El secretario agregó que los meteorólogos oficiales han vigilado una zona de presión baja en el Pacífico que podría convertirse en una tormenta y afectar el país en esta semana.
Teodoro dijo que el número de muertos había llegado a 140, pero las autoridades esperan que la cifra aumente a medida que los socorristas entren a las poblaciones que habían quedado obstruidas por autos arrastrados por el agua y escombros.
La tormenta tropical Ketsana tocó tierra en el país durante el fin de semana y dejó 32 personas desaparecidas.
Decenas de miles de residentes comenzaron a tratar de limpiar la zona mientras que la tormenta ya había dejado Filipinas haciendo más clara la destrucción que dejó tras de sí: comunidades cubiertas de lodo, calles con autos dispersos y enormes cantidades de habitantes sin agua, comida o electricidad.
Más de 450 personas resultaron afectadas por la tormenta, incluyendo unas 115.000, que tuvieron que ser albergadas en escuelas, iglesias y otros edificios, informaron autoridades. El ejército, la policía y voluntarios han rescatado a más de 7.900 personas hasta ahora, agregó Teodoro.
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