El río Paraná continúa creciendo y en las ciudades costeras se preparan para la inminente creciente. En la mayoría de los pueblos, el agua ya superó los niveles de alerta, y aunque se prevé que el cauce permanezca estacionario por unos días, persiste una tensa calma en las localidades ribereñas.
Al sur de la provincia, si bien no registran familias evacuadas, las autoridades de Villa Paranacito temen que en pocos días el total de la población deba consumir agua potable de bidones porque, a pesar de ser procesado, el elemento vital tiene un aspecto oscuro y olor desagradable, y de continuar agravándose deberán abastecer a toda la ciudad de forma alternativa.
Mientras tanto, por el alto nivel del Paraná, el Parque Nacional Pre Delta debió cerrar el acceso a los visitantes; en La Paz la semana pasada se auto evacuaron tres familias de la zona de barrio Puerto y el fin de semana trascendió que en Bajada Grande de Paraná unas 30 familias abandonaron sus hogares, aunque la información fue descartada desde la Municipalidad (Ver recuadro En Paraná...).
En diálogo con UNO Silvestre Dearmas, secretario de Gobierno de la Municipalidad de Villa Paranacito, comentó que la comuna distribuye desde hace más de un mes agua en un radio de 197.000 hectáreas con las casas muy lejanas unas de otras en la zona de islas, luego de que un análisis del área de Epidemiología de la Provincia determinó que fuera del radio céntrico el agua no era apta para consumo humano y las pastillas potabilizadoras no lograban anular el accionar de las bacterias que contiene.
“El agua está podrida. Continuamos llevando agua potable a la gente de las islas y no estamos logrando potabilizar el agua de la ciudad. Es de color marrón, no hay forma de blanquearla y además tiene olor feo”, explicó el funcionario municipal, que luego explicó “el agua que vino desde el Uruguay vino mala, la estamos procesando, pero no cambia el color. Aunque todavía se puede consumir estamos preocupados por lo que sucederá en los próximos días”, dijo.
Dearmas aclaró que “el agua del Paraná es más limpia, por lo que estamos esperando si produce una mejora en el líquido vital”, señaló.
Finalmente el secretario de Gobierno comentó: “Esperamos poder seguir consumiendo el agua potable, si no sería terrible porque no daríamos abasto y un bidón de 10 litros de agua sale por lo menos 12 pesos”, especificó.
En cuanto a la creciente, el consultado resaltó que el peligro de desborde está latente: “Se está desbordando el Paraná y está viniendo agua de nuevo, además también desde Gualeguay. Estamos en peligro latente y sabemos que el agua continuará avanzando”.
En La Paz, estable. Lisandro Roldán, titular del área de Acción Social de la Municipalidad de La Paz, explicó a UNO que el río alcanzó los 5,85 metros y el pico de evacuación está estipulado en 6,15 metros.
“Por el momento está estacionario, pero ya tenemos un análisis hecho de los barrios vulnerables y plausibles de evacuación ante un pico de creciente, unas 148 familias, y tenemos organizado un cronograma de emergencia ante el desborde del Paraná o el arroyo Cabayú Cuatiá. Sabemos que la altura del río va a permanecer así durante un tiempo y en cualquier momento llegar al pico de evacuación”, explicó el funcionario municipal.
El agua avanza en los parques públicos y sobre las playas
Por su parte Pascual Cueva, titular del área de Defensa Civil de la localidad de Diamante, sostuvo que “hasta ahora no hay ningún llamado de vecinos, por lo que la situación es normal”.
Por la crecida del río, el Parque Nacional Pre Delta debió cerrar el acceso a los visitantes el miércoles 30 de diciembre por cuestiones de seguridad hasta tanto el nivel del río permita nuevamente su apertura.
Santa Elena, sin playas. La intendenta de Santa Elena, Asunción Olmedo, indicó: “En nuestra zona no hay playas habilitadas, porque hay riesgos por unos árboles sobre los que avanzó el agua. No hay familias en riesgo porque no hay viviendas costeras, pero mantenemos el problema de larga data, que son los movimientos de tierra en la zona de barrancas”, dijo.
Hernandarias. Finalmente, Miguel Ángel Torres, intendente de Hernandarias, comentó a UNO que ayer en ese sector el río Paraná alcanzó los 5,60 metros, y el nivel de alerta se declaró a los 5 metros.
“Ya en las islas no queda superficie sin agua y la gente que tenía campamento se cruzó hasta esta costa”, señaló.
En Paraná, la Municipalidad asegura que no hay evacuados
El secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad de Paraná, Walter Carballo, informó que desde la comuna se está trabajando con Prefectura Naval por la crecida del río y señaló que no hay familias evacuadas.
“Me sorprende que se hable de familias autoevacuadas. No sé de quién se trata, porque personalmente me puse en contacto con el presidente de la comisión vecinal de Bajada Grande, que podría ser la zona más crítica, y esencialmente le puedo decir que no tenemos conocimiento de familias evacuadas”, consideró.
El funcionario señaló que cuando recorrió el río Paraná, el 30 de diciembre, la altura del agua estaba en 5 metros, y ahora creció 3 centímetros por lo que la situación no ha variado considerablemente.
Asimismo, informó que desde la comuna, en forma conjunta con Prefectura Naval, se recorre permanentemente la costa en virtud de la crecida del río. Carballo indicó que “el 30 de diciembre se realizó un recorrido desde Toma Nueva hasta Bajada Grande, y no se observó ninguna situación crítica”.
De todas formas, reconoció que existe un grupo de pescadores que tienen en estos lugares de referencia sus ranchadas donde guardan sus elementos de pesca, por lo que “las han corrido a medida que crece el río, por cuanto ellos no quieren abandonar el sitio que tienen como un lugar de trabajo; y esas familias tienen sus residencias dentro de la ciudad, por lo que no se puede hablar de evacuación o autoevacuación”, sostuvo.
El funcionario municipal indicó que hay un patrullaje permanente por parte de Prefectura y de la Municipalidad. “No hay otro registro de una situación crítica, de familias que estén damnificadas en su vivienda permanente por la crecida del río”, remarcó.
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