Mientras numerosos barrios de la ciudad siguen sufriendo la baja presión en la red, cuando no la falta total de líquido, desde el Departamento Ejecutivo municipal se espera disponer desde la próxima semana de una herramienta legal que le permita establecer un esquema de control y multas por el uso inadecuado del recurso.
Por tercer día consecutivo, barrios de la zona norte, como Universitario, Napostá y San Roque, y otros asentados en el sudeste, carecieron de líquido durante toda la jornada, conformando una coyuntura que adquiere con el paso de las horas mayor gravedad.
La falta de agua es casi total para los habitantes de estos sectores dada la imposibilidad técnica de la empresa ABSA de regularizar equitativamente la presión en la red.
Por eso los vecinos afectados por la falta de suministro dependen de que otros asentados en los barrios Palihue, Patagonia, Prensa, Millamapu y Palos Verdes, hagan un uso racional.
Si esas conductas solidarias se multiplicaran, los 9.000 metros cúbicos por hora que ABSA vuelca en la red alcanzarían para cubrir toda la demanda, según sostienen los directivos de la empresa.
Mientras la semana anterior, y a pesar de la baja presión existente, esos vecinos alcanzaban a llenar parte de los tanques de reserva durante la noche, en las últimas horas ni siquiera alcanzan a recuperar parte de esa agua.
El intendente Cristian Breitenstein mantuvo en las últimas horas conversaciones con el presidente de ABSA, Guillermo Scarcella, tratando de instrumentar un procedimiento que le permita establecer un sistema de sanciones para quienes hagan un uso indebido del recurso, en especial con fines de riego o recreativos.
"El lunes llegará a la ciudad gente de ABSA y durante la semana posiblemente llegue Scarcella con alguna respuesta para eso", señaló el jefe comunal.
Breitenstein espera disponer en las próximas horas de una herramienta que le permita accionar ante estos comportamientos e instrumentar intervenciones que impidan todo accionar que perjudique a la población.
Se recuerda que el control del consumo racional quedó en manos del jefe comunal desde el momento que el Concejo Deliberante resolvió que ese cuerpo no tenía facultades para instrumentarlos, delegando por ordenanza en el titular del Ejecutivo la decisión de disponer aquellas medidas que considere necesarias.
ABSA, por su parte, argumentó en varias oportunidades que no tiene ingerencia para ese tipo de intervenciones, postura opuesta a la que sostenían décadas atrás Aguas Corrientes y Obras Sanitarias de la Provincia cuando explotaban el servicio.
Universitario: "Así es imposible vivir"
Silvina vive en calle Zelarrayán al 1000 y desde hace al menos dos años sufre la baja presión en el servicio. Su casa está en el barrio Universitario, uno de los más afectados por la crisis hídrica y también por el pésimo estado de una red de distribución colapsada por el incremento en la cantidad de habitantes que registró la zona en la última década.
"Hace tres días que de la canilla no sale absolutamente nada, directamente no tenemos agua de red", señala con una mezcla de dolor e indignación.
La situación la sufren todos los habitantes del sector y ha derivado en situaciones insólitas e inesperadas para estos tiempos.
"Para lavar los platos y la ropa vamos a la casa de una vecina que junta agua de una perforación en su piscina. Con eso podemos ir zafando", explicó Silvina.
Consultada sobre la posibilidad de recurrir a los camiones aguateros que ABSA dispuso en distintos sectores de la ciudad, la mujer reconoció que recién ahora consideraron esa posibilidad.
"Ayer (por el jueves) tuvimos que comprar agua mineral para tomar e incluso lavarnos los dientes. Así que ya pensamos la alternativa de ir con bidones a los camiones", explicó.
Por último señaló que llamó al 0800 de ABSA buscando alguna respuesta, pero solo encontró una voz grabada.
"Uno trata de tomarlo con tranquilidad, pero es imposible vivir, porque además no sabemos hasta cuándo se va a mantener esta situación. Es una sensación deprimente que indigna", agregó.
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