La rotura de una bomba impulsora de líquidos cloacales de la estación elevadora ubicada en la Bajada Cero de este balneario provocó que durante varias horas las aguas servidas cayeran directamente al mar.
El derrame se inició cerca de las 9 de la mañana y recién pasadas las 14, operarios de Aguas Rionegrinas –ARSA-, lograron controlarlo. No obstante, el artefacto averiado iba a quedar reparado y colocado a más tardar hoy, por lo que se temía que anoche se produjeran nuevos vertidos, pues es el momento en que se vuelve de la playa y mayor uso se le da al sistema cloacal.
Los primeros en detectar el inconveniente fueron integrantes del cuerpo de guardavidas que pasaron por el lugar. Notaron que de un cañadón que aparece entre el acantilado escurría un torrente de agua que desembocaba con fuerza en el mar. Era de tal magnitud el riacho, que debieron colocar dos tablones de madera a modo de puente para que pudieran atravesarlo los veraneantes que se aprestaban a disfrutar de la playa. Incluso advirtieron que no era conveniente quedarse allí a algunas personas que preparaban el operativo para instalarse. Según relataron testigos y vecinos del sector, era insoportable el olor que se percibía a metros de distancia, y abundaban moscas y mosquitos.
Generó también gran preocupación el hecho de que la corriente de aguas putrefactas traspasaron la arena, siguieron por la restinga y desembocaron en una de las piletas artificiales construidas en la superficie rocosa, muy visitada por los bañistas.
Los guardavidas que custodian este atractivo, al ver que caían los líquidos sin control, decidieron clausurarla preventivamente, medida que se mantenía hasta la tarde.
Esperaban que los movimientos de la marea limpiaran la suciedad para volver a habilitarla.
Técnicos de ARSA se disponían a reparar la bomba elevadora que se había averiado, y que generó que se resintiera el sistema. Hoy estaría en condiciones de ser colocada nuevamente. Mientras tanto la estación de bombeo continuará funcionando con otras dos máquinas que completan la planta, ambas de menor potencia.
Víctor Basile, jefe local de ARSA, expresó que confiaba en que los dos aparatos que seguían en marcha dieran abasto hasta instalar la tercera. La inquietud se genera en que al llegar la tarde una multitud de veraneantes vuelven a sus lugares de hospedajes y la mayoría se ducha de una vez. Esa simultaneidad produce, por un lado, que aumente de manera extraordinaria el uso del agua, y por otro que se exija al máximo el sistema de evacuación.
Accidente
Si bien los primeros trascendidos indicaban que la estación elevadora había dejado de funcionar porque se había introducido una prenda de vestir por una cañería cloacal y eso había generado el colapso, Basile aclaró que en realidad el problema fue en la bomba de mayor potencia que posee el predio. Según explicó, un aro de bronce del mecanismo se salió de lugar, e hizo que el motor se detuviera. Eso dejó en funcionamiento las otras dos bombas, pero como son de menor fuerza no alcanzaron a aportar la energía necesaria, salieron de servicio y el agua podrida retrocedió y comenzó a fluir libremente hacia la costa.
El profesional indicó que para minimizar consecuencias ambientales, un camión del Municipio arrojó hipoclorito de sodio –lavandina- para desinfectar esa parte de la playa.
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