El temporal que se abatió ayer a la madrugada sobre casi todo el país alcanzó una fuerza inusitada sobre el área metropolitana, con vientos que superaron los 80 kilómetros por hora. Una velocidad suficiente como para arrancar de cuajo o mutilar a unos 220 árboles, sólo en la ciudad de Buenos Aires, según el cálculo que difundió anoche el gobierno porteño. No hubo víctimas por milagro, sobre todo porque el fenómeno ocurrió de madrugada, pero sí se registraron muertes en otros puntos: un joven murió electrocutado al derrumbarse sobre él un poste de alumbrado, en la localidad de Caseros, partido de Tres de Febrero, y otras tres personas fallecieron en accidentes producidos durante el temporal. Al menos 60 personas debieron ser evacuadas en la provincia de Buenos Aires por la voladura de techos en Berisso y Ensenada –donde el viento alcanzó los 100 kilómetros por hora– y en Salto, provincia de Buenos Aires, donde se registró un tornado. El temporal provocó daños también en otras cinco provincias.
Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Santiago del Estero sufrieron las consecuencias del temporal que se caracterizó por ser fuerte en algunas zonas puntuales, con vientos muy intensos. El hecho más grave ocurrió en la localidad bonaerense de Caseros, partido de Tres de Febrero, donde un hombre de entre 25 y 30 años que caminaba por la esquina de Potosí y Fischetti fue alcanzado por la caída de un poste luz y falleció en el acto. El director de Defensa Civil de ese municipio, Ricardo Torres, dijo que el joven murió electrocutado al desprenderse cables de un poste eléctrico por el fuerte viento.
El fenómeno se inició en las primeras horas del martes y continuó hasta entrada la mañana. En Ezeiza, la ráfaga máxima fue detectada a las 2.36 con una velocidad de 108 kilómetros por hora, explicó Jorge Leguizamón, difusor de turno del Servicio Meteorológico (SMN). El especialista sostuvo que el temporal se originó en “un frente frío que avanzó desde el sudoeste del país y pasó por la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos”. Agregó que el fenómeno “tocó Santiago del Estero –aunque no con la misma intensidad– y se desplazó hacia el no-reste del país, Corrientes, el norte de Uruguay y el sur de Brasil”.
La ciudad de Buenos Aires resultó afectada por la caída de unos 220 árboles, 20 de ellos sobre automóviles y la voladura de algunos techos, uno de los cuales cayó en la estación de servicio situada en avenida Córdoba y Alem. Además una nena resultó herida por la voladura de un cartel en Vélez Sarsfield al 500, de donde fue trasladada al Hospital Penna, confirmó una fuente de Emergencias del gobierno porteño. El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, se defendió ante el desastre al afirmar que “con vientos así no hay árboles que aguanten”. Los barrios porteños más afectados fueron Coghlan, Palermo, Villa Urquiza, Barrio Norte y Almagro.
En la provincia de Buenos Aires, además de Tres de Febrero, otros trece distritos sufrieron las consecuencias del temporal, especialmente el de Salto, en el noroeste provincial, donde el viento generó la voladura de al menos 50 techos, caída de árboles y cortes de electricidad. El intendente Oscar Brasca de la localidad de Gahan, la más perjudicada, informó que no hubo víctimas fatales y que ocho personas debieron ser evacuadas en el hospital, el único lugar que tenía electricidad. Además, hubo serios destrozos en la delegación municipal, el cuartel de bomberos y unas 22 casas particulares, mientras que también voló el techo de una escuela.
En Rauch fueron evacuadas 50 personas por la voladura de techos de sus casas, mientras que también hubo destrozos similares en 9 de Julio, Bragado, Chivilcoy, Pergamino, Berisso, Ensenada, Berazategui, Florencio Varela, Quilmes, Magdalena y Marcos Paz. También fue interrumpido el tránsito sobre la ruta 31 en el partido de Salto, así como en las colectoras de la Ruta Nacional número 9, a la altura de la localidad bonaerense de Zárate, en los kilómetros 93 y 99.
En Entre Ríos resultaron afectadas las ciudades de Paraná, Crespo, Diamante, Concepción del Uruguay, Gualeguay, Colón, Ceibas, Villaguay y Victoria, con voladuras de techos, caídas de árboles y postes de luz, anegamientos temporarios de viviendas y falta de electricidad.
La ciudad pampeana de Santa Rosa también resultó perjudicada por cortes de energía eléctrica. Un similar panorama se vivió en la ciudad de Santiago del Estero, donde viviendas precarias sufrieron la voladura de sus techos.
El temporal también afectó a distintos barrios de la ciudad de Córdoba y a varias localidades del valle de Punilla, que no tuvieron luz por la caída de una línea de alta tensión, mientras que en las ciudades de Santa Fe y Rosario hubo voladura de techos, caída de árboles y carteles de chapa.
El temporal generó además varios accidentes de tránsito. El más grave tuvo lugar en la Ruta Provincial 18, a la altura de la localidad entrerriana de Viale, donde un hombre murió y otros 20 resultaron heridos a raíz del vuelco de un ómnibus de larga distancia. En la Ruta Nacional 14, en cercanías de Concordia, un hombre falleció a las 7.30 al chocar de frente la camioneta que conducía con otra.
