Hacia el norte de la ciudad, en el área determinada por la avenida Gorriti, Callejón Funes, avenida Blas Parera y avenida Peñaloza el servicio de agua potable se interrumpe. El sector que pertenece a Liceo Norte comprende unas 20 manzanas que no están conectadas a la red a diferencia de los barrios que lo circundan.
Nélida, una vecina del lugar, mencionó que desde 1994 realizan gestiones ante Aguas Santafesinas para lograr la unión al servicio pero sin resultado.
“Entre todas las necesidades que tiene Liceo Norte priorizamos el reclamo por el agua porque no podemos utilizar la que sale de las canillas, está contaminada por la cantidad de pozos negros que hay. Para consumir tenemos que comprar agua mineral y con la de la canilla lavamos la ropa”, comentó Jorge otro vecino aunque aclaró que es necesario aumentar la cantidad de jabón en los lavarropas “porque no rinde, también, los calefones se rompen y se estropean los caños por los minerales”.
Según explicó Nélida, la empresa Aguas Santafesinas acercó a la zona un presupuesto para unirse al servicio. “Cuesta alrededor de 2.000 pesos por frente pero no todos los vecinos lo pueden pagar”, puntualizó.
Hay barrios que a muy pocas cuadras tienen agua, no entendemos por qué ocurre esto.
Los vecinos explicaron que ex funcionarios municipales les comentaron que las instalaciones de los caños se hicieron en su momento mal, entonces, saltearon la conexión del servicio en ese sector y continuaron para barrio Policial.

Se detuvo el tiempo
“Si en las publicidades el intendente dice que Santa Fe está cambiando entonces queremos que cambie también para nosotros”, disparó Jorge con firmeza. Es que, según explicaron los vecinos, están cansados de ver pasar gestiones y las mejoras al barrio no llegan. Zunilda hace 45 años que vive en Liceo Norte y se esmeró para ejemplificar el modo en el que viven: “Desde que estoy acá, el único cambio que hubo en el barrio fue la avenida Blas Parera y la Gorriti y nada más. Seguimos con las calles de tierra o mejorado, sin gas, sin cloacas, sin desagües y sin agua; hay casas que se inundan. Estamos como en la época colonial, nos faltan las carretas”.
Al reclamo del agua potable, se le sumaron otros: “El Callejón Aguirre tiene cuadras de ripio en muy mal estado, hay un desagüe a cielo abierto que es un criadero de ratas porque no lo limpian nunca, el agua corre más por la calle en vez de por adentro”, mencionó Carlos.