Río Negro promovió un análisis para detectar contaminación. Incluyó a Rincón, Catriel, Río Colorado y Casa de Piedra. Resultados para reflexionar sobre el cuidado del recurso. En 2007 se inició un estudio para detectar la posible presencia de metales y otros elementos químicos en las aguas de río, en los sedimentos y en las plantas acuáticas en distintos puntos del Río Colorado.
Un trabajo similar se había realizado un año antes en el Río Negro y en el Canal Grande de riego del Alto Valle. En ambos casos, el responsable científico del estudio fue el doctor en Química Neil Ward, de la Universidad de Surrey, Reino Unido de Gran Bretaña, quien visita con frecuencia la Argentina y se especializa en contaminación de agua.
Es un profesional de prestigio académico, que ostenta el título de Professor, un rango superior a doctor en Reino Unido. Se trabajó sobre cuatro áreas: Rincón de los Sauces, Catriel y Peñas Blancas, Río Colorado y el embalse de Casa de Piedra.
El informe, publicado ayer en Río Negro Online, indica que en los tres lugares citados en primer término se tomaron varias muestras de agua de río, a saber: aguas arriba de la ciudad, en cercanías de las explotaciones petroleras donde las hay, cerca de la toma de agua para uso urbano y, por último, aguas abajo de la descarga cloacal.
Además, se tomaron muestras de agua de la red urbana, en áreas cercanas y lejanas de la planta potabilizadora y de canillas directas, es decir que no hayan pasado por un tanque domiciliario. Donde las hubo disponibles, se tomaron muestras de plantas acuáticas y sedimentos. Las muestras, tratadas con especial cuidado para su preservación, fueron trasladadas y analizadas utilizando la tecnología más avanzada existente en el Reino Unido.
Los resultados fueron luego comparados con otros estudios sobre el agua del Río Colorado (Coirco 2006), mostrando coincidencias en los elementos hallados aún pese a diferencias en las metodologías implementadas.
También fueron cotejados con otros trabajos realizados en cuerpos de agua del mundo asociados a la actividad petrolífera para establecer coincidencias en los elementos hallados y relaciones en los rangos de concentración. Como los resultados obtenidos del estudio evidenciaron la presencia de metales y otros elementos contaminantes -en relación con el uso del agua para consumo humano, riego, ganadería o vida acuática-, se resolvió continuar la investigación el año siguiente, volviendo a tomar muestras y reiterando el análisis.
Así se hizo en julio de 2008 y los materiales colectados, también estudiados en los laboratorios de la Universidad de Surrey, fueron informados recientemente por el Dr. Ward y miembros de su equipo.
Del proceso descripto resultan las siguientes conclusiones:
1. La exploración y explotación petrolera presenta una amenaza cierta para la calidad de agua del Río Colorado especialmente por el efecto en el largo plazo que se evidencia en los sedimentos, que son los que retienen en el tiempo los metales y otros contaminantes.
2. Los químicos contaminantes son diluidos fuertemente por el caudal del río, haciendo que aguas abajo de la fuente de contaminación el agua pueda ser usada, sin riesgo, para riego, como sucede en Río Colorado.
3. Pero así como la mayor contaminación proviene de actividades industriales, el desarrollo urbano tiene problemas específicos. Esto se advierte en el hecho de que se detectó plomo en agua de red en niveles mayores a los existentes en el río.
En Rincón de los Sauces, el plomo fue hallado en el agua de red domiciliaria en niveles inadecuados para agua de consumo humano, y en Río Colorado, si bien no supera los niveles tolerados, resultaría bueno evitar que el sistema de red urbana agregara un elemento contaminante.
Esta presencia podría obedecer a la permanencia de caños de plomo en instalaciones subterráneas -puesto que su uso en nuevas conexiones se ha abandonado, precisamente, por los perjuicios que este químico produce en la salud de las personas. Lo mismo podría decirse de los sulfatos, que se detectan en el agua de red en Rincón de los Sauces y Río Colorado y que podrían ser residuos indeseados del proceso de clarificación del agua.
4- El otro problema urbano es la contaminación por el vertido al río de líquidos cloacales sin tratar o tratados deficientemente. Parece ser una constante en las ciudades y ríos de la Patagonia. El problema es que el poder de dilución del río depende del caudal, y esta capacidad podría disminuir con una época de sequía como la que se produce actualmente y, entonces, el vertido del mismo volumen de aguas contaminadas generaría una concentración muy superior con los consiguientes problemas para la salud del ambiente y de las personas. Por otro lado, aun si el caudal permaneciera constante, el incremento de la población en las ciudades ubicadas a sus márgenes asegura que el volumen del vertido se incremente, aumentando la concentración.
5. Algunas de las muestras analizadas en el área del río Colorado presentan una elevadísima concentración de metales pesados en sedimentos costeros, muy superiores a los hallados en cercanías de explotaciones petrolíferas del golfo de Omán, lo que sugiere que este tipo de actividades extractivas resulta mucho más contaminante en cercanías de un río que del mar, debido a que éste tiene un muy superior poder de dilución.
