La sequía en pastizales y bosques, unido a la imprudencia o mala intención de personas, hacen que hoy las llamas continúen afectando zonas de la periferia capitalina y otras regiones de Ecuador.
El Plan Fuego de la municipalidad de Quito todavía no determina con exactitud cuántas hectáreas se han quemado en este verano. Sin embargo, los bomberos calculan que ya superan las 217, se contabilizan 45 incendios forestales de gran magnitud y hay varias personas detenidas.
Manuel Sánchez, jefe del Plan Fuego, dijo que esperan los informes de los sectores afectados para determinar el total de hectáreas quemadas y aclaró que en las laderas del volcán Pichincha, en las afueras de la capital, se mantiene vigilancia permanente para evitar la reactivación de las llamas.
El pasado fin de semana ocurrieron unos 20 incendios en diversos sectores, 11 de mayor alcance y nueve de baja intensidad, controlados todos. Uno de esos siniestros, en el Parque Arqueológico Rumipamba, expandió sus llamas hasta poner en peligro a varias viviendas y al Colegio San Gabriel, al norte de Quito.
En la provincia de Azuay, 450 kilómetros al Sur de Quito, se registraron nueve incendios forestales cerca de Cuenca, la capital, en los cuales fueron movilizados 85 bomberos. Las autoridades locales han pedido apoyo a miembros del Ejército para sofocar completamente los focos pendientes.
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