba en los dibujos pegado en la escuela, los loros vinosos que también vieron reducido sus lugares, tendrán que reconstruir sus nidos en las chacras, para poder continuar. Todo es parte de la naturaleza, aunque a veces resulta difícil de entender la inusitada fuerza del fenómeno natural que cobró 11 víctimas fatales.
Tragedia en San Pedro. La ayuda desde un aserradero en donde la crisis golpea duro
Las casas donadas por obreros ya están listas para Santa Rosa
Ocho empleados junto a su patrón, terminaron de armar los cortes y esperan que mejore el tiempo para armarlas en el lugar del desastre. También aportarán dos camas cucheta
Entraron al 2009 con un panorama gris, la decadencia para el sector viene desde mediados del año pasado, pero éste fue aún más duro. Los ocho empleados del aserradero Hesselmann negociaron con el patrón disminuir días y horas laborales porque no había venta de madera y “para no quedar parados”. Aún la incertidumbre sobrevuela la actividad.
Pero nada estorbó la urgente decisión colectiva adoptada el martes a media mañana. “Paramos unos minutos, les planteé el drama de tantas familias y acordamos donar nuestro trabajo, nuestra madera, el transporte y la construcción como un humilde aporte para aliviar tamaña tragedia”, dijo el patrón. Y desde entonces están en plena tarea de aserrar, cepillar, apilar maderas. En tanto sus pares de la Asociación de Carpinteros terminan las ventanas, puertas y demás accesorios de las aberturas. Hasta Claudio Schaid llegó desde Alicia Alta, a 20 kilómetros, ofreciendo sus servicios. Como llegó tarde, aportará dos camas cucheta de su pequeña carpintería.
Apenas terminados los cortes, viajarán hacia San Pedro para instalar ellos mismos las dos casas prometidas.
Todos saben…
“Si algún día nosotros necesitamos, sabemos que alguien nos va a dar una mano", fue la verdad de Juan Borges (47 años, 5 hijos de entre 26 y 13 años, su padre murió hace pocos meses a los 87 años).
“Es lindo ayudar, si todos hiciéramos así todo estaría mejor”, dijo Vilmar López (36 años, 3 hijos de entre 4 y 10 años).
“Claro que hay que ayudar, nadie está libre de estos peligros, uno queda contento si lo ayudan”, fue la opinión de Emilio Schulz (37 años, 2 hijos, 18 años como obrero maderero, tractorista del grupo).
“Todos sumamos por voluntad propia, me parece bien. Aún recuerdo cómo a los 6 años de edad se nos incendió la casa familiar y quedamos sin nada. Con experiencia o no, hay que estar disponible en la necesidad ajena", fue lo dicho por César Brixner (29 años, 6 hijos).
“Hay que agradecer a Dios que no fue peor, colaborar es sólo una parte del amor al prójimo. Nosotros donamos nuestras horas acá pero también vamos a ir a montar la casa”, detalló Marcelo Erdmann, (32 años, 4 hijos, 7 años en el oficio maderero).
“Por ayudar sin problemas, no hay que pensar dos veces en casos así, nuestro trabajo no cuesta nada” Mario Vogtt (28, 1 hija; su padre falleció por vuelco del tractor que él mismo manejaba).
Sostenes de familias humildes y laboriosas, provenientes de familias labriegas, todos ellos la tienen clara: “si alguien está en problemas, hay que dar una mano”. Y allí están, trabajando corrido para terminar dos casas completas de 4.5 x 5 metros. Cuando se les preguntó cuánto vale en pesos todo, sonrieron y dijeron "de eso no se habla. Es lo que podemos”.
Gauchadas entre todos
Carlos Hesselmann -dueño- viene de familia pionera “esto se da cuando el respeto es mutuo, cada cual sabe su lugar. Pero todos tiramos para el mismo lado cuando de solidarizarnos se trata, sin marcar ninguna diferencia. Es la dignidad del trabajo lo que nos une, así funcionamos. Convivencia, camaradería, conmigo y entre ellos. Sin ellos no puedo trabajar, nos cuidamos mutuamente, un empleado no es un esclavo. En mi familia, los gestos solidarios vienen de papá y mamá que nos enseñaron eso. Les debo todo a ellos. ¿Pero quién no recibió una gauchada en el momento más necesitado? Hoy es mi obligación. Nadie puede hacer la vista gorda. Lo hago en familia, con el aval y satisfacción de mi esposa Elaine, de mis hijas Marina, Tamara y Miriam”, dijo sin dudar Carlos Hesselmann.
