Después de convivir casi dos años con la sequía, la tragedia de las inundaciones en San Antonio de Areco puso de relieve una nueva realidad de buena parte de la pampa húmeda: la presencia de campos sobrecargados de agua, anegados en muchos casos, por los excesos de precipitaciones. En dos meses, en varias zonas del norte bonaerense y el sur cordobés, entre otras regiones, llovió más que en todo 2008. En pleno avance de cualquier campaña, el agua es bienvenida. Pero hay más: según los expertos, El Niño, fenómeno que provoca lluvias por encima de lo normal, tendrá su intensidad hacia febrero y podría haber muchas lluvias en ese mes, marzo y abril. Si el agua siempre es bienvenida, en una dosis elevada puede ser una luz de alerta sobre la cosecha. ¿Está en riesgo la recolección si se cumplen esos pronósticos? Hoy los cultivos, con la soja a la cabeza, en bajos inundados hay muerte de plantas por asfixia radicular. También hay lotes de maíz -según su desarrollo- y girasol en problemas. En paralelo, hay otro efecto. "Hay reducción en la fotosíntesis por tantos días nublados y lluviosos, que, lógicamente, producen baja de crecimiento o producción", explicó Alberto Marchionni, productor de Hughes. Hacia la cosecha y la entrada del otoño, muchos días sin sol, con menos horas de luz y fuertes lluvias, pueden ser una complicación. La nueva realidad que atraviesa a la campaña agrícola lleva a otro punto. ¿Qué se puede hacer para tratar de aprovechar el ciclo húmedo en el campo, pese a los contratiempos que hoy implica?; ¿A qué manejo se tiene que apuntar?
Una decena de técnicos y productores consultados por LA NACION expresaron su opinión sobre cómo aprovechar el ciclo húmedo y alistarse para el futuro. De todos modos, por lo pronto, muchos creen que en lo inmediato hace falta la interrupción de las lluvias y diez días, por lo menos, de tiempo soleado. "Un día de sol fuerte y alta temperatura elimina más agua que cualquier canal", indicó Gustavo Savigliano, del CREA Cañada Seca.
Considerando que pueden haber más lluvias cerca de la cosecha, Juan Balbín, productor de Cañada Seca, recomendó: "Habrá que realizar una cosecha temprana y no guardarla en silos bolsa en el campo, porque el agua de la inundación entra a ellos y deteriora el grano almacenado hasta la altura que llega".
Muchos de los técnicos apuntan a intensificar la producción para aprovechar los mayores registros de lluvias. Recomiendan más siembra directa con un plan de rotaciones de rastrojos y raíces, fertilizaciones que balanceen la extracción de nutrientes y el uso de cubiertas vegetales.
"Aumentando la productividad mediante la intensificación de cultivos en siembra directa se pueden usar los excesos de agua en los períodos lluviosos para producir más granos o forrajes y, simultáneamente, esa mayor cantidad de residuos producidos aumenta la infiltración y conservación del agua en el suelo para los períodos secos", señaló Jorge Romagnoli.
Santiago Barberis, de Agritest SRL, coincidió en la intensificación de la rotación. "Cuanta mayor sea la cantidad de agua disponible, mayor será la posibilidad de consumir el agua con cultivos. Para aprovechar el agua debe ser transpirada por los cultivos y no evaporada o escurrida", dijo. Alejandro O´ Donnell, de Frontera Agropecuaria SRL, agregó: "En zonas donde las pendientes son mayores y la siembra directa no alcanza para frenar el agua, se pueden incorporar las terrazas o curvas de nivel".
Para Romagnoli, lo básico por recomendar pasa por lo siguiente:
Generar cobertura mediante la intensificación productiva realizando doble cultivo de invierno y verano.
Alternar gramíneas de invierno como trigo, cebada, avena, centeno con soja o girasol en verano.
Alternar leguminosas de invierno como arveja, lenteja, vicia o colza (crucífera) con gramíneas de verano como maíz, sorgo, moha, mijo.
Alternar períodos de tres o cuatro años de pasturas perennes de alta producción con similar período de doble cultivos anuales de cosecha.
En un trabajo que preparó para el XI Congreso de Aapresid, Rodolfo Gil, de INTA Castelar, escribió que "la mejor manera de sacar el agua del campo es convirtiéndola en materia vegetal". Según el experto, una mayor transformación del agua en materia vegetal significa mayores aportes de carbono orgánico. "Estos aportes inciden sobre las características estructurales del suelo que gobiernan la dinámica del agua y el mantenimiento de la calidad del suelo", señaló Gil.
