Ante la preocupación de la comunidad de padres del jardín de infantes de la escuela “Dr. Raúl G. Villafañe” del barrio ciudad, las autoridades educativas y del municipio están investigando la posible contaminación del agua acumulada en la cisterna del centro educativo.
Al parecer, se detectó que los caños que proveen al depósito estarían recubiertos de una sustancia parecida al óxido, así como también se advertirían depósitos similares en las paredes de la cisterna.
Esa circunstancia hizo que personal de la Administración Municipal de Obras Sanitarias aconsejara que los niños y el personal que se desempeña en el lugar no consuma esa agua.
La escuela “Dr. Raúl G. Villafañe” fue inaugurada oficialmente en el mes de mayo por el gobernador Juan Schiaretti y el ministro de Educación Walter Grahovac, pero el establecimiento ya había comenzado a funcionar en el mes de abril.
Desde aquel momento, los alumnos del jardín de infantes deben llevar sus botellas con agua para consumir durante las horas que permanecen en el instituto.
Pese a tratarse de un edificio recién construido también se habrían detectado algunas falencias en materia de instalación eléctrica, gas natural y cloacas.
Consultada sobre la situación, la subinspectora general de nivel inicial y primario Graciela Ferreira señaló que “hubo unos reclamos de situaciones particulares de la escuela que devienen de la inauguración”. La docente expresó que el edificio del centro educativo tiene un tiempo de garantía y ante cada situación problemática que se presente deben dirigirse a la Dirección de Arquitectura.
“Yo convoqué a la gente de la Dirección de Arquitectura, ellos se acercaron, estuvieron con nosotros, quedaron comprometidos en venir para tomar en cuenta estas cuestiones”, afirmó Ferreira.
El tema más preocupante es el de un caño de la cisterna que presentaba una sustancia semejante al óxido y que por consejo de los funcionarios cordobeses debía ser analizado. Es así que surgió la posibilidad de cambiar ese elemento que podría contar con alguna falla de materiales.
Los técnicos detectaron también una cierta turbidez en el agua, por lo que se propuso realizar la limpieza de la cisterna para luego efectuar los análisis correspondientes.
En la observación in situ que se realizó, otro de los inconvenientes que se notaron es la presencia de material biológico, como pequeños insectos. Por eso se aconsejó realizar un sellamiento de la cisterna para que no se produzca el ingreso de los mismos.
Tras la limpieza del depósito de agua, el martes se realizaron análisis bromatológicos cuyos resultados podrían conocerse en el transcurso de esta jornada.
Al parecer, existiría la posibilidad de la presencia de bacterias coliformes, unos microorganismos que podrían testimoniar la existencia de algún elemento patógeno. Sin embargo, desde la escuela se indicó que no habría fisuras en el tanque ni filtraciones de líquidos cloacales que pudieran alentar esa alternativa.
Pese a ello, queda latente la posibilidad de que los nuevos análisis permitan descubrir la causa por la cual se produce el deterioro de la cañería y la eventual contaminación del agua. La cuestión, al tratarse de un jardín de infantes, se amplificó de tal modo que llevó a los padres a un estado de intranquilidad ante la falta de precisiones respecto a la calidad del agua.
Desde el municipio se garantizó que el líquido que llega a través de la red domiciliaria es apto para el consumo humano.