Al menos 51 muertos y 280 mil damnificados dejó la tormenta tropical Ketsana, que trajo las mayores lluvias vistas en esta capital en medio siglo, según datos oficiales reportados hoy.
Las riadas barrieron Manila este sábado, mientras muchos de sus desplazados moradores, que totalizan los 12 millones, se refugiaban en techos o recurrían a cualquier asidero para impedir se arrastrados por los torrentes junto a autos y chozas.
El jefe del servicio nacional de meteorología, Prisco Nilo, atribuyó la severidad de la tempestad al "cambio climático" y afirmó que en nueve horas cayeron 41,6 centímetros de lluvia, anulando el record de 33,4 de julio de 1967.
El gobierno declaró el "estado de calamidad" después que el diluvio sumergió varias zonas de la ciudad, incluidos los suburbios de Ciudad Quezón, en más de seis metros de agua, la "peor" inundación aquí vista, según dijo el secretario de Defensa, Gilberto Teodoro.
Teodoro informó que se confirmaron 51 fatalidades, mientras otras 21 personas siguen desaparecidas y cuatro mil fueron rescatadas en botes y helicópteros del ejército, pero muchas permanecían desamparadas en la tarde de este domingo.
En medio de gran confusión los hospitales del este capitalino fueron evacuados, alocuciones radiales instaban a la gente a mantenerse en los techos con promesas de que se haría lo máximo por recuperarlas, aunque en la barriada de Pasig algunos avanzaban con el agua hasta el cuelo e hijo y pertenencias en alto.
Tanto las líneas eléctricas como telefónicas quedaron cortadas en esa parte de la urbe, con uno de sus tres aeropuertos cerrados y cientos de pasajeros varados.
La cifra de desplazados bordea los 280 mil, de ellos 41 mil damnificados volcados en centros de evacuación, precisó el secretario de Defensa, en tanto la Cruz Roja filipina reportó que casi el 80 por ciento de Manila está bajo agua.
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