En Tercero Arriba, varias inundaciones en los años ’90 complicaron a Almafuerte, Río Tercero, Tancacha y Hernando, en algunos casos causaron destrozos en zonas urbanas y en otros llenaron de lodo calles y viviendas.
La situación se repitió cada vez que las lluvias fueron intensas y en pocas horas en la zona sur (el área de Los Cóndores y Elena) con el agua que formaba correntadas que no eran paradas en los campos y bajaba por la pendiente natural hasta dar con las ciudades.
Los daños siempre fueron dobles: las zonas urbanas inundadas de agua y barro y los campos que perdían su capa fértil.
Esas ciudades fueron creando en la última década algunas obras de desagües que ayudaron a contener el problema. De hecho, en los últimos años no se repitieron episodios graves, pero muchos lo atribuyen más bien a la fortuna: hace tiempo que no se dan lluvias torrenciales en la zona en la que se inicia la cuenca.
Mientras, un proyecto denominado Los Mil Lagos, para el que se creó un consorcio de productores rurales de la zona, dio algunos avances buscando una solución de fondo.
La idea, planteada hace más de una década, consiste en crear microembalses y terrazas sobre los campos, para que estos retengan más las aguas de lluvias. Eso generaría un doble beneficio: que las aguas no se deriven de campo en campo y terminen en los caminos y ciudades y, sobre todo, que los suelos aprovechen mejor lo que más esperan (las lluvias), al retenerlas y aumentar así su productividad. Esos "mil lagos" (en realidad son algo más de 850) fueron imaginados para una zona de 220 mil hectáreas, que representan casi la mitad de la superficie de Tercero Arriba. El proyecto avanzó, pero lentamente: unos 50 microembalses fueron construidos, en una zona. Los productores que los hicieron cuentan que dio beneficios.
Pero el sistema mostraría recién resultados regionales si pudiera avanzar sobre la totalidad del área. Para eso, lo que faltan son recursos: la mayoría de los productores se mostró reticente hasta ahora a invertir para estos manejos de sus propios suelos. El Estado, aunque promovió planes parciales con apoyo nacional, no avanzó decididamente, más allá de apoyos declamativos al proyecto.
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