Clavos y el techo
Sabido es que muchísimos misioneros están dando o desprendiéndose de algo para ayudar a nuestros comprovincianos de San Pedro o de otros sitios afectados por la tormenta del lunes.
El caso de los obreros de El Soberbio es sólo una muestra de tantos ejemplos misioneros de pura humanidad. Allí mismo Carlos Besold se acercó donando todos los clavos, bisagras y tornillos necesarios, mientras que doña Loty Humbehaum, entregó 20 pesos para comprar accesorios.
El intendente de San Pedro Orlando Wolfart al recibir el llamado de Hesselmann, respondió agradecido: "entonces la Municipalidad pone el techo”.
Para ayudar
Colegio de Nutricionistas: En Ayacucho 1421 de 8 a 12 para recibir donaciones.
Rally Solidario: La Ampynar y el Instituto Janssen, reciben ayuda en Rademacher y Alemania de 9 a 12 y de 16 a 20. En Apóstoles en el taller de RM Rally Sport (Alvear 140). Una primera parte fue entregada el martes. El resto, el domingo próximo.
En la Unam: En la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam (Tucumán 1946) reciben las donaciones.
En Montecarlo: Se puede acercar la ayuda a la Municipalidad. Ayer partió un camión a San Pedro con las donaciones recibidas de Montecarlo, El Alcázar y Eldorado.
Festivales Solidarios: El viernes en la plaza 9 de Julio a las 20.30 habrá un festival con la actuación de Los Núñez, Batería Legal y Los Charros. El otro festival será el domingo partir de las 15.
Veteranos de guerra: en el Centro de Veterano de Malvinas (Junín y Alvear) de 7 a 20 se reciben donaciones. Se puede llamar al 447713 y se retira a domicilio. El 18 de septiembre a las 20 se hará un festival solidario en el Urquiza y Jauretche, entrada una donación.
En Jardín América: La Municipalidad junto con la Escuela para Adultos Nº 1413 y el CEP Nº 38, iniciaron una campaña solidaria.
Se recibirán donaciones hasta el 18 de septiembre.
Se puede llamar al 03743-460101 y se retira del domicilio
Plantines y semillas para las huertas
En esta localidad los vecinos continuaron durante todo el día de ayer colaborando con utensilios de cocina, colchones, madera, ropas y alimentos, para los damnificados por el tornado en la localidad de San Pedro.
Ayer partió un segundo camión municipal hacia esa localidad con las donaciones que se recibieron en las iglesias, en las oficinas de Acción Social y en la comisaría. Además, es de destacar, que también colaboraron empresarios madereros y comerciantes con alimentos.
Pero a esas donaciones y como escuchando las necesidades de los sobrevivientes de los parajes de San Pedro afectados por el meteoro el pasado lunes, también se enviarán plantines y semillas para que las familias empiecen lo más rápido posible con sus respectivas siembras.
Es que ayer se sumaron los integrantes de la Feria Franca de esta localidad, quienes en los próximos días llevarán a San Pedro plantines y semillas para que puedan levantar sus huertas y algo de su producción perdida por los vientos de más de 200 kilómetros por hora que arrasaron con todo.
Desde Puerto Rico, se indicó que la empresa Papel Misionero entregó un camión con 21 mil kilos de mercadería para colaborar con las víctimas del tornado.
Y desde Posadas, la empresa Diarco donó harina, arroz, fideos, aceite, azúcar y agua mineral para las familias afectadas.
Tragedia en San Pedro. Más de 100 casas fueron totalmente destruidas el pasado lunes a la noche
Herramientas y clavos, lo más urgente para reconstruir Santa Rosa y Polvorín
Desde la municipalidad agradecieron las donaciones de todo el país, pero necesitan elementos de trabajo para rehacer las casas que desaparecieron entre las ráfagas de más de 200 kilómetros por hora
“No paramos de recibir donaciones y queremos agradecer a todos los que donaron algo para los afectados del temporal, pero ahora se necesitan herramientas y clavos para levantar las casas afectadas”, indicó el director de Rentas de la Municipalidad local, Paulo Álvez, quien debido al temporal que afectó a los parajes Santa Rosa y Polvorín debió dejar su oficina y transformarse en el receptor de las donaciones desde el martes pasado.
Más de 100 casas fueron afectadas por el temporal que azotó a esos dos parajes, a 43 kilómetros del casco urbano de San Pedro.
“Necesitamos clavos de 2.5 a 4 pulgadas, martillos, serruchos y todas las herramientas que perdieron los colonos y que puedan servir para la reconstrucción de las casas. Hay mucha gente que va de voluntarios pero se encuentra que no hay herramientas para empezar a levantar”, agregó el funcionario.
