En Mendoza, minería y conflicto son casi sinónimos en los últimos años. Y el proyecto minero metalífero que está en estado más avanzado en la provincia ayer sumó una nueva polémica.
La ONG Oikos denunció que Minera SanJorge (subsidiaria de Coro Mining) incluyó información falsa en su informe de Impacto Ambiental, con la intención de acelerar la aprobación del proyecto que lleva adelante enUspallata. La denuncia hace referencia a un tema central: los acuíferos.
Según Oikos, la empresa incluyó citas falaces que aseguran que la mina se ubicará sobre un "acuífero cerrado", cuestión que haría mucho más seguro el proyecto desde el punto de vista ambiental.
Al mismo tiempo, hubo protestas de vecinos de Uspallata que cortaron la ruta 7 y en el Valle de Uco para manifestarse en contra de la minería, y también movilizaciones a favor, llevadas adelante en Malargüe.
Desde la empresa ratificaron la información incluida en el Informe de Impacto Ambiental y aseguraron que harán todas las aclaraciones necesarias que sean presentadas institucionalmente.
El proyecto San Jorge está ubicado al norte de Uspallata, donde se pretende extraer cobre y oro a cielo abierto, usando la metodología de "flotación", es decir sin emplear los químicos que prohíbe la ley 7.722. La empresa presentó el informe de impacto ambiental, que actualmente se encuentra en el período de consulta pública.
La UTN emitió un dictamen favorable a ese informe, pero aún falta incorporar las opiniones sectoriales de Irrigación, Hidráulica y otros organismos oficiales.
La empresa minera realizó sus propios estudios en la zona que aseguran que no hay riesgos de influir sobre otros acuíferos. Pero se trata de información sectorial, por lo que además incluye las citas de informes científicos desinteresados en el proyecto.
La denuncia pública realizada por Oikos se hizo en el marco del programa de Defensoría del Agua y afirma que las citas bibliográficas no son correctas y que no hay certeza de que la cuenca "El Yalguaraz", sea cerrada, es decir que no tenga conexión con otros cursos subterráneos de agua.
"Nosotros nos tomamos el trabajo de leer toda la bibliografía citada y hablar con los profesionales que se mencionan. Y en ningún lado se ratifica que sea una cuenca cerrada.Es más, encontramos mucha documentación que dice lo contrario", aseguró EduardoSosa, presidente de la red ambiental.
Sosa pidió que los organismos oficiales se hagan cargo del tema y conformen una comisión para despejar dudas y dijo que si eso no ocurre irán a la justicia.
El informe de San Jorge cita: "El análisis de la información obtenida permitió inferir que efectivamente la Cuenca de la Ciénaga de Yalguaraz está separada de la Cuenca de Uspallata".
El trabajo mencionado es de "Zambrano y Torres", dos profesionales en el tema.Según Oikos, "existe un único trabajo que fue realizado en el año 1999 por J. Zambrano en conjunto con el ing. E. Torres... Allí se menciona efectivamente, que la cuenca de Yalguaraz está cerrada, pero la cita se remite a estudios anteriores de 1993 que sugieren exactamente lo contrario", dice la denuncia.
Y menciona el estudio específico, donde se afirma: "No forma este valle una cuenca totalmente cerrada: al norte está unido con el valle de Calingasta por la depresión llamada ciénaga de Yalguaraz y, al sur, puede estar conectado con la cuenca del río Mendoza".
Al mismo tiempo mencionan otros estudios que afirman que no hay certeza sobre el tema. Ante esta carencia, piden que se aplique el principio precautorio, para evitar potenciales afectaciones al ambiente. Todo en el caso de que no se aclare el tema.
En la empresa aseguran que esperaban que hubiera oposición al emprendimiento por el contexto que rodea a la minería en Mendoza. Pero aseguran que el proyecto no implica ningún riesgo ambiental porque respeta la ley 7.722.
"La metodología de extracción no usa ningún tóxico y no implica ningún riesgo para el agua", aseguró Fabián Gregorio, presidente de la empresa. Gregorio aseguró que quieren imponerle claridad al proceso. "Ante cualquier duda nosotros queremos más transparencia. Pero todo tiene que ser presentado por las vías institucionales", aseguró. Para los empresarios "sería suicida" incluir errores de ese tipo.
La minera tomó varias precauciones antes de iniciar el proyecto.Aunque el emprendimiento se desarrolla en un terreno de 2.900 hectáreas, la empresa compró toda la estancia, que abarca 120 mil hectáreas.
Esto le permite, por ejemplo, tener pleno dominio sobre el arroyo El Tigre, que de esa manera "nace y muere" en terrenos privados, acotando la competencia de Irrigación. De la misma manera evita conflictos con los superficiarios de la tierra, pues SanJorge tiene la propiedad.
En un comunicado oficial, la empresa afirma que "ratifica enfáticamente todos y cada uno de los datos e informaciones que componen el Informe de Impacto Ambiental". Según el comunicado, la denuncia "carece de toda fundamentación técnica y científica" y fue hecha "con un interés que no excede lo meramente mediático". Desde SanJorge creen que todo el movimiento generado en los últimos días "no es casual".
Aún faltan informes sectoriales que son claves
El proceso de evaluación de impacto ambiental del proyecto San Jorge está a mitad de camino.La empresa presentó su informe, realizado por la consultora Vector, que actualmente se encuentra en período de consulta pública.
La UTN emitió un dictamen favorable sobre el mismo, pero también ha sido cuestionado por Oikos. "No ponemos en duda el trabajo de los profesionales de la UTN, pero sí creemos que no es correcta la metodología usada, porque se basó sólo en la información otorgada por la empresa", aseguró Eduardo Sosa.
Pero aún falta incorporar al expediente los informes sectoriales de los organismos que tienen competencia en los recursos afectados.El más importante es el de Irrigación, que podría echar luz sobre la polémica acerca de la cuenca hídrica. Luego todo el tema es sometido a audiencia pública. La empresa estima que en 2011 podría iniciarse la construcción de la mina.
En síntesis
El proyecto. San Jorge se encuentra al norte de Uspallata y está sobre la cuenta “El Yalguaraz”. La polémica está centrada en si ese acuífero es “cerrado” o “abierto”. Es decir si tiene conexión con otros cursos subterráneos de agua o no.
La denuncia. Oikos asegura que en el Informe de Impacto Ambiental se incluyeron citas bibliográficas erróneas y mal interpretadas para conseguir la aprobación. Aseguran que no hay certeza y que “debe aplicarse el principio de precaución”. Amenazan con acudir a la justicia. Al mismo tiempo hubo manifestaciones contra el proyecto en Uspallata.
La respuesta. La empresa ratificó como cierta la información presentada y dijo que los reclamos deben presentarse por las vías institucionales.
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