Más de 24 horas sin agua potable debieron padecer los habitantes de diversos barrios de esta ciudad, entre el mediodía del lunes y la tarde de ayer, por la rotura de un caño y el tiempo de reparación de la avería.
Si bien desde la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo) señalaron que desde las 6 de la víspera se comenzó a normalizar el servicio, lo que efectivamente ocurrió en ciertos sectores de la ciudad, en otros, hasta entrada la noche, seguían sin agua.
Barrios como Villa Svea, Villa Lindstrom, Cien Hectáreas y Villa Stemberg padecieron la falta del vital líquido, lo que acarreó lógicos inconvenientes y generó enorme malestar entre los vecinos.
Debido a lo prolongado del corte, incluso para quienes disponen de tanques de reserva le fue imposible aplacar las altas temperaturas, como tampoco realizar las tareas cotidianas. Oficialmente, el corte total se inició a las 13 del lunes.
“Nosotros en casa somos cinco, así que sin agua es imposible vivir. Hoy (por ayer) al mediodía tuvimos que ir a la casa de mi mamá para bañarnos porque ya no dábamos más", reconoció Beatriz Arrúa, del barrio 180 Viviendas de Villa Svea.
Reclamó además que “no es la primera vez que nos quedamos sin agua más de un día. Ahora le culpan a un caño y siempre tienen una excusa, pero nosotros las boletas seguimos pagando el mismo importe".
Incluso, en ciertos sectores del centro no se normalizó el servicio hasta entrada la tarde.
Al respecto, los baños de la Terminal de Ómnibus estuvieron clausurados debido a la falta de agua, según letreros ubicados en el lugar.
Quejas en San Miguel
Por otra parte, continúan los reclamos de los vecinos del barrio San Miguel, quienes ante la escasez de agua potable deben recurrir a las vertientes de la zona.
Darcí Peretti, presidente de la comisión vecinal y responsable de la administración del pozo perforado del barrio, explicó que "el tanque tiene capacidad de 8.000 litros y tarda casi una hora en llenar, después se larga el agua y en media hora se termina".
"Seis veces por día repetimos el proceso, o sea que el pozo entrega 48.000 litros diarios, pero no alcanza", reconoció, y agregó que la comuna aporta 60.000 litros semanales, divididos en dos cargas.
Mientras tanto, los habitantes del barrio se ven obligados a caminar varios kilómetros para abastecerse de agua en vertientes.
Según los vecinos, la problemática tiene dos aristas, ya que por un lado denunciaron un manejo discrecional de la perforación y, por otro, reclamaron al municipio que refuerce el aporte a los tanques públicos diseminados por el barrio.
"Acá con suerte cargan agua dos veces por semana, pero traen de mañana y a la tarde ya no hay más. Así que quedamos tres o cuatro días sin agua, hasta que traen otra vez, y tenemos que buscar de las vertientes", reclamó Román Benítez.
El hombre y su familia residen en la sector bajo del barrio, en donde ni siquiera llega la asistencia del pozo perforado. En ese sentido, el vecino subrayó que "la Municipalidad tendría que colocar por lo menos un tanque más y venir tres veces por semana, porque así es un infierno".
Ante este panorama, los vecinos del lugar recurren a una vertiente ubicada en el área de las olerías, de donde obtienen el agua para beber, cocinar y asearse.
El drama en números
8.000
litros es la capacidad del tanque de una perforación en el barrio San Miguel, que en media hora se termina.
60.000
litros de agua potable es lo que aporta la Municipalidad a esa población de manera semanal.
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días son los que se quedan sin agua, según lo que denuncian los vecinos |
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