El problema de la escasez de agua es de tal magnitud, que no puede dejarse de lado la participación del sector privado, lo cual debe ser regulada en términos contractuales y precisos, a la vez que es necesario ciudadanizar el manejo del líquido, consideró Polioptro Martínez, director del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
Señaló que en el valle de México es indispensable la existencia de una coordinación regional para lograr una solución del problema, además de que se deben reducir las fugas en la red, por las que se pierde 38 por ciento del recurso, y buscar nuevas fuentes de abastecimiento.
La zona metropolitana de la ciudad de México “es el corazón del país, y no podemos permitir que por falta de un líquido vital se nos vaya a infartar; debemos hacer lo necesario para que cuente con los recursos económicos, financieros e hídricos para su desarrollo, sin desperdicios ni abusos. Necesitamos que la ciudad mantenga su sustentabilidad a largo plazo”.
En entrevista, el director del organismo de investigación, integrado a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), apuntó que si no hay un plan de sustentabilidad para el valle de México, y a largo plazo “tendremos crisis cada vez más frecuentes y graves. Es muy importante hacer conciencia de esto; se requiere coordinación regional”.
Sostuvo: “desde hace tiempo se ha dicho que esta zona se encaminaba a una situación de baja sustentabilidad, porque se sobrexplotan los recursos hídricos y se utiliza más de lo que la naturaleza puede proveer de manera normal”.
En este momento “enfrentamos una sequía importante en Cutzamala, que abastece 25 por ciento del agua a la zona metropolitana de la ciudad de México, pero los recortes que han ocurrido representan 8 por ciento del abastecimiento, y la pregunta es: ¿cómo esto genera problemas tan significativos? La respuesta es que la ciudad ya es muy vulnerable. No es sustentable el aprovechamiento que hacemos del agua”.
Frente a las perspectivas de la escasez actual, afirmó que “llegaremos a la temporada de estiaje, a finales de este año y principios de 2010, con presas muy bajas. Sí hay un peligro real de que el abastecimiento en época de estiaje se reduzca más. Por eso son apropiadas las medidas de reducir el abasto de Cutzamala. No hay más remedio que esas medidas dolorosas”, que permitirían “tener niveles mínimos de abastecimiento y no poner en riesgo el sistema”.
Precisó que no se puede hablar de privatización, porque no está permitida por la Constitución, sólo es posible la participación del sector privado en el servicio.
“Si no convocamos a todos los sectores, los sociales, al público y al privado a la solución, ésta se puede retrasar, y mientras esto ocurra, la sustentabilidad del valle está más comprometida.”

Asunto de interés público
Aseveró que si la escasez aumenta, también “los conflictos se incrementarán”. El agua “no es un asunto partidista, pero sí de interés público. Tiene que hacerse un buen trabajo político para asegurar que las diversas partes se puedan sentir satisfechas con su aportación y con lo que reciben. Debemos buscar que no haya perdedores”.
Es necesario, añadió, hacer conciencia de que se debe pagar por el servicio del agua, porque por muchos años las tarifas han sido muy bajas y no han permitido a los organismos operadores, tanto del Distrito Federal como del estado de México, contar con los recursos necesarios para reponer tuberías, hacer labores de mantenimiento y buscar nuevas fuentes de abasto.
Las tarifas, agregó, deben ser equitativas; que se cobre más a quienes mayores posibilidades tienen de pagar y menos a los de menores recursos. “Hay preocupación en los estratos desfavorecidos al pensar que les pueden subir la tarifa significativamente, pero deben ser cuotas cruzadas.”