Más de un centenar de líderes mundiales hicieron ayer un llamado en la Asamblea General de las Naciones Unidas a trabajar en conjunto para reducir las emisiones de gases y detener el calentamiento del planeta, mientras que Estados Unidos y China -los países que más contaminan- hicieron vagos compromisos para profundizar sus esfuerzos.
"Los principales científicos del mundo advierten que tenemos menos de diez años para evitar los peores escenarios proyectados. El cambio climático es el problema geopolítico y económico del siglo XXI", alertó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que convocó a esta conferencia especial para generar más conciencia ecológica antes de la cumbre climática que se realizará en diciembre en Copenhague.
Allí se sentarán nuevos límites mundiales a la emisión de dióxido de carbono, que reemplazarán a los negociados en el Protocolo de Kyoto, en 1997. "No llegar a un acuerdo amplio en Copenhague sería moralmente inexcusable, económicamente imprudente y políticamente desaconsejable. La ciencia lo exige; la economía mundial lo necesita", subrayó.
Con las negociaciones estancadas, Ban quiso que esta reunión inyectara mayor impulso político al debate. Para ello expuso en la gran sala de la Asamblea videos que muestran el derretimiento de los glaciares, especies animales en extinción y llevó a un grupo de jóvenes que, en nombre de las nuevas generaciones, exhortaron: "¡Queremos acciones! ¡Demuestren liderazgo!".
Las miradas estuvieron puestas en Estados Unidos y China, países que producen el 40% cada uno de las emisiones de dióxido de carbono del mundo y que no adhirieron al tratado de Kyoto, que obligó a reducir entre un 5 y un 10% estos gases que generan el efecto invernadero.
En su debut en el podio de la Asamblea, el presidente estadounidense, Barack Obama, aceptó que su país tardó en reconocer la magnitud de la amenaza -sobre todo durante la última administración de George W. Bush-, pero afirmó que su gobierno hizo más por reducir la contaminación de carbono en los pasados ocho meses que nunca antes en la historia.
No obstante, su proyecto de ley que impone cortes a los estados en su emisión de gases contaminantes languidece en el Congreso.
"La seguridad y la estabilidad de cada nación y de todos los pueblos, nuestra prosperidad, nuestra salud, nuestra seguridad, están en peligro. Y el tiempo que tenemos de revertir esta tendencia se nos está acabando", dijo.
"La respuesta de nuestra generación a este desafío será juzgada por la historia, porque si fracasamos en enfrentarlo nos arriesgamos a consignar a las futuras generaciones a una catástrofe irreversible", apuntó, al exhortar a todos los países a colaborar.
El presidente de China, Hu Jintao, también habló por primera vez ante la Asamblea (los mandatarios chinos tradicionalmente no asisten a esta reunión), y aprovechó la oportunidad para exponer toda una nueva estrategia de desarrollo sustentable para su país, aunque evitó dar cifras muy específicas.
"Para el año 2020 buscaremos reducir en un notable margen las emisiones de dióxido de carbono por unidad del PBI en relación con el nivel de 2005", prometió en su anuncio más ambicioso, aunque no explicó si los recortes serán obligatorios y, al vincularlos con el PBI, mantuvo la posibilidad de que, a pesar de que se reduzcan las emisiones por persona, el total del país aumente.
Hu explicó que su nuevo programa de desarrollo sustentable incluirá, entre otros puntos, el incremento de la superficie dedicada a la plantación de bosques y el establecimiento de un modelo económico que proteja el medio ambiente.
"Los países en desarrollo necesitan encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente", señaló.
Su llamado fue luego reiterado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien pidió a las naciones industrializadas facilitar la transferencia de tecnología "verde" y financiar los esfuerzos de desarrollo sustentable de los países más pobres. En este sentido, apoyó la propuesta de México para que se establezca una contribución universal para que ningún país quede al margen del cambio.
"Somos la última generación que todavía puede tomar acciones. Debemos limitar el calentamiento global a dos grados centígrados o nos enfrentamos a un desastre total", advirtió. Sarkozy propuso luego la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente para que se encargue del derecho internacional en esta materia.
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