La prédica ecologista se multiplica y tiene cada vez menos prejuicios para interpelar a sus destinatarios. Esta vez llegó a la bañadera, gracias al trabajo de SOS Mata Atlántica, una organización brasileña que le propone a la población orinar en la ducha. La cuenta es sencilla: una descarga del inodoro gasta hasta 12 litros de agua potable, lo que implica un volumen anual de 4.380 litros. Algunos dos datos avalan esta propuesta ahorrativa: el 95% de la orina es agua y hacer pis en la ducha no causa enfermedades. “Con este aviso quisimos mostrar cómo las pequeñas cosas que hacemos a diario afectan los recursos naturales”, resumió Ana Ligia Scachetti, directora de comunicación de la ONG.
“Estamos haciendo campaña desde hace 23 años. Sin embargo, ésta es la primera vez que tuvimos una respuesta tan positiva. Nuestro mensaje llegó a los niños, a los adultos y también captó la atención de personas en otros países”, festejó Scachetti ante la BBC. El mensaje se resume en un cortometraje animado y efectivo, dirigido a un público de todas las edades: detrás de una mampara orinan, con conciencia y sin pudor, Mahatma Ghandi, Alfred Hitchcock, King Kong y la estatua de la Libertad, pero también anónimos deportistas, animales, monstruos y marcianos. El sitio web de Mata Atlántica completa la información con un juego interactivo que le pregunta al usuario si hace pis en el baño y después arroja los resultados: el 73% dijo “sí”.
SALVAR EL BOSQUE DE BRASIL. Aunque la ONG remarca que la práctica no perjudica la salud, obviamente recomienda hacerlo al principio del baño. Los que se negaron a unirse porque la actividad no les parece apropiada reconocieron que la campaña los ayudó a pensar en cómo ahorrar agua de otra manera, al lavar los platos o el auto.
Más allá de la propuesta global, la campaña está focalizada en un objetivo puntual: salvar el bosque atlántico de Brasil, del que sólo queda un 7% de superficie. Aunque es una región menos conocida que el Amazonas, tiene una mayor biodiversidad de plantas y animales por hectárea. Abarca ciudades como San Pablo, Río de Janeiro y Curitiba, en un área que totaliza 3.000 ciudades. Y sus 120 millones de habitantes se abastecen con el agua de los ríos que nacen, precisamente, en esos bosques.
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