A los vecinos de la intersección de Avenida Perón y Bolívar, algo no les olió bien en el amanecer de hoy. Y no como metáfora sino de manera literal, ya que una boca de tormenta ubicada sobre ese empalme expulsaba líquidos cloacales debido a un tapón de residuos, según lo explicó el director de Servicios Básicos (Serba), Julio Morales.
Debido a la inclinación de la arteria Bolívar, las aguas servidas fluyeron en sentido este-oeste y trasladaron el olor nauseabundo sobre una extensión de al menos dos cuadras.
Para no ensuciarse, los transeúntes debían esquivar el paso de los choches que salpicaban. El motivo era que las veredas de menos de un metro de ancho, fueron invadidas por las salpicaduras de los fluidos, que a su vez eran provocadas por la gran cantidad de vehículos que circulaban por el principal acceso hacía el casco céntrico.
Preocupados por esa situación, los vecinos de la zona pidieron la intervención del personal de SerBa, que se presentó en el lugar llegado el mediodía para solucionar.
“El problema no es de hoy ni de la semana pasada, es de siempre”, protestó Noelia, vecina del lugar. “Cada vez que llueve, pasa lo mismo y sale todo el olor. A eso hay que agregarle la velocidad a la que pasan los autos, que nos bañan las casas, es un desastre. Y cuando caminamos por la vereda del frente (izquierda), que es por donde pasan más cerca los vehículos, nos salpican la cara, la boca, las manos... ”, regañó. |
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