El fin de semana el fuego devoró pastizales y árboles a lo largo de dos kilómetros, camino a Villa Nougués. En Tafí Viejo, al noroeste de la hostería municipal, hasta anoche los bomberos intentaban frenar el avance de las llamas, que ya habían destruido más de 25 hectáreas.
Los incendios están relacionados a las condiciones climáticas, según el biólogo Juan González. "La sequía favorece a que se enciendan con mayor facilidad las hojas y ramas secas que hay sobre el suelo. Además, el viento es un aliado que ayuda a extender el fuego, remarcó. Aunque bajo estas circunstancias las quemas pueden generarse en forma natural, las autoridades están convencidas de que en la mayoría de los casos son siniestros intencionales", explicó. En Tafí Viejo, por ejemplo, según las investigaciones policiales, tres chicos habrían iniciado el fuego hace cuatro días como parte de un juego, detalló el comisario Luis Ibáñez, jefe de la Regional Norte. Precisó que sólo se registraron daños en el ambiente y que no hubo víctimas.
El jefe de los Bomberos Voluntarios de la ciudad, Carlos Cambera, comentó que los efectivos trabajan más de 10 horas por día para controlar el fuego en el predio ubicado al oeste del centro taficeño. Remarcó que, por momentos, el siniestro ayer parecía estar fuera de control. "El humo es muy denso y la temperatura es altísima. Cuando cae un árbol, el fuego se expande rápidamente", resaltó, y luego lamentó que se haya destruido un bello espacio del pedemonte.
Agravantes
Según dijo, este año tuvieron el triple de trabajo respecto de 2008. "Ya tuvimos más de 170 incendios de pastizales. El viento y la sequía agravaron la situación", indicó. Cambera apuntó que el principal problema es el hábito que tienen los vecinos de quemar todo lo que hay a su alcance. "Anoche (por el lunes) recibimos denuncias de personas que estaban comenzando a incendiar otro pastizal. Tenemos conocimiento que esta modalidad comenzó a extenderse con el objetivo de desmontar espacios que luego serán destinados a ser countries", especificó.
En Lules, los Bomberos Voluntarios también están desbordados de trabajo porque la cantidad de incendios se triplicó en los últimos meses. El jefe de la repartición, Juan Bertolini, informó que al controlar el siniestro en Villa Nougués descubrieron que el fuego había sido iniciado en un rito. Los efectivos encontraron botellas de colores, velas y cabezas de pollo. Estos elementos fueron aportados a la Justicia para que determine quiénes son los responsables de la quema.
El lunes, durante los festejos del Día del Estudiante, se registró otro incendio en la zona de la Quebrada de Lules. El hecho indignó a los bomberos. Bertolini pidió específicamente a las autoridades que hasta la finalización de la época de sequía se prohiba el ingreso a la zona, que es altamente riesgosa.
Medidas severas
"Es necesario adoptar medidas severas, como no permitir la entrada a sectores peligrosos. Hay mucha basura en las laderas de los cerros y a la gente pareciera que le gusta encender fuego en cualquier parte", recalcó. Bertolini precisó que en 2008 se registraron 100 incendios durante todo el otoño e invierno y que este año ya superaron los 280.
Más allá de los peligros que pueden significar los incendios cuando se acercan a sitios poblados, el mayor daño que genera el fuego lo sufre el suelo. Cuando este se quema, se produce una erosión. Durante las lluvias estivales, el agua arrasa con el barro y llena de sedimento los canales de desagües y los ríos, lo cual favorece a las inundaciones, explicó el biólogo Juan González.
Reaprovisionados
Algunos bomberos y lugareños de Tafí Viejo sufrieron principios de asfixia mientras combatían el fuego detrás de la vieja hostería municipal, aunque afortunadamente se recuperaron rápido. Además los socorristas debieron reaprovisionarse numerosas veces de agua. Cuando con los camiones cisternas no podían llegar hasta donde estaban los principales focos, utilizaban las mochilas, pero la capacidad es muchísimo menor. |
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