El intendente Carlos Felpeto aseguró ayer que si la Cooperativa Integral no da marcha atrás en sus reclamos por “deudas inexistentes”, se analizará seriamente la posibilidad de crear una empresa municipal de agua y cloacas para reemplazar a la concesionaria en la prestación de estos dos servicios..
“La Cooperativa tiene una capacidad de desinformar extraordinaria. Si esa cualidad la aplicaran a los servicios, éstos funcionarían mucho mejor de lo que andan hoy. La Municipalidad no le debe un peso a la Cooperativa. La suma que tenemos depositados es dinero correspondiente al rubro obras, de esta gestión y de gestiones anteriores, que debemos determinar para qué se va a usar con los respectivos certificados. El municipio no tiene deuda, tienen plata cobrada para obras autorizadas por el Concejo mediante la ordenanza correspondiente y no para emprendimientos que se hicieron sin permiso», aseguró el titular del Departamento Ejecutivo.
Felpeto respondió con vehemencia y cierto fastidio las afirmaciones de los dirigentes cooperativistas de que su institución está virtualmente quebrada porque la Municipalidad no le paga una deuda de casi 10 millones de pesos por distintas obras realizadas en los últimos 15 años.
En tal sentido, sorprendió al sostener que «si la Coopi no puede garantizar el servicio, a futuro estaríamos a las puertas de crear una empresa de agua y saneamiento municipal. No se puede renovar el convenio a un ente que dice que no está en condiciones financieras y económicas».
El titular del Departamento Ejecutivo recordó que desde que asumió en diciembre de 2003 y hasta la fecha, su administración le pagó a la Cooperativa Integral 4.665.000 pesos correspondientes a obras de redes de cloacas, parte de la Casa Química y de estaciones de bombeo.
“Queremos saber qué han hecho con el dinero que cobraron del rubro obra cuando tuvieron a su cargo esa función en el gobierno de Eduardo Conde. Ellos dicen que nosotros les debemos dinero por distintas obras y es mentira. Estoy cansado de la irresponsabilidad de la dirigencia cooperativista”, afirmó Felpeto.
Desde la administración municipal se rechaza totalmente la pretensión de la Cooperativa de exigir 2,5 millones de pesos por una cisterna construida en 1995, asegurándose que dicho emprendimiento nunca fue autorizado por el Departamento Ejecutivo ni por el cuerpo legislativo. Tampoco se admite como real el reclamo de 850 mil pesos por la obra de los filtros de Cuesta Blanca.
“Ellos exigen ese dinero porque la gestión anterior de Gustavo Dellamaggiore no les abonó tres certificados de obra. La verdad es que no correspondía pagarlos porque estos trabajos se hicieron en setiembre, octubre y noviembre de 2001, período durante el cual la Cooperativa ya tenía a su cargo el cobro de ese rubro. Si ellos tienen la razón me extraña que no hayan recurrido a la Justicia”, concluyó el jefe comunal.
La posibilidad de rescisión contractual es factible si se tiene en cuenta que está vencido el contrato de concesión del servicio de agua. No obstante, como las dos instituciones son socias en la empresa Carlos Paz Gas, es muy difícil que se llegue a la ruptura definitiva.
La visión de la Coopi
La Cooperativa Integral que brinda desde la década de 1960 el servicio de agua potable y desde principios de 2000 el de cloacas, viene exigiendo al municipio el pago de una deuda estimada en 10 millones de pesos, entre capital e intereses, por diversas obras ejecutadas durante las gestiones de Eduardo Conde, Gustavo Dellamaggiore y en menor medida Carlos Felpeto. Además, la institución cooperativista exige la actualización de las tarifas que se cobran por las dos prestaciones, muy atrasadas por el aumento de los insumos y de los salarios del personal.
En una solicitada publicada la semana pasada por distintos medios, la dirigencia cooperativista sostuvo “que la política de asfixia económica a esta cooperativa que ha delineado Felpeto no sólo pone en riesgo la fuente laboral de más de 170 trabajadores sino que además sometió al servicio de agua a una desinversión sin precedentes”
La Coopi cuestionó, además, el criterio adoptado por el municipio para darle agua y cloacas al nuevo barrio de 400 viviendas.
Finalmente, sostuvo la institución que el hecho de tener el contrato sin firmar constituye un mecanismo que Felpeto utiliza para extorsionar a la prestadora.
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