La Fundación Chadileuvú no quiere que la extracción de potasio en el río Colorado deje una "montaña" de sal de por vida aunque sea a 18 kilómetros del río. El riesgo de contaminación siempre estará presente. Por ello, pedirá al gobierno pampeano y al comité cuenca que exijan que la parva de sal no quede allí. También solicitará que la industrialización del mineral se realice en nuestro país.
"El balance es levemente positivo para Mendoza, pero negativo para el país". Así evaluó la Fundación Chadileuvú los pro y los contra del proyecto minero Potasio Río Colorado, un megaemprendimiento que hace unos días obtuvo el visto bueno de la provincia de Mendoza para ponerse en marcha. Los perjuicios de la explotación superarán holgadamente a los pocos beneficios que aportará, que además sólo alcanzarán a la provincia de Mendoza. "El potasio también es parte del patrimonio nacional", sostuvo Héctor Gómez, presidente de la Fundación, al señalar lo injusto del hecho de que esa reserva mineral se encuentre en una provincia, devengue beneficios sólo a ella.
En la otra vereda, los efecto negativos serán mayores, máxime si se meritúa la posibilidad de contaminación del río norpatagónico. A la Fuchad le preocupa sobremanera este último punto porque si hubiera un derrame o algún incidente, no se sentirá en la provincia de Mendoza sino en las cuatro restantes: Neuquén, La Pampa, Río Negro y Buenos Aires.
Mendoza tiene una conocida actitud de manejar los ríos interprovinciales como si fueran propios, y de desinteresarse de los problemas ambientales que su actitud provoca. Por ello, para la entidad pampeana no representa ninguna garantía que el residuo salino (cloruro de sodio) de la extracción de potasio, se deposite en un bajo ubicado a 18 kilómetros del río. "Si bien es muchísimo mejor que lo anterior -el deshecho iba a quedar junto al cauce-, no nos convence que esas parvas van a quedar allí por años y años, para siempre", reflexionó Gómez. "Quién nos puede garantizar que el clima del futuro va a ser igual que el actual, o que no haya algún sismo de gran intensidad que produzca algún problema".
Para la Fundación Chadileuvú, la única y real solución contra la contaminación es "que se lleven el cloruro de sodio", que no quede depositado allí. "Se incrementarían los gastos, es cierto, porque habría que transportar el doble del volumen que tienen previsto ahora", reconoció Gómez. No obstante, el negocio seguiría siendo muy rentable. "No van a perder plata, sólo se les van a achicar un poco sus enormes márgenes de ganancias", disparó el directivo.
Trabajo.
Acompañado de Carlos Millán y Néstor Decristófano, Gómez anticipó que elevará la Fundación es que la industrialización del cloruro de potasio se realice en nuestro país, algo que ahora no está previsto. "Así se generaría una importante mano de obra", señalaron los directivos, aclarando que a su entender, los 380 puestos de trabajo que dará la mina son poco para el impacto ambiental que provocará y el volumen de riquezas que dará a sus inversores. Si la industrialización se concretara en el país, se crearían "miles de puestos de trabajo", aseguraron. "Queremos que todo el proceso se haga acá, en el país: la extracción, el procesado y el envío al exterior como fertilizante". El proyecto, tal como está concebido y autorizado, es sacar el material en bruto, transportarlo hasta el puerto de Bahía Blanca en camiones y trenes, y sacarlo fuera del país en barcos. Es decir, la etapa de ponerle valor agregado se haría en el extranjero. "Ya es hora de dar vuelta la ecuación y empezar a exigir que la industrialización se haga acá", reiteró Gómez.
Este pedido también se elevará al gobierno pampeano y al Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco), para que ellos le den el curso que les parezca apropiado.
Estratégico.
Otras dos preocupaciones que embargan a los titulares de la Fuchad son la importancia del potasio -materia prima de los fertilizantes- y el "desmersurado" consumo de gas natural que tendrá la mina.
Los suelos argentinos hoy no requieren de una fertilización intensa porque están -salvo algunos sectores- en buenas condiciones. "Pero no sabemos qué va a pasar dentro de 30 años. Quizá lo necesitemos, y entonces nos vamos a dar cuenta del valor estratégico que tiene el potasio".
El consumo de gas será tan alto que en el momento de mayor actividad, la mina necesitará de 1 millón de metros cúbicos por día. Esto es nada menos que un tercio de lo que Argentina compra a Bolivia para garantizar el consumo de sus habitantes. "Semejante despilfarro es inconcebible en un país con una creciente crisis energética", advirtió la Fuchad.
Con esos elementos, la Fundación se manifestó en contra del proyecto minero, por lo menos en las condiciones en que está aprobado y reclamó a los gobiernos de las provincias condóminas del río a que inicien acciones "para aventar en lo más posible estas fundadas prevenciones y dudas".
|
|
|