Una copiosa lluvia, desatada el viernes a las 19 y que continuó durante toda la mañana de ayer, provocó serios destrozos en El Galpón y en las rutas nacional 16 y provincial 5, que parten desde la ruta 34 en dirección al Este. En Rosario de la Frontera, en tanto, hubo un barrio de viviendas precarias anegadas y 26 personas evacuadas.
En El Galpón se evacuaron a unas 20 personas de los tres barrios afectados: el San Francisco (donde vive la comunidad wichi, porque algunas de las casas de adobe fueron derrumbadas por el agua), el Villa María y el Congreso.
“La situación es dramática”, definió con claridad y angustia el intendente Héctor Romero ayer al mediodía, mientras coordinaba el accionar de las cuadrillas municipales encargadas de ayudar a los vecinos con problemas.
“Lo que sucedió fue que se desbordaron todos los canales de riego y de desagüe, a pesar de haberles realizado el mantenimiento correspondiente”, agregó el jefe comunal.
“En los barrios San Francisco, Villa María y Congreso tenemos viviendas con 30 centímetros de agua adentro de las mismas, lo que ocasionó la pérdida de casi todos los enseres domésticos.
Además, hubo casas derrumbadas del barrio aborigen, pero luchamos con los vecinos que se niegan a abandonar sus hogares, a pesar de que tenemos dos centros preparados para evacuarlos, como la escuela Magdalena Güemes y el complejo deportivo”, agregó preocupado Romero.
Un problema grave se registró en la ruta nacional 16, unos 20 kilómetros antes de El Galpón, donde en la zona comprendida entre El Bordo y el arroyo Las Tipas hubo desmoronamiento de lomadas que inundaron la cinta asfáltica de barro y grandes troncos de árboles arrancados por la furia del deslizamiento.
Ayer a media mañana, obreros de Vialidad lograron habilitar nuevamente la vía de comunicación, aunque en un solo carril, pero por la tarde se volvió a cortar.
Otro problema se registró en la ruta provincial 5, a la altura del arroyo Medina, donde también hay que transitar con precaución por desbordes del mismo.
Inundados en Las Lajitas
Toda la jornada del sábado la lluvia azotó también a Las Lajitas. El casco céntrico permaneció con sus calles anegadas. Sin embargo, los males no fueron mayores gracias a la planificación de la Municipalidad respecto de las vías de desagüe.
“Ahora, el agua que en otros veranos solía inundar la avenida San Martín desagota rápidamente por calle México y luego desemboca en el río”, contó un vecino.
Agregó, que “el problema de los anegamientos se agudiza a causa del agua que baja de las fincas situadas en las zonas altas, que desembocan directamente en el pueblo”.
El agua amenaza la ruta 50
El agua que circula por un canal lindero a la ruta nacional 50, en el sector del acceso norte a Hipólito Yrigoyen, departamento de Orán, destruyó la banquina y parte de la cinta asfáltica y amenaza con destruir por completo el camino. Se trata de un socavón de tres metros de profundidad y unos 20 metros de largo, que pone en serio riesgo a los vehículos que circulan por el lugar.
Esta situación, acompañada de las intensas lluvias que se registraron ayer, aceleraron el deterioro de la ruta, por lo que se hace necesario que Vialidad tome medidas urgentes.
Hasta bien entrada la tarde del sábado, personal de la empresa que se encuentra a cargo de la construcción de la autopista Orán-Pichanal señalizó la zona con tambores anaranjados y cintas, para que los automovilistas circulen con extrema precaución. A la luz del día, las señales son perfectamente visibles a pesar de la lluvia, pero de noche el socavón puede convertirse en una trampa mortal.
En la ciudad de Orán no se registraron anegamientos, ya que las vías de desagüe funcionaron como se esperaba, facilitando el escurrimiento del casco urbano. Sin embargo, los barrios y asentamientos de la zona Este, como El Cedral, fueron los más castigados, ya que se encuentran en la parte más baja y reciben el agua de toda la ciudad. Esos vecinos sufren también problemas de cloacas colapsadas por las lluvias.
Hubo anegamientos en capital
Las lluvias en Salta Capital no llegaron a provocar los mismos daños que en el interior de la provincia y un panorama distinto se podía apreciar ayer en los barrios de la ciudad.