“El panorama es desolador”
La lluvia y los fuertes vientos que descargaron su furia en varios puntos del país también dejaron su rastro en los distritos de Berisso y Ensenada. Este último fue uno de los partidos bonaerenses más afectados por el temporal. “En la ciudad hubo ráfagas superiores a los 100 kilómetros por hora, algo nada usual en Berisso”, aseguró Raúl Midhi, oficial del cuartel de bomberos local.
“El estado de los barrios es desolador; hay casas absolutamente derrumbadas y familias que han perdido todo”, describió la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, tras su recorrida por el municipio, en la que entregó, además, ayuda para los damnificados. Producto de este fenómeno meteorológico, en el centro de Berisso se registraron voladuras de techos y cientos de árboles y postes de luz caídos, aunque no se registraron heridos.
La ministra de Desarrollo Social recorrió Ensenada y luego de una reunión con el gobernador bonaerense Daniel Scioli y con el intendente local, Mario Secco, resolvió enviar chapas, colchones y frazadas para las familias evacuadas. Además, para paliar la situación de los damnificados, desde hoy se coordinarán las guarderías para los niños, dado que muchos adultos no quieren abandonar sus terrenos y los pocos objetos personales que les quedaron, informó una fuente de la cartera social.
En Berisso, los bomberos evacuaron principalmente a aquellas personas que viven en el barrio Nueva York, a la altura del ingreso al centro del distrito y también a lo largo de la avenida principal, Montevideo. Desde la madrugada, cinco dotaciones de bomberos –integradas por un total de 30 hombres– rescataron a las familias que estaban en riesgo de sufrir inconvenientes por las voladuras de techo. Además, enviaron a adultos y niños al cuartel para ser asistidos, y luego los derivaron a los centros de evacuación.
OPINION
Opinión / El dengue llama, Macri no responde
Por Jorge Selser *
El vector del dengue, el mosquito Aedes aegypti se detectó en la ciudad de Buenos Aires en 1995 y, de acuerdo con cifras oficiales del Ministerio de Salud, en el año 1999 hubo en la ciudad un total de 10 casos confirmados de esa enfermedad. En 2007 los enfermos de dengue llegaron a 246 y de ellos 107 vivían en esta capital.
En el año 2009 la cifra de enfermos confirmados serológicamente se incrementó llegando a 415, quedando establecido que 191 de esos enfermos eran porteños. El número de afectados pasó de 10 en 1999 a 415 casos en una década
Repasando las cifras, el incremento ya era llamativo en 2007, por lo que este tema no es nuevo ni inesperado para la gestión macrista.
También se sabía oficialmente que de esos 191 casos confirmados en residentes de la ciudad durante el año 2009, 108 vivían en la zona sur y fueron atendidos en los hospitales Santojanni, Piñero, Penna y Argerich, ciertamente los nosocomios más ignorados de esta gestión.
En la zona sur los barrios precarios, a la vera del Riachuelo, conviven con cementerios de autos, como el de Lugano, que son foco de múltiples enfermedades, hábitat de roedores y caldo de cultivo de mosquitos.
En toda la ciudad, pero allí especialmente, era de suma importancia para la prevención de la enfermedad el adecuado manejo de residuos, sobre todo de los recipientes abandonados en domicilios y en espacios públicos que se transformaron en criaderos para el vector del dengue.
Por eso los objetivos a cumplir, según el criterio de los epidemiólogos del Ministerio de Salud, consistían en realizar durante julio y hasta mediados de septiembre de 2009, una escrupulosa campaña estatal destinada a reducir o eliminar los huevos antes del inicio de la actividad larvaria. Pero estos objetivos no se cumplieron por varios motivos. Durante el mes de agosto el gobierno de Macri estuvo abocado a la defensa de su ex jefe de policía, hoy encarcelado, Jorge “Fino” Palacios. En el mes de septiembre el jefe de Gobierno estaba embanderado en la defensa de la cuestionada ex procuradora porteña Daniela Ugolini, quien era su candidata para integrar el Tribunal Superior de Justicia de la ciudad. Menos de dos meses después, Macri intentaba despegarse de las escuchas clandestinas de Ciro James. Para esas épocas, el ministro de Ambiente y Espacio Público estaba muy ocupado tratando de demostrar que la UCEP no era una patota, sino un grupo de eficientes empleados dedicados a otro tipo de limpieza del espacio público, que nada tenía que ver con huevos ni larvas de mosquitos.
Finalmente, Piccardo perdió su cargo y Santilli empezó a fumigar a mediados de diciembre, cuando el Aedes aegypti ya había llegado a su forma adulta. La torpeza política de Macri le impidió hacer prevención del dengue y gracias a ello, hoy la salud de los vecinos de la ciudad está en riesgo.
Paralelamente, los reflejos del ministro de Salud, Jorge Lemus, no fueron más rápidos que los de su jefe y recién el 17 de diciembre, desde la Subsecretaría de Atención Integrada de Salud, envió el instructivo sobre vigilancia epidemiológica del dengue a los hospitales y centros de salud.
Sin embargo, Lemus parece seguir al pie de la letra las recomendaciones