Ya son 47 las víctimas de la serie de aludes que castigaron la paradisíaca ciudad brasileña de Angra dos Reis. Mientras rescatistas seguían ayer buscando cuerpos bajo el lodo, pobladores locales abandonaban sus hogares por temor a nuevos deslizamientos de tierra.
Angra dos Reis y la vecina Isla Grande fueron las localidades más golpeadas por la catástrofe, pero que también afectó otras ciudades de los estados de Río de Janeiro, San Pablo y Minas Gerais. Los muertos en todo el país a causa del desastre eran hasta ayer 82. Y aún quedan personas desaparecidas, quienes están siendo buscadas con maquinarias que retiran escombros y con perros rastreadores.
De acuerdo al vicealcalde de Angra dos Reis, Essiomar Gomes, la Municipalidad obligó a la desocupación de unas 200 casas en el Cerro da Carioca y trasladó a campamentos a los habitantes que no pudieron hospedarse con familiares.
"El alcalde Tuca Jordao firmó hoy un decreto que prohíbe construcciones en cerros sin previa autorización de los técnicos. Tendremos que demoler entre 80 y 120 viviendas en el Cerro da Carioca y luego realizaremos una inspección en otras regiones para evaluar el riesgo. Sacaremos las construcciones de todos los lugares sujetos a derrumbes", expresó Gomes.
La preocupación de las autoridades aumenta en la medida que el Instituto de Meteorología advirtió que la tregua de las lluvias terminará pronto: nuevas precipitaciones son esperadas para mañana en el sureste brasileño.
El estado de Río de Janeiro ha sido el más afectado por la tragedia que sacudió a Brasil al iniciarse 2010: además de los 47 muertos de Angra dos Reis, las lluvias y derrumbes causaron otras 22 muertes en la capital, Río, y en las ciudades vecinas de Niterói, Sao Joao de Merití, Nova Iguaçú y Magé. Otras 10 muertes ocurrieron en las ciudades de Cunha y Guararema, en el interior paulista, mientras que 3 ancianos murieron soterrados por un alud en Minas Gerais.
Según estimaciones de las autoridades de Angra dos Reis, las pérdidas en esa ciudad rondarían los 550 millones de pesos. En el cálculo no está incluido lo que el balneario dejará de ganar con el turismo en estas vacaciones.
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