Las precipitaciones fueron persistentes pero no causaron grandes inconvenientes, más allá de anegamientos en algunos sectores aunque no fue necesario aplicar ningún operativo de ayuda. Hasta ayer a media mañana Defensa Civil registró una precipitación de 18,6 milímetros. Las lluvias duraron casi toda la noche y se intensificaron después de las 10 de la mañana, aunque no alcanzaron el grado de tormenta.
Las lluvias de diciembre
El servicio meteorológico del Aeropuerto Martín Miguel de Güemes dio a conocer el registro de lluvias de diciembre. Los cálculos arrojaron que las precipitaciones del mes pasado superaron la media histórica de 138 milímetros, con un registro de 140,6.
Mientras tanto se espera que enero también sea un mes con abundantes lluvias, ya que la marca de casi 20 milímetros para los dos primeros días del nuevo año dejan un saldo positivo, pues el promedio histórico para este mes es de 190 milímetros.
Todo hace pensar que el balance hídrico en esta temporada será positivo, aunque la influencia del “Niño”, la corriente climática que afecta los registros normales de temperatura y precipitaciones para esta región del continente, puede provocar cambios hasta último momento.
No obstante, la alta presencia de humedad en la atmósfera hace esperar la continuidad de las lluvias. Así lo anunció Ignacio Nieva, meteorólogo del INTA, quien viene advirtiendo una serie de fenómenos que potencian las lluvias en la región.
“Hay persistencia de vientos desde el sector sudeste, un frente frío que hace bajar la temperatura y genera abundante agua precipitable en la atmósfera”, especificó.
Nieva agregó: “Pero además de esto, se mantiene la influencia en la región del denominado alta boliviana, un sistema de alta presión que se da a los 12 mil metros de altura, donde soplan vientos fríos que favorecen la nubosidad en esta parte del país”.
Cortes en la ruta nacional 68
Las intensas precipitaciones originaron cortes de rutas por varias horas y obligaron a circular con precaución a lo largo del Valle de Lerma. La 68, en la Curva de Aguilera, Cerrillos, estuvo intransitable por espacio de cuatro horas, porque se rebasaron los canales de riego y de desagüe.
En La Merced, sobre Las Pircas y la curva de Sumalao, largas filas de coches de pequeño porte esperaban que merme el caudal de agua. Sólo conductores de rodados 4 x 4 y camiones se animaban a cruzar.
Igual situación se vivió en el acceso sur a El Carril y entre Moldes y La Viña, algunos arroyos se desbordaron y anegaron varios sectores, por lo que algunas banquinas se tornaron verdaderas trampas mortales.
Precaución en la ruta 34
En cuanto a la ruta nacional 34, en el tramo Rosario de la Frontera-río Las Cañas, su estado era calamitoso ayer al mediodía. Además de los baches inundados que se convirtieron en trampas para los vehículos chicos, el estado de las banquinas era lamentable, puesto que en varios sectores cedieron los terraplenes y se produjeron socavones de varios metros de largo y otros tantos de profundidad, lo que puso en duda la seguridad de la cinta asfáltica.
Los conductores deben circular con la mayor precaución posible sobre ese tramo y tratar de evitar las banquinas, puesto que su estado no soportaría el peso de un vehículo. Hasta el momento, la empresa Vial 5, concesionaria de la ruta, lo único que hizo fue tirar ripio sobre el principal socavón, ubicado a 150 metros del puesto de control de El Naranjo, unos 18 kilómetros al norte de la Ciudad Termal.
En Rosario de la Frontera evacuaron a 26 personas
Un temporal de lluvia que azotó a la Ciudad Termal por espacio de 15 horas provocó anegamientos y mucho temor entre las familias carentes de recursos que viven en la parte baja del pueblo. Hasta la tarde de ayer, 26 personas fueron evacuadas y asistidas por la Municipalidad local.
El aguacero provocó un sinnúmero de dificultades y destrozos en las construcciones más precarias y temor generalizado en las familias asentadas en las cercanías del río Rosario, que con la creciente se transformó en una verdadera amenaza. Se registraron 65 milímetros de lluvia entre la noche del viernes y la mañana del sábado. Cuando la luz del día le ganó a la oscuridad, los evacuados por la comuna rosarina eran 26 personas, 10 mayores y 16 niños. Eso, sin contar a las familias que se autoevacuaron en casas de familiares o amigos, según reconocieron desde la comuna. |
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