El tiempo no da tregua y ayer llovió gran parte del día en esta localidad, por lo que fue muy difícil empezar con la reconstrucción. Hoy se espera que mejore un poco el tiempo para que las personas que están refugiadas en Tobuna y San Pedro puedan empezar a volver a la zona arrasada el lunes por la ráfagas de más de 200 kilómetros por hora.
Desde que empezó el temporal, todos los sistemas de emergencias funcionaron muy bien. Tanto la Municipalidad, la Policía, los centros de salud, la Gendarmería y hasta el Ejército trabajó de forma conjunta para atender a los afectados. Mientras las redes solidarias se multiplicaron en toda la provincia.
“Hay muchos chicos en los centros de refugiados que van y vienen y necesitamos juguetes para que ellos vuelva a jugar y puedan olvidarse un poco de lo que pasaron”, destacó.
“Nunca imaginamos algo así, realmente nos sorprendió y principalmente por las víctimas que fueron en su mayoría chicos, eso duele más”, explicó en un alto a sus tareas.
El encargado de recepcionar las donaciones explicó que “ya recibimos más de 20 camiones con donaciones que llegaron desde todos los puntos de la provincia y el país. Además cientos de camionetas particulares que llegaban por sus medios y autos particulares que fueron trayendo cosas”.
Se viene el fin de semana y muchas familias, escuelas e instituciones viajarán a San Pedro para entregar las donaciones. El funcionario pidió que se entreguen en la Municipalidad (avenida Güemes 627), donde va a funcionar una guardia, o en el Salón Comunitario (Nicanor Cordero y San Martín), donde se almacenan todas las donaciones que luego se entregan a los damnificados.
La difícil vuelta a casa
Actualmente cuatro empresas madereras se encuentran construyendo las nuevas viviendas de los damnificados por el tornado. Volver a la zona generaría en las familias incertidumbre y miedo a revivir el desastre, afirman los especialistas.
“Lo más difícil es recobrar la cotidianeidad. Hay niños que no quieren que su casa se haga en un mismo lugar porque tienen miedo. Ahora vamos a hacer el trabajo más fuerte para lograr que las familias reconozcan la nueva vivienda como hogar”, explicó la psicóloga Lorena Mousquere, integrante del equipo interdisciplinario de contención del Servicio Penitenciario (ver más información en página 4). Según explicaron los profesionales, se reunirán hoy para planificar y diagramar las tareas para actuar con rigurosidad. “Tenemos que planear bien lo que vamos a hacer porque allá no hay posibilidad de comunicarse. Hay mucho trabajo para hacer” dijo Agustín Barreyro. El general Eduardo Ayala contó que “por televisión es una cosa; pero estar en el terreno es totalmente otra. Es una zona de guerra prácticamente. Para los psicólogos fue su bautismo de fuego y para mí también”.
En la iglesia son 20 los evacuados
Alrededor de 20 personas del Paraje Santa Rosa afectadas por el tornado permanecen alojadas en el Centro de Evacuados de la Iglesia Bautista Eben-Ezer (“Y... nos ayudó Dios”), dijo el Párroco del lugar, Guillermo Larroca. “Son damnificados de la zona más afectada por el temporal, no los que perdieron algo de la casa, sino todo y quedaron sin nada”, señaló. Manifestó que a las familias del lugar que llegaron al centro para quedarse provisoriamente “intentaremos levantarles viviendas en los próximos días”. El coordinador del centro de evacuados en Santa Rosa, contó a El Territorio que la mayoría de los damnificados “ya se fueron para sus casas, para ver si recuperan algo”.
Asimismo, señaló que un segundo contingente de afectados de la zona de San Pedro “están saliendo con alta preventiva”.
“Gracias a Dios estamos pudiendo atender muy bien a la gente, le damos desayuno, almuerzo, merienda y cena, ropa limpia, ducha y principalmente contención, que es lo que más necesitan en estos momentos”, expresó. Añadió que “muchos de los que están aquí perdieron familiares, está con nosotros una familia que perdió a tres integrantes”. El Pastor agradeció a los vecinos del lugar y a “todos los que desde distintos puntos de la provincia y del país están acercando colaboraciones con ropas y alimentos”. Manifestó: “estamos muy agradecidos, porque el primer paso en esta situación que nos encontramos es la ropa y los alimentos, pero después entraremos en una segunda etapa, en la que se necesitarán otros elementos para las viviendas como ollas, platos, cubiertos, cocinas, camas y muchas otras cosas”. Larroca indicó que “esa será la etapa más difícil, por eso estamos adiestrando a un equipo de trabajo de 30 profesionales de la provincia y un equipo de afuera con fondos del exterior para dar una mano a las familias del lugar”.
