Los problemas de desbordes cloacales ya se volvieron casi una postal acostumbrada para los vecinos de la Capital, en particular para quienes viven en el norte de la ciudad.
Tal como lo reflejó en reiteradas oportunidades este diario, hay familias que hasta deben soportar vivir con los líquidos cloacales en la puerta misma de su vivienda, o bien hay quienes deben padecer que los desperdicios ingresen al lugar donde deben comer o dormir.
Los peores casos se registraron en los barrios Altos de Choya, 11 de Mayo, Parque América, La Victoria y otros del sector norte capitalino. Allí las tapas de las cloacas literalmente se levantaron y dejaron fluir con libertad lo que debe circular por las cañerías para no poner en riesgo la salud de la población.
Y eso no es todo: tras las lluvias del 30 de diciembre y del 6 de enero pasado, el sistema entró en un virtual colapso porque se saturó la capacidad de transporte de las cañerías instaladas.
En parte, esto ocurrió porque las tapas de las bocas de registro (ubicadas en las esquinas de los barrios especialmente) se levantaron por la cantidad de agua que ingresó a la red. Al quedar abiertas, ingresó dentro de las cañerías una cantidad enorme de piedras y arena que eran transportadas por la fuerza del agua caída.
En consecuencia, la red quedó colapsada, y aún no hay una solución a la vista para resolver el drama de la gente.
Explicaciones
Consultados por este diario, los responsables de la empresa Aguas de Catamarca señalaron dos motivos para explicar la saturación de la red:
1. Los vecinos construyeron ampliaciones de sus domicilios y conectaron los desagües pluviales (del agua de lluvia) directamente a un caño de la cloaca, con lo cual se ahorraron la instalación de un caño que saque el agua directamente a la calle, como debe ser. Con las lluvias, la cañería de cloacas se colapsa por la cantidad de agua que ingresa, y provoca los desbordes.
2. El sistema está superado en su capacidad por el crecimiento poblacional que se produjo en la Capital, y particularmente por la cantidad de vecinos que se añadieron hacia el sector norte. "Esto ocasiona que se supere la capacidad de transporte de las colectoras máximas, sobre todo las Colectoras Oeste, Centro y Este. Para resolverlo, ya está en ejecución un by pass de la Colectora Este que alivia la zona Centro y Este, donde se producen los mayores desbordes", se informó a El Ancasti.
2 Equipos de desobstrucción de cloacas tiene la empresa y se rompieron luego de la tormenta del 30 de diciembre. Tras la lluvia del 6 de enero, no se podía contar con ellos.
Agua servida dentro de la casa
Entre otros, el caso más dramático de desborde cloacal en la ciudad lo sufrió la familia Reinoso, en el barrio El Milagro.
La familia aún debe convivir con olores nauseabundos y el agua servida dentro de su domicilio a raíz de problemas en el desagüe cloacal que se encuentra a escasos metros del domicilio.
Daniel Reinoso le dijo a El Ancasti que la situación se agravó en los últimos días y luego de la torrencial tormenta del 6 de enero, cuando los líquidos cloacales comenzaron a salir por los resumideros de la cocina y el baño. La cantidad de agua acumulada fue tal que se vieron obligados a realizar un agujero en la pared para que ésta saliera por algún lugar hacia la calle.
Pero las fallas en este servicio no ocurren sólo en la Capital. En Fray Mamerto Esquiú, los vecinos de la localidad de Sierra Brava aún esperan que los municipios se decidan a comenzar la construcción de un sistema de cloacas para la gente, que debe convivir con el desborde casi cotidiano de los pozos negros disponibles.
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