Al menos 144 personas murieron en Filipinas, al paso del huracán tropical Ketsana, que provocó las inundaciones más graves en 40 años. Al cierre de esta edición, 50 personas seguían desaparecidas. 337 mil personas tuvieron que huir de sus hogares, de las cuales 60 mil fueron alojadas en refugios de emergencia. La tormenta tropical alcanzó vientos con velocidades de 100 kilómetros por hora y en esas nueve horas cayó más lluvia que en todo el mes.
La presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, decretó el estado de emergencia y así podrá liberar dinero adicional para las medidas de rescate. Según un vocero militar, las trombas de agua llegaron a superar las del huracán Katrina, que en 2005 inundó la ciudad estadounidense de Nueva Orleans. El nivel del agua aumentó tan rápido que miles de personas tuvieron que protegerse en los techos de sus casas o subirse a las copas de los árboles, a la espera de los equipos de rescate.
En las calles, las personas se aferraban unas a otras para protegerse del impulso del agua, que les llegaba a la altura de la cadera. También estaban quienes se agarraban de los postes de luz para no ser arrastrados por la corriente.
Un 80% de la ciudad se quedó sin suministro eléctrico por unas horas, después de que la tormenta tropical llegara el sábado a ese país. Los sectores más afectados fueron Manila –la capital–, la provincia de Riza y las localidades de Tanay y Cainta.
|
|
|