“Son damnificados de la zona más afectada por el temporal, no los que perdieron algo de la casa, sino todo y quedaron sin nada.”
Guillermo Larroca
Pastor y responsable del centro de evacuados
Tragedia en San Pedro. En una salita de jardín de infantes se improvisó un hospital de campaña
"Los niños no quieren otra casa en el mismo lugar porque tienen miedo"
Los psicólogos que intentan contener a las víctimas advierten que deberán lograr que los chicos reconozcan las viviendas nuevas como sus hogares, tras el desastre. Todos sufren de incertidumbre y gran angustia
“Te pedían por favor que los abraces, necesitaban sentir el contacto. Me agarraban la mano y me acariciaban. Se notaba mucho la necesidad de afecto”, relató impresionada la psicóloga Lorena Mousquere", sobre la tarea de contención con los niños afectados por el tornado en San Pedro, donde las familias perdieron todo y las consecuencias no sólo fueron físicas, sino también psicológicas.
Con el objetivo de brindar una ayuda profesional, el Servicio Penitenciario de la Provincia envió un equipo interdisciplinario conformado por dos enfermeras, una médica, dos agentes penitenciarios y tres psicólogos, bajo la dirección del general Eduardo Ayala.
El trabajo de los profesionales se basa en la contención a los voluntarios y a las familias damnificadas en el lugar del desastre, especialmente a los niños a través de distintos juegos, pero sobre todo del cariño.
Según la psicóloga Mousquere, la segunda etapa es la más difícil, ya que los sobrevivientes deben volver al lugar del desastre y prácticamente todos deben reconstruir sus viviendas en el mismo terreno de la catástrofe.
“Hay niños que no quieren que su casa se haga en un mismo lugar porque tienen miedo. Ahora vamos a hacer el trabajo más fuerte. Lo más difícil es recobrar la cotidianeidad y reconocer la nueva vivienda como hogar”, expresó Mousquere.
Precisión y trabajo en equipo
El equipo profesional a cargo de la parte sanitaria llegó el martes pasado al mediodía y permanecieron dos días en la zona del desastre. En una salita de jardín de infantes construyeron un hospital de campaña improvisado en medio de una zona inhóspita, sin comunicación y con falta de luz.
El general Ayala contó que “no había tiempo para pensar. No sabíamos con qué nos íbamos a encontrar. Es indescriptible. Tengo 26 años de servicio y nunca viví una cosa así, y espero no volver a vivirla por la pérdida de inocentes, este tornado se ensañó con los chicos”.
Lorena Mousquere (26 años), Lucas Castaño (23) y Agustín Barreyro (25), fueron los psicólogos encargados de la actividad de contención que se llevó a cabo a partir de tres pasos manejados con precisión y exactitud, porque según explicó el general Ayala, “todo fue muy rápido y dantesco y no había tiempo para pensar”.
El psicólogo Agustín Barreyro describió a la situación como “muy chocante”, y agregó que “hay mucha gente que está muy sobrecargada. Se las veía con los ojos cargados todo el tiempo. Trataban de tranquilizarse y no podían, por eso hay un momento en que uno tiene que retirarse e intentar delegar”.
Enfrentar la realidad
El segundo paso que llevaron a cabo los profesionales fue el reconocimiento de los cuerpos.
“Fue un trabajo difícil en el cual solo hay que actuar y no perder mucho tiempo. Ser muy organizado y efectivos en lo que vas a hacer y decir”, explicó Mousquere.
Según contaron los psicólogos, fueron los primeros en entrar al salón velatorio y observar el estado del cuerpo. Luego, a través del diálogo prepararon a la familia a fin de que puedan enfrentar la realidad y apaciguar el golpe emocional. “Es necesario que se despidan por eso tratamos de mantener la calma. Era muy chocante ver eso, nenes muy golpeados y algunos descuartizados”, contó Lorena.
En estos casos, la unión familiar fue imprescindible y la contención a los sobrevivientes se vivió en todo momento. “Tratamos de utilizar palabras desde el sentido común y ganar la confianza sin mentir. Si alguno habla se les escucha, pero no se le fuerza a hablar. Evitamos que no se arme una crisis peor, uno empieza a llorar y empiezan todos, se va dando una cadena”.
El esfuerzo y la precisión del trabajo en equipo fueron primordiales para realizar esta difícil tarea. Los profesionales rescataron la libertad de acción y la solidaridad en los voluntarios, bomberos, maestras y Ejército.
