Hace pocos días publicamos una nota sobre la inundación en Carmen de Areco, que coincidió con una nota de un amigo de quien esto escribe, el señor Francisco José Delía de Saladillo. Cuánta razón tiene en sus apreciaciones sobre la necesidad de reservorios para el Plan Maestro de la Cuenca Deprimida del Salado. Al respecto podemos afirmar que la Laguna de El Potrillo no debe ser desechada como tal, sólo que parece fue postergada, prefiriéndose trabajar sobre el cauce del arroyo Saladillo hasta su desembocadura en el Salado. Cuánta razón tiene en la función del Canal 16 como aliviador del Vallimanca. Lástima que para 25 de Mayo, no cumplió totalmente su cometido pues funcionó siempre a mitad de caudal, pues en vez de trabajar con 100 m3 lo hizo solamente con 50 m3, ya que de abrirse las 8 hojas de la compuerta de San Enrique de la toma Vallimanca – Canal 16, este último a pleno superaría el nivel de los tres puentes que posee a la altura de Roque Pérez.
Ahora con los puentes ya construidos, al menos estaban incluidos en el último presupuesto de obras, podremos abrir las 8 hojas en San Enrique, siempre que la Dirección de Hidráulica autorice al canalero de San Enrique. Este detalle, debe ser conocido por nuestro municipio, por el delegado municipal de San Enrique y por el canalero para que se obre en consecuencia, apenas el servicio de alarma por inundaciones es todavía un sueño digno de una novela de Emilio Salgari, pero sería fácil de implementar, siempre que el municipio de Bolívar nos informe de aumentos de nivel en la tabla de pelos de agua que tiene en el puente sobre la ruta 226 en las cercanías de la ciudad.
En las últimas inundaciones del Vallimanca, quien esto escribe organizó un servicio de alarma en la Sociedad Rural de 25 de Mayo, que funcionó en forma medio casera, pero dio dos veces por semana los altibajos de la correntada, a través del diario La Mañana de 25 de Mayo. Creemos que los municipios de 25 de Mayo, Bolívar y Saladillo deberán coordinar sus pasos próximos sobre estos temas en previsión de los anuncios de un otoño llovedor, como lo afirma el climatólogo Sierra. |
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