En la próxima semana la Cooperativa de Provisión de Servicios Públicos en coordinación con la APA comenzaría a iniciar el operativo de acarrear agua desde El Quiquilamón, ante el agotamiento total de los recursos hídricos que tiene El Zanjón, extraídos mediante retrobombeos en diferentes sectores de ese reservorio.
Por supuesto, al desaparecer la fuente natural de provisión de agua para nuestra población urbana y también rural de la jurisdicción, el panorama va tomando otro cariz al profundizarse las indudables necesidades que demanda mínimamente la atención a los 38.000 habitantes de nuestro ejido junto a los pobladores de otros parajes circunvecinos, en donde se encuentra radicado el núcleo más grande de productores agropecuarios de la región, ubicados en el noreste de nuestro extenso departamento General Güemes.
El mencionado operativo representa que los camiones cisternas deberán recorrer unos 36 kilómetros de ida, o sea, que serían unos 70 kilómetros por vuelta, y si son unas 30 unidades que pueden intervenir en la presente emergencia, tendrían que efectuar unos 4 viajes por días para aportar un poco más de 600.000 litros diarios a nuestra planta potabilizadora.
Si en primera instancia, la distancia a recorrer por pavimento es más corta con referencia a utilizar posiblemente a la laguna Glos sobre la mano derecha tomando como referencia al puente interprovincial General Galo Lavalle, pero por el momento se encuentra a muy bajo nivel porque no está ingresando el río Bermejo a la misma, en relación a su actual muy poco caudal.
La ruta provincial 29 Castelli El Destierro sobre la traza de la antigua ruta nacional 95, es la utilizaría para este primer operativo de emergencia, pero todo es de tierra, lo cual demandaría un cuidado muy especial con riego diario y nivelación por parte de la Delegación Zona IV de Vialidad Provincial, a fin de evitar que en diferente tramos no bien afirmados, las huellas de las camiones cargados de agua, por su natural movimiento de oscilación del líquido elemento en la parte del interior de cada tanque, produzca el conocido efecto de ondulación que hace en primera instancia, reducir notoriamente la velocidad de las unidades, y otra, en el avance de estas fallas geológicas, se deberá interrumpir el tráfico para evitar mayores daños, como rotura de elástico de los camiones.
Por todo lo explicado, ya es conocido por otras dos oportunidades anteriores por lo menos, que se concretaron con igual objetivo pero con los inconvenientes acotados por el intenso tráfico que se origina.
Hector Carlos Balustra
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