Juegos y juguetes que alivian
Los niños fueron las mayores víctimas de la catástrofe. Encontrarse con un escenario caótico y algunos lejos de sus familiares generó en ellos un sentimiento de incertidumbre y gran angustia.
A partir de la recreación y una merienda colectiva, los psicólogos intentaron distraer y contener a los pequeños. “El trabajo con los chicos es más llevadero. Ellos pedían los juguetes y que les prestemos atención. Necesitan sentirse protegidos y concentrarse en el juego, porque en ese momento los padres estaban desbordados”, explicó la psicóloga Lorena Mousquere.
“Sería bueno que los niños vuelvan cuanto antes a la escuela y que recuperen lo cotidiano que va a ser lo más difícil”, opinó Lorena.
Además, la psicóloga relató una anécdota que describe la labor de contención hacia los niños: “Estábamos en una habitación y una nena vino conmigo porque la madre estaba muy angustiada. Se me durmió en un brazo, y los otros hermanitos al ver que yo la tenía abrazada y que ella estaba dormidita, de a poco se fueron acercando. Cuando me di cuenta, tenía a cinco nenes durmiendo a mi alrededor...”.
Sigue grave el hombre internado en Posadas
El estado de salud de Roberto Da Rosa (38), el hombre que perdiera a dos de sus niños en el tornado, es delicado. Según el último parte médico, su pronóstico es reservado.
Da Rosa llegó al hospital Ramón Madariaga el martes por la noche derivado del hospital Samic de Eldorado, con traumatismo encéfalo-craneano grave y fue intervenido por un hematoma en el área del cerebro.
Ayer continuaba en terapia intensiva “con diagnóstico regular, inestabilidad hemodinámica y con asistencia respiratoria mecánica”, informó el médico Silvio Bojanovich, gerente asistencial.
En tanto que el niño Rodrigo Do Santos, de cinco años internado en terapia intensiva del Hospital de Pediatría, evoluciona favorablemente luego de que fuera intervenido por un politraumatismo craneal. El gerente asistencial del hospital de niños, Juan Ledesma, precisó ayer que el niño reaccionó bien a la intervención, aunque su pronóstico sigue siendo reservado.
Roberto Da Rosa está siendo acompañado por su hermano, una prima y su cuñado que paran en el albergue María Teresa de Calcuta.
Su mujer, Gabriela está siendo asistida en el hospital de Eldorado y dos de sus tres hijos, las pequeñas Priscila (4) y Laura (3) fallecieron como consecuencia de los golpes que sufrieron durante la tormenta. Sobrevivió de milagro un pequeño de unos nueve meses.
“Quiero entender lo que pasó, pero nadie sabe explicar bien, todo lo que me cuentan los vecinos es que hubo mucho miedo y oscuridad mientras duró la tormenta”, expresó Fernando, hermano de Roberto que dijo que la noche de la tragedia se encontraba en Eldorado donde trabaja como casero.
“Mi hermano vive entrando al pueblo (Santa Rosa) en el bajo del cerro, y ese se ve que fue el camino del tornado porque destrozó todo, mi casa también queda cerquita de ahí”.
Acerca del estado de salud de su hermano contó, “por lo que dicen los médicos su vida todavía corre peligro, lo vi durante la visita a terapia pero está inconsciente no sabe nada lo que pasó con sus criaturas”.
Su primo, Dionisio Da Rosa sí estaba en el lugar cuando azotaron los vientos, “es una zona de casas distanciadas, porque tenemos chacras pero yo vivo cerca de lo de Roberto a unos 500 metros por ahí, cuando pasó lo más fuerte de la tormenta nadie sabía lo que pasaba con los otros vecinos porque lo primero era aferrarse al piso con fuerza”, relató.
“Después salimos y vimos los daños, muebles y chapas por todos lados y la gente buscándose desesperada, es algo de no creer, nunca uno se imagina vivir una cosa así”.
Altas en Eldorado
En el Samic de Eldorado informaron que ya no hay pacientes en terapia intensiva, y para la jornada de hoy se prevé que los pacientes pediátricos estarán en condiciones de ser dados de alta. Ayer, dos personas fueron intervenidas quirúrgicamente y otra operación se llevaría a cabo en las próximas horas.
Conforme al parte médico, en el Samic ayer fueron dadas de alta siete personas.
En el hospital de área de San Pedro evolucionan favorablemente dos pacientes adultos y una niña de nueve años. Todos conseguirían el alta médico en 48 horas, precisaron desde el centro de salud. |
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