Múltiples preocupaciones, sobre todo medioambientales, provocaron reuniones oficiales en pleno receso estival. Esta semana en dos ocasiones, el subsecretario de Medio Ambiente, Ricardo Esquivel, mantuvo encuentros con el intendente Alberto Crespo sin que se obtuvieran precisiones respecto a las resoluciones tomadas en esas reuniones.
La falta de información no fue provocada por la decisión de callar ante la prensa. Muy por el contrario, el funcionario de Provincia accedió sin inconvenientes a la requisitoria periodística pero sus declaraciones, lejos de ser esclarecedoras, provocaron confusión.
Desde hace varios meses el Concejo de Plaza Huincul y diputados provinciales como Eduardo Benítez realizaron gestiones para investigar la mortandad de animales en cercanías del zanjón colector de crecientes. Hubo encuentros en la Legislatura provincial y, luego de las fiestas, los ya mencionados en la localidad.
Después de varias horas de debate, la población no tiene en claro quién hará los controles en lo inmediato en las empresas acusadas de contaminar, no se sabe cuándo se firmará un convenio para la aplicación de esos controles, si Provincia hará aportes para la contratación de especialistas o para aportar movilidad para esa tarea.
Esquivel mencionó los fondos que generará la tasa ambiental creada por la Ley 2600 que no tiene aplicación en el parque industrial, porque se refiere únicamente a las empresas productoras.
Se estima que la tasa generará ingresos por 5 millones de pesos y que parte de esos ingresos irán a las localidades donde hay pozos en producción. Es decir que una fracción llegará a Huincul, pero Esquivel no sabe cuánto.
El dinero será como un vaso de agua en medio del desierto para la comuna de Plaza Huincul, tan falta de recursos para funcionamiento. Pero desde provincia sugieren que se utilice ese recurso para comprar vehículos y contratar profesionales para controlar los problemas ambientales dentro del ejido. Eso sí, las multas las aplica y las cobra la provincia.
Lo único que quedó sin dudas es que los animales no pueden tomar agua del zanjón, si lo hacen es responsabilidad del criancero y que, contaminado o no, no recibirán resarcimiento alguno por lo ocurrido en los últimos meses. Eso Esquivel lo dijo claro: son aguas negras, no una fuente de vida.
Qué pasará con la habilitación a la planta de metanol para el vertido de líquidos, qué se hará con la planta de tratamientos de efluentes cloacales del EPAS o cómo funcionan ecológicamente las empresas instaladas en el parque industrial son incógnitas que, al parecer, no se develarán en enero de este año.
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