“La desertificación lidia con lo más antipático que es la pobreza estructural. Eso no vende, no es marquetinero. Entre comillas podemos decir que es ‘desagradable mostrarlo’ porque muestra que la sociedad no ha generado soluciones para esta gente”, precisó.
En el marco de la novena Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (COP 9), que se está realizando en la ciudad de Buenos Aires, Bibiloni hizo un análisis sobre lo que significa el tema a nivel nacional.
“El problema de la desertificación lo tenemos en La Quiaca, en Tierra del Fuego, en Formosa, en Salta, en Jujuy, y son temas locales, es con gente local”, dijo a Télam tras recibir productos naturales y artesanales de manos de un grupo de mujeres que integran el proyecto “Saberes y secretos de las tierras secas”.
Bibiloni precisó que “el problema de los gases de efecto invernadero reporta a otro sector; a las industrias y a los países que han emitido por demás. No son lógicas compatibles, no es homogénea. Entonces, no lo tenemos que mezclar”.
Para el funcionario, “si todo va al cambio climático, vamos a la lógica de los mercados que necesitan por supervivencia imponer esta nueva lógica. Nosotros no compartimos esta visión porque prima la economía sobre la política y la política define los intereses de lo colectivo, en cambio el mercado defiende los intereses del propio mercado”.
“El cambio climático trata de ser la madre de las convenciones y creemos que desertificación no puede fusionarse ni ir detrás porque el cambio climático tiene la lógica de la globalización, mientras que la desertificación tiene la lógica de lo local”, concluyo.
|
|
|