6. Asimismo, en varias muestras se detectó arsénico en un grado de concentración superior al existente en el área del Río Negro y del Canal Grande. Mientras en el Colorado las mediciones se ubicaron en un rango de entre 6,6 a 23,4 mg/Kg (o ppm) en el río Negro oscilaron para el río entre 1,4 y 7,4 y para el Canal Grande de riego entre 3,4 y 6,1 mg/Kg.
7. En el estudio de 2006-2007 referido al Río Negro y al Canal Grande se había manifestado preocupación por la presencia de mercurio en concentración elevada en sedimentos del desagüe al Canal de lo que fue la planta de cloro-álcalis de Cinco Saltos. Pero en varias de las muestras de sedimentos tomadas en el marco del estudio 2007-2008 en el Río Colorado los niveles hallados fueron aún superiores.
En el estudio del Río Negro se halló en un rango de 0,12 a 0,17 mh/kg de Mercurio mientras que en el Colorado se detectó en una concentración de 0,19 a 3,27 mg/kg de Mercurio. Los niveles de elementos traza más altos en las muestras de río se producen en Catriel, especialmente aguas abajo de la descarga cloacal, con algunos de estos elementos (Arsénico, Cadmio, Cromo, Cobre y Plomo) excediendo los valores guía incluso para vida acuática o riego, más tolerantes que para agua de uso humano. Las aguas próximas (80 metros río abajo) a la descarga cloacal en Río Colorado también presentan niveles altos de algunos elementos (Cadmio, Cromo, Manganeso, Vanadio, Plomo, sulfatos y nitratos); El agua de río cercana al emplazamiento industrial hidrocarburífero en Rincón de los Sauces y en cierta medida también al de Catriel contienen altos niveles de algunos elementos traza, muchos de los cuales están asociados a productos del petróleo: Vanadio, Antimonio, Cromo, Cadmio, Manganeso y Plomo. Varios elementos traza -Cromo, Cadmio, Plomo y Arsénico- exceden los valores regulatorios para vida acuática y riego. Los niveles de nitratos son altos en las cuatro áreas de muestreo -Rincón de los Sauces, Catriel, Casa de Piedra y Río Colorado-, con valores por sobre los regulados para agua de consumo humano (tanto por la Organización Mundial de la Salud como por el Reino Unido).
Son fundamentalmente los residuos industriales y las descargas cloacales los responsables. Las muestras de agua potabilizada en los cuatro puntos de muestreo están en general dentro de los valores regulatorios, salvo los dos puntos de preocupación ya manifestados:
El agua de red extraída en 2007 de canillas urbanas que no ha pasado por ningún tanque domiciliario en Rincón de los Sauces y la obtenida en perforaciones en Río Colorado tiene altos niveles de plomo, con valores por sobre los indicados por la OMS para agua de consumo humano que es de 10 Ág/l de Plomo. Una posible explicación podría ser que todavía haya en instalaciones subterráneas caños de plomo para la distribución del agua urbana. Por eso se requirió de la toma de más muestras en distintas puntos cubriendo el rango de viviendas en la ciudad.
El agua potabilizada de canilla que no ha pasado por ningún tanque domiciliario en Rincón de los Sauces y la de perforaciones en Río Colorado contiene -en el estudio de 2007- altos niveles de sulfatos, con valores por sobre estándares del Reino Unido para agua de consumo humano que es de 250 mg/L. Una posible explicación de esto en el caso de Rincón es que el tratamiento químico del agua incluya sulfatos de metales (de aluminio o de hierro).
Desde los Andes al mar
El Río Colorado es un río del centro sur de Argentina. Nace en los Andes y se desplaza en dirección Este - Sud Este hasta el océano Atlántico. Su longitud total es de 850 km. Luego de dejar los Andes el río fluye por una meseta árida sin recibir afluentes excepto por el Salado (o Curacó) desde la provincia de La Pampa. En el valle superior del río, la explotación petrolera es una industria fuerte, sobre todo en la zona de Rincón de los Sauces (provincia de Neuquén), Catriel (provincia de Río Negro) y 25 de Mayo (provincia de La Pampa). Las tierras del valle medio e inferior del río son fértiles y con vegetación pero son áreas relativamente pequeñas sin grandes poblaciones.
La ciudad de Río Colorado está ubicada a unos 180 kilómetros de la desembocadura y es centro de producción agrícola, incluyendo peras, manzanas y hortalizas.
En una importante porción de su curso, este río marca el límite entre las provincias de Neuquén y Mendoza primero y luego entre las provincias de Río Negro y La Pampa. Finalmente desagua al océano en la provincia de Buenos Aires.
Esto muestra que la explotación petrolera en Rincón de los Sauces está contaminando las plantas acuáticas en el Río Colorado. Se requiere de un muestro más extenso en el 2009 para evaluar la extensión del río Colorado que está químicamente contaminada comenzando al principio de la cadena trófica (plantas acuáticas) y a qué distancia del punto RSP 04 resulta en movilización y acumulación de metales pesados en la línea de flujo del río. También debería evaluarse el impacto en la microbiología (alimento) que la actividad petrolera está teniendo sobre el río.
Foto: Archivo Programa Infoambiente |
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