Comparaciones
En el INTA Marcos Juárez, en una comparación de siembra directa versus laboreo convencional se observó que la directa redujo la escorrentía del 46 al 31% en trigo y del 62 al 37% en soja. Esta semana, en un comunicado, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), la entidad destacó: "En comparación con suelos en labranzas convencionales, los planteos productivos bajo el sistema de siembra directa presentan mayor infiltración".
Entre otros puntos, para Gil los cultivos de cobertura también resultan una herramienta efectiva para amortiguar los excedentes hídricos.
El consultor Gustavo Duarte enumeró estas decisiones:
Manejo tecnológico tendiente a almacenar la capacidad máxima de los suelo (cobertura de rastrojos, siembra directa).
Limpieza a través de un manejo adecuado de las malezas.
Intensificar la secuencia de cultivos que permitan la máxima eficiencia de cosecha del agua (doble cultivos, cultivos sucesivos).
Seleccionar cultivos y cultivares que aprovechen al máximo los períodos de crecimiento.
Reducir los factores que intervienen afectando la capacidad de almacenaje, como degradación física, tránsito de maquinaria.
Para Luis Salado Navarro, consultor, su primera recomendación es hacer más siembra directa en rotaciones con maíz o sorgo, para tener un buen colchón de rastrojos y más materia orgánica en los primeros centímetros del suelo. En su óptica, si sigue lloviendo mucho hasta el otoño hay que plantear la siembra de más superficie de trigo, sobre todo de variedades de ciclo largo que sembradas más temprano puedan aprovechar la abundante humedad. A todo esto, Santiago del Solar, presidente de Maizar, consideró que en la zona núcleo, en los lotes de trigo donde todavía no se pudo sembrar soja de segunda habría que analizar hacer maíz de segunda. "La fecha de siembra óptima de maíz de segunda se extiende hasta los primeros días de enero, manteniendo el potencial. En cambio, la de soja de segunda por cada día de atraso perdemos potencial", señaló.
Por su parte, Guillermo Alonso, técnico de Nidera Semillas, planteó los siguientes estos puntos:
Refertilizaciones con nitrógeno en maíz. Si bien es tarde para los sembrados en época, es importante aprovechar el ciclo húmedo para los maíces tardíos, sembrados a partir de diciembre.
Estar atento a las enfermedades en soja, con monitoreo pensando en Cercospora sojina (MOR), por ejemplo.
En este punto, Santiago Barberis dijo que en un año con frecuentes precipitaciones la respuesta al uso de fungicidas foliares es grande. Además, señaló que el uso de fungicidas que controlen hongos de semilla y de suelo mejorarían los logros en situaciones de anegamientos temporarios.
Según Alonso, en los lotes de soja perdidos por encharcamiento en el norte bonaerense hay que buscar la resiembra con materiales del grupo 3,9 al 4,6 y preferentemente sembrar en hilera angosta a 21,35 o 42 cm según disponibilidad de maquinarias con 400 mil plantas logradas.
Afirman que hacen falta obras clave
Productores y técnicos sostienen que el Estado debe actuar con un plan integral para evitar los fuertes anegamientos
En medio de las inundaciones en San Antonio de Areco, el gobernador Daniel Scioli culpó a los productores por la supuesta construcción de canales clandestinos. No obstante, según diversos productores consultados, el Estado debe asumir su responsabilidad en el manejo de las cuencas y en la realización de obras de infraestructura.
Según el productor Alberto Marchionni, de Hughes, en zonas de la pampa ondulada, como los casos ocurridos en San Antonio de Areco y Salto, la mayor infiltración del suelo y menor escurrimiento superficial se hubiesen favorecido con el uso de la siembra directa y la cobertura superficial de rastrojos. Esto es algo que pueden aportar el maíz y el trigo, cultivos que, según destacó Marchionni, paradójicamente "están castigados" por la política oficial. Además, según el productor, se podría recurrir al manejo de la sistematización del suelo mediante terrazas.
De todos modos, con las intensas precipitaciones hacen falta más cosas. En este punto, según Marchionni en zonas de ríos y arroyos deben hacerse obras para contener el agua "arriba" y provocar una rápida evaluación "río abajo". "Este concepto es aplicable al manejo de la pampa ondulada, haciendo grandes reservorios aguas arriba y acumularla en los períodos de grandes lluvias", comentó.
Para el productor, esos reservorios luego se podrían utilizar para agua de riego en momentos de sequía y en situaciones como la actual en forma controlada hacerlos drenar hacia el cauce natural. "Estas obras de gran infraestructura son responsabilidad de las autoridades competentes", indicó.
