Los científicos han apelado a los gobiernos para dirigir la apremiante situación de los pobres. Los expertos reivindican que los pobres, que están luchando por sobrevivir, no serán capaces de responder a la crisis global simultánea económica, alimentaria, energética y de población, además de a la sequía, las altas temperaturas y las tormentas de polvo asociadas con el cambio climático.
William Dar, facilitador de la Primera Conferencia Científica de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), que tiene lugar en Buenos Aires, Argentina, asegura que estos acontecimientos pueden “enviar a los pobres de vuelta al fondo del desarrollo”, añadiendo que las formas innovadoras de aprovechar la ciencia pueden posibilitar a los países en vías de desarrollo a trascender a la inminente “tormenta perfecta”. Según los expertos, la gestión sostenible de la tierra debe ser la solución.
Alrededor de 2 billones de personas viven en todas las tierras secas del mundo, y de esos, 1.2 billones están clasificados como pobres. El Informe Mundial de Desarrollo de 2010, hecho público por el Banco Mundial hace menos de dos semanas, estima que los países en vías de desarrollo, acuciados ya por la pobreza y el hambre, “afrontan el 75-80% del daño potencial del cambio climático”.
Mahmoud Sohl, Director-General del Centro de Investigación para la Agricultura en Zonas Secas (ICARDA), afirma que la situación de la seguridad alimentaria está en peligro, ya que muchas regiones del mundo muestran un intervalo de crecimiento entre las necesidades alimentarias y la capacidad para producirlas. Además, Sohl insiste en que la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía, han contribuido en parte a esta situación, y que estos fenómenos se encuentran estrechamente ligados con la pobreza, entre otros factores.
La científica argentina Elena Abraham también apunta sobre la existencia de un enlace entre las tierras marginales y la pobreza, pero muestra que la capacidad productiva del ganado en las zonas secas puede incrementarse en un 300% más a través de la gestión sostenible de las tierras, sin la utilización de pesticidas y con la mejora del ecosistema.
Sohl asegura que las tierras secas poseen varios valores económicos, citando los materiales genéticos que las plantas tienen en sus bancos de semillas para “soportar la sequía, el calor o la salinidad”.
Klaus Kellner, Presidente del Comité de Ciencia y Tecnología de la Convención, apela a los científicos a abastecer a aquellos que toman las decisiones con “la ciencia más avanzada para controlar y evaluar la degradación de las tierras secas”, y de este modo poder mejorar las condiciones de las personas y de los ecosistemas de esas regiones.
Luc Gnacadja, Secretario Ejecutivo de la UNCCD, destaca que hay una necesidad de conocimiento acerca de dónde se producen la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía, además de la severidad de estos fenómenos, y de cuánta gente y ecosistemas están afectados, y saber también, los gastos de recuperación que todo ello supone.
La Conferencia Científica es una respuesta a la llamada hecha por las Partes a la Convención hace dos años para consejo científico al abordar las amenazas de la desertificación, degradación de la tierra y sequía. Las Partes están interesadas en mejorar las condiciones de vida de las comunidades locales y de los sistemas medioambientales, así como también en obtener los beneficios de estos ecosistemas.
Se espera que la Conferencia Científica, desarrollada entre los días 22-24 de Septiembre de 2009, dote a las Partes de las herramientas necesarias para medir y evaluar las tendencias en desertificación, degradación de la tierra y sequía.
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