Si ya eran el blanco de una avalancha de críticas, después de la sesión del Consejo Superior, la sensación de bronca contra ellos superó los altos techos del Rectorado. No era para menos tras semejante defensa a Minera Alumbrera por parte de los técnicos y los directores del YMAD por la UNT, Rodolfo Campero y Mario Marigliano. Fue justamente este el primero en reaccionar ante los reclamos de sectores sociales, en su mayoría progresistas, a los que este ex rector los calificó, paradójicamente, de hacer “fascismo verde”.
Es que para Marigliano, el cada vez más creciente rechazo de sectores sociales a las megaexplotaciones mineras forma parte de “una ola verde”, donde se hace una especie de “fascismo verde”, en el que según dijo, “todo lo que tenga que ver con la minería es malo”.
Visiblemente molesto por la requisitoria periodística no oficialista –junto a primerafuente también fue abordado por el medio alternativo Contrapunto- Marigliano recomendó a quienes lo interrogaban leer un libro referido a su pregonado “fascismo verde”. Sin embrago, su exhortación instructiva se quedó corta: poco pudo decir sobre la temática de su publicación afín y menos sobre quien era su autor.
La cadena de incertidumbres y grises también se vio reflejada a la hora de responder sobre los tres análisis que se presentaron ante el Consejo de la UNT y que negaban niveles ilegales de contaminación en el canal DP2 por parte de Minera Alumbrera.
Según Marigliano, los estudios sobre los vuelcos de efluentes desde la planta de secado de la minera sí respetan tanto los parámetros de contaminación fijados por normativas provinciales y nacionales.
Sin embargo, el director del YMAD no puedo con su genio y volvió a aconsejar a los periodistas. “Ojo con el tema de los parámetros; no se dejen llevar por lo que dice algún hombre de la Justicia”, sostuvo en clara alusión al fiscal federal general Antonio Gustavo Gómez a quien prefirió no identificar. “Los parámetros de La Rioja no son los mismos que los de Tucumán. En el sur también son diferentes ya que varían según la morfología propia del terreno”, agregó.
Claro que Marigliano no pudo o no quiso darse cuenta que los niveles fijados por la ley nacional 24.051 sobre residuos peligrosos -la cual señaló que sí se la respeta- son aplicables para todas las provincias por igual más allá “morfología propia del terreno” que el inculca.
Justamente, la sospecha que causan estos informes ambientales del canal DP2 radican en que se basaron en resoluciones del Siprosa, mucho más flexibles que lo establecido por la citada ley federal. Y fue justamente a partir de esta norma que Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán procesó al directivo de Minera Alumbrera Julián Rooney por aparente contaminación en el DP2.
Sin embargo, Marigliano fue más allá, y afirmó que la Justicia “se equivocó” en procesar a Rooney debido a que se manejó con pruebas tomadas por Gendarmería “que no es laboratorio acreditado para este tipo de estudios”.
“Esas muestras dicen que se va (por el canal DP2) cobre en cantidades industriales. De ser así, la minera estaría perdiendo plata”.
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