La nieve caída durante las últimas semanas de agosto en la alta montaña mendocina no sólo generó malas noticias, como el prolongado corte del Paso Internacional Cristo Redentor o las avalanchas producidas en la cordillera. Lejos de esto, gracias a las precipitaciones que se fueron acumulando será posible que la provincia mejore sus expectativas respecto de la cantidad de agua que necesitará para abastecer el campo y la ciudad durante este verano.
Desde el análisis científico, la causa de las nevadas que dejaron a miles de camiones varados sobre el final de este invierno, está ligada a un episodio "cálido de oscilación del sur" (más conocido como Corriente del Niño) que comenzó a manifestarse durante mayo pasado en las aguas del Océano Pacífico.
Según explicó Federico Norte, doctor en meteorología y director del Programa Regional de Meteorología, el fenómeno comenzó a producirse entre el final del otoño y el inicio del invierno que culmina.
"Al subir la temperatura superficial del agua en el océano Pacífico, que por lo general es fría, empezó a producirse el Fenómeno del Niño, cuyo impacto se manifiesta de dos a tres meses después", deslizó el investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (Conicet).
Si bien las consecuencias de este evento natural que se repite de modo diferente cada períodos indeterminados de tiempo afectan a todo el planeta, en nuestra provincia, su incidencia ha sido notoria durante agosto.
La fecha justamente coincide con el tiempo estimativo que existe desde que se inician los cambios marítimos hasta que sus repercusiones son más notorias del lado cordillerano. Pero no sólo las copiosas y repetidas nevadas de los dos últimos meses fueron las consecuencias del Niño. La intensidad con que soplaron las ráfagas de viento Zonda que llegaron a superar los 100 kilómetros por hora desde la cordillera al llano, también respondieron al fenómeno.
Pero a juzgar por los pronósticos que se vienen para la próxima temporada primavera- verano, el saldo no fue del todo negativo para Mendoza. Es que ya pasado el frío y en el umbral de los días primaverales, todo indica que la nieve acumulada en las altas cumbres permitirá alcanzar niveles óptimos de agua de deshielo.
Incluso, a diferencia del año pasado, las expectativas para el verano 2010, son mejores. "En el invierno de 2008 no se produjo este fenómeno y por lo tanto las nevadas no fueron tan abundantes. En cambio ahora, será posible compensar el déficit que se había producido al no caer suficiente nieve", comparó el investigador y agregó que de todas maneras "sería necesario al menos una o dos nevadas más en la cordillera para llegar a los valores normales".
Mientras se realiza el balance general de las temperaturas registradas en los meses invernales que terminan, Norte aclaró que agosto de 2009 fue más cálido que el de 2008. Esto se debió a la existencia de una onda tropical que durante la última semana de ese mes hizo subir los valores promedio.
De acuerdo al especialista, el último fenómeno intenso producido en las aguas del Pacífico y que tuvo repercusiones climáticas a nivel planetario, generando lluvias, sequías o inundaciones en distintas regiones -por la interacción del océano con la atmósfera- ocurrió en 1997. "Cada episodio del Niño tiene sus particularidades. Ninguno es exactamente igual que el otro, porque aunque tengan una base similar, no son clones", aclaró el investigador.
Hasta el momento no existen trabajos científicos que demuestren en Mendoza una relación entre el período estival y el fenómeno del Niño. Sin embargo, existen posibilidades de que el mes de febrero sea más lluvioso.
En tanto que para esta primavera no se esperan demasiadas modificaciones respecto de las vividas en los últimos años. "En Mendoza la tendencia será acorde a la climatología, es decir que se mantendrá similar al promedio de muchos años. No habrá cambios positivas ni negativos", detalló Norte.
Inundaciones en el Litoral
La corriente marítima conocida como Fenómeno del Niño traerá aparejadas inundaciones en los principales ríos y afluentes de las zonas este y Litoral de Argentina. Es que durante la primavera y el verano de 2009, los diagnósticos ya mostraban que existe 75% más de posibilidades de que llueva más de la cuenta en el sur de Brasil y Paraguay.
"Las cuencas se van a llenar de mucha agua y sobre el otoño van a colapsar", pronosticó Federico Norte, doctor en meteorología.
La consecuencia de esto, advirtió el especialista, será que entre marzo y abril de 2010 el país tendrá serios problemas de inundaciones. "El escenario será totalmente contrario al que tuvimos en 2008 y principios de 2009 cuando hubo sequía por el enfriamiento del mar", agregó Norte.
En una proyección más inmediata, el especialista mencionó que al haber más lluvias "durante la mitad de la primavera, en el centro y el este del país se registrarán menos días de sol y por lo tanto la temperatura podría bajar".
El diagnóstico de Irrigación
Desde el Departamento General de Irrigación, coincidieron en que las nevadas producidas en alta montaña a fines de agosto y principios de setiembre permitieron aliviar el abasteciendo de agua en Mendoza. "Esto posibilitó entrar en la franja media que la provincia necesita", aseguró Gerardo Pereyra, titular de la Dirección de Recursos Hídricos de este organismo.
Así, la "Tormenta de Santa Rosa" dejó un saldo positivo para los meses venideros. "El temporal mejoró las cosas en comparación a cómo estábamos hasta mediados de agosto", afirmó Pereyra y agregó que hasta ahora en la provincia nunca ha faltado agua para consumo debido a que, ante una emergencia, se da prioridad a las necesidades más urgentes de la población.
Una primavera normal de 2009
La primavera, que según el calendario empieza mañana, se celebrará con una temperatura agradable que oscilará entre los 9 grados de mínima y los 23 de máxima, con cielo parcialmente nublado, según adelantó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Luego hasta fines de noviembre, el clima continuará con temperaturas que oscilarán entre 14 y 24 grados, y con lluvias que tenderán a regularizarse e incluso a ser más copiosas en algunas regiones del país.
Para esta primavera "se esperan lluvias normales o superiores a las normales en la región del litoral y norte de Buenos Aires", dijo José Luis Stella, climatólogo del SMN. Aclaró que en esa región esta primavera será diferente, "ya que en las anteriores hubo sequías prolongadas".
En el resto del país se esperan precipitaciones dentro de "los valores normales", señaló Stella, tras añadir que en el noroeste de la Patagonia, donde se está terminando la época de lluvias, "podría haber algunas intensas al comienzo de la estación".
Respecto de las temperaturas, Stella anticipó que "estarán dentro de los valores normales y en algunas zonas superiores, pero podemos tener días de más frío y de más calor por la variabilidad que tiene una estación de transición entre el invierno y el verano". Agencia Télam
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