Cuestiones pendientes
Alejandro O´ Donnell, de Frontera Agropecuaria, también considera importante la realización de obras, con la sistematización de cuencas. "Es una solución integral donde se complementan las herramientas de manejo a nivel productor con obras de mayor envergadura, con canales derivadores, diques de retención. Aquí es donde tienen que intervenir las provincias para llevar adelante lo que esto implica: que todos los productores involucrados dentro de cada cuenca hagan las obras necesarias, diseñadas y controladas por los entes correspondientes", comentó a LA NACION.
Según el asesor O´ Donnell, desde los ámbitos provinciales también se deberían gestionar los fondos necesarios para las obras y su futuro mantenimiento.
Mientras tanto, para el consultor Gustavo Duarte, el Estado debe generar y mantener un plan estratégico de manejo de aguas en grandes cuencas. "El Gobierno también debe tener estudios al detalle de las cuencas hidrográficas y, mediante modelos, establecer comportamientos y alcances ante fenómenos extraordinarios o no tan extraordinarios si uno ve que en los países desarrollados ocurren anualmente fenómenos como los de San Antonio de Areco", expresó el consultor.
Textuales
Alberto Marchionni
Productor de Hughes, Santa Fe
"Se podrían hacer reservorios aguas arriba y utilizarlos en momentos de sequía"
Alejandro O´ Donnell
Asesor
"Las provincias deben gestionar los fondos necesarios para las obras y el futuro mantenimiento"
Gustavo Duarte
Consultor
"El Gobierno debe ejecutar obras a conciencia, mensurando el riesgo"
Opinión / El Gobierno no tiene un plan hídrico
Es lamentable el padecimiento de la población por los desbordes de los ríos y arroyos. Si bien son fenómenos naturales, el Estado en su carácter de garante del bien común tiene la obligación de destinar recursos tanto humanos como materiales a la prevención.
Los productores nos solidarizamos con los damnificados y, lejos de ser los responsables, somos sufrientes de la situación climática.
En la última semana llovieron en la zona de Urquiza, Pergamino, 300 mm. Esto sobre un acumulado en el mes anterior de otros 300 mm. Los suelos se encontraban saturados por lo que las lluvias obligadamente corrieron sobre los campos buscando cursos naturales.
En Pergamino, generalmente una lluvia de estas características hubiera inundado grandes zonas urbanas aledañas al arroyo Pergamino. Pero, gracias a una obra de profundización y terraplenes realizada por la Intendencia, esto en un principio se pudo evitar.
El mal menor es que los productores rurales que están aguas abajo ven inundados sus campos con las consiguientes pérdidas de cosecha. Una muestra más de las decisiones aisladas.
El gobierno provincial, lejos de tener un plan hidráulico, encuentra en los productores la responsabilidad de las inundaciones de San Antonio de Areco.
En esta zona, las lluvias vienen siendo mucho más abundantes y por el tipo de suelos cada milímetro que cae corre buscando el río. No había más que ver los campos encharcados sobre la ruta nacional 8 y tener en cuenta los pronósticos climáticos de "El Niño", que no casualmente se manifiesta con mayor fuerza para la época de Navidad.
Pero parecería que somos una población abandonada a nuestra suerte. Gracias a la incorporación del sistema de la siembra directa, que empezó a utilizarse en los diferentes planteos productivos, el agua en vez de correr, va siendo retenida en los campos, por lo que lejos de ser los responsables de la inundación los productores moderamos el efecto.
Responsabilidades
La responsabilidad es del gobierno provincial y nacional. Es la falta de previsión, la dejadez en la gestión. Leímos no hace mucho un plan millonario de compra de aviones para controlar a los productores. La mentalidad de esta gestión es de persecución, nada de prevención, nada de planificación.
Hace tres años que las lluvias son deficitarias para la producción agrícola. Sólo a alguien que está disociado con la realidad se le puede ocurrir que los productores hacen canales y liberan sus campos de agua. Sin contar con la falta de financiación para un fin tan disparatado.
No tenemos más que viajar por la ruta 31, cosa que hago a diario, para poner en juego nuestras vidas sin que ni siquiera se hayan señalizado los pozos.
Por Francisco Z. Santillán
El autor es delegado de la Sociedad Rural Argentina (SRA)
Ganadería
Según Nicolás Marín Moreno, del CREA Río Quinto, pensando en un retroceso gradual del agua "los productores podrían sembrar maíz tardío en enero con doble propósito: para alimentación de hacienda o para cosecha, según la evolución del clima en enero y febrero". Otra posibilidad es el sorgo para picado o pastoreo directo. Hay que suplementar a la hacienda en los sectores más altos y asegurarles un piso seco donde puedan dormir.
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