Los ingenieros Juan Borus, del Instituto Nacional del Agua (INA), y Raúl Marsán, quien conoce la zona y los movimientos de agua desde hace más de 40 años, fueron convocados por la Municipalidad de Villa Paranacito para que brinden un informe a la población sobre los próximos eventos hídricos que se desarrollarán en la zona.
Los profesionales pusieron en alerta a todos los habitantes tomando en cuenta que llegaría un nuevo pico de creciente, esta vez desde el río Paraná, de grandes volúmenes, dentro de los próximos 10 días.
La Junta de Defensa Civil en pleno ratificó por unanimidad lo resuelto en la asamblea del 22 de diciembre, sobre la necesidad de asistencia mediante subsidio a toda la población, compuesta por 1.300 familias.
Además se planteó la necesidad de ayuda a los productores, que hoy sufren un desastre económico evaluado en un 90% del total, y cuya actividad está paralizada.
“La llegada de más agua a este lugar que se encuentra hoy totalmente cubierto en sus 197.000 hectáreas, salvo la población protegida dentro de los diques urbanos y el cerro poblacional, pone en estado de alerta a todos los responsables de las instituciones que componen el órgano”, manifestaron en un comunicado de prensa.
“Urge ahora pedir ayuda a la Provincia y la Nación. Necesitamos mercadería para asistir a más de 900 familias sin trabajo por causa de la creciente”, agregaron en el texto.
El máximo órgano de emergencia de Paranacito resolvió, ante el estado de situación, reiterar el pedido de subsidio similar al otorgado a la población de Concordia. Están solicitando 4.000 pesos para todas las familias de la localidad, tomando en cuenta que hoy son todos afectados por el agua, y que la producción local se encuentra totalmente suspendida.
Dicho documento es firmado por todos los representantes de las instituciones lugareñas.
La junta además resolvió solicitar ante los organismos correspondientes a nivel provincial y nacional la declaración de desastre hídrico productivo total.
Esto tiene que ver con la ordenanza emitida por la junta de fomento oportunamente y que además fue votada en forma unánime por los concejales.
Ante la posibilidad cierta del corte del único acceso a la localidad, se determinó el envío de solicitud ante la Dirección Provincial de Vialidad para la realización de terraplenes que garanticen la llegada del tránsito hasta el cerro industrial. En el caso de que estos sean superados pidieron que se realice una nueva limpieza del arroyo Sagastume, en el tramo que va desde el puente nuevo hasta el canal de acceso al cerro poblacional. Las autoridades quieren reforzar los embarcaderos ya construidos a tal fin, garantizando así la comunicación acuática y terrestre.
Producción. En el comunicado enviado a UNO se informó que, por otra parte, se solicitará una reunión con los máximos responsables de Agricultura de la Nación, y la Secretaría de la Producción de la Provincia para evaluar los daños que causaron los vientos en las plantaciones forestales de la zona, en especial las que hoy tienen tres años y medio, las cuales fueron devastadas en su totalidad. Las especies fueron plantadas con créditos forestales que aún no han sido abonados.
En referencia a los demás rubros productivos, se elaboró un padrón único para toda la localidad, destinado a los vecinos, cualquiera sea su actividad, que será expuesto públicamente durante la próxima semana.
La idea es incluir a todas las personas para que cuando eleven el pedido a los órganos competentes nadie se quede sin su subsidio.
NÚMERO
4.000 Pesos pedirán las autoridades para cada familia afectada. Es una cifra similar a la que recibieron los inundados en Concordia.
No hubo evacuaciones, pero temen por los desbordes de los arroyos
En Paraná, las lluvias ya son un castigo para los que menos tienen
Durante el fin de semana Defensa Civil ayudó a vecinos de Anacleto, Ramírez Sur, Nueva Ciudad y Humito.
Por la lluvia registrada durante la tarde noche del sábado y la madrugada de ayer se registraron más de 20 llamados a Defensa Civil de la Municipalidad solicitando frazadas, colchones, chapas y comida. Los más perjudicados por las últimas precipitaciones, que acumuló 56,1 milímetros de agua según la información oficial, fueron los habitantes de los barrios Anacleto Medina Sur, Ramírez Sur, Nueva Ciudad y Humito. Es decir que, en los cuatro puntos cardinales de la ciudad se registraron problemas con la tormenta de verano.
Los funcionarios municipales y provinciales aseguran que no se registraron problemas serios en la capital provincial y sobre la costa del Paraná. Aunque Roberto Destri, director de Defensa Civil de la Provincia, reconoció su “preocupación” por las fuertes lluvias que están cayendo. “El temor es que comiencen a desbordarse los arroyos”, reiteró el funcionario.
Cuando UNO le preguntó cuáles son los canales de agua que mayor riesgo corren, Destri contestó con un lapidario: “Todos”.
En Defensa Civil provincial tienen armado un plan de contingencia desde noviembre. “Con todo lo que nos pasó en estos últimos dos años el sistema de ayuda está muy aceitado. Estamos dando respuestas inmediatas. La verdad que lo único que nos falta es que aparezca un volcán”, ironizó Destri, haciendo referencia a las últimas inundaciones en la costa del Uruguay y las fuertes inclemencias que se han dado en otras localidades del centro de la provincia.
Tranquilo. En la oficina de Defensa Civil de la Municipalidad de Paraná hasta ayer estaban trabajando en forma normal y explicaron que todavía no hubo pedidos de evacuación.
La guardia de Defensa Civil trabaja en forma permanente todos los días. En el área recepcionan los pedidos que luego derivan a la dependencia que tiene dar respuesta a los vecinos. El sábado a la tarde, Jesús Núñez, director de Defensa Civil municipal, aseguró que unas 25 personas estaban en alerta para realizar cualquier tipo de auxilio a los damnificados.
En el municipio también saben que los problemas más graves pueden venir desde los arroyos.
Resistiendo. La situación de la proveeduría del complejo Thompson llama la atención porque sus administradores trabajan con el agua por arriba de los talones.
Las heladeras y los freezers fueron levantados en unos tacos de madera para que no se quemen. Unos turistas que estaban disfrutando de la playa le preguntaron al hombre de la barra si no era más conveniente colocar una bomba de agua para desagotar el lugar. La respuesta llegó con un dejo de resignación: “Por más que intentemos sacarla, en 10 minutos, se vuelve a llenar”, sentenció.
El sector de adelante del comercio se cubre de agua porque suben las napas y porque está un metro por debajo del nivel de la calle. En oportunidad de la obra del Complejo Playas del Thompson, en 2004, la advertencia y reclamo de los vecinos fue infructuosa.
Ver a la familia trabajando a pesar del agua, con el peligro que representa, es una postal más que deja la crecida del Paraná.
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