La hidroeléctrica Corani y las plantas Valle Hermoso y Guaracachi fueron transferidas hace 12 años al sector privado, y proveen de energía por 1.146 megavatios a las principales ciudades bolivianas.
Corani es controlada por el grupo francés GDF Suez a través de su filial Inversiones Ecoenergy Bolivia; y Guaracachi, por el grupo británico Rurelec PCL. Valle Hermoso está en manos de The Bolivian Generatings Group, filial de Panamerican Bolivia.
El gobierno de Evo Morales promulgó este mes un decreto supremo para que la Empresa Nacional de Energía (Ende Bolivia) asuma control de un 47,2 por ciento de las acciones de Corani, un 48,8 por ciento de Guaracachi y 49,8 por ciento de Valle Hermoso.
Morales, que ya realizó nacionalizaciones en el sector de hidrocarburos, minería y telecomunicaciones, ahora proyecta la construcción de las plantas hidroeléctricas Cachuela Esperanza (departamento de Beni), Misicuni (Cochabamba), El Bala (La Paz) y Tahuamanu (Pando) para la generación de unos 2.500 megavatios.
"Algunos expertos en energía me dicen (que) ustedes podrían estar exportando (una) energía mejor que el petróleo, mejor que el gas", comentó Morales en un mitin político con trabajadores de empresas de energía eléctrica.
Dijo que la generación de energía limpia podría poner fin a las subvenciones para las termoeléctricas privadas que sustentan la generación en parte del sistema boliviano interconectado.
"El Estado tiene que subvencionar a las termoeléctricas privadas con el diésel que consumen", agregó.
Tras su retorno de los Estados Unidos, Morales visitó el jueves la localidad de Entre Ríos, en Cochabamba, centro de Bolivia, para una inspección de la construcción de una planta termoeléctrica que generará unos 100 megavatios adicionales de energía eléctrica para reforzar el sistema interconectado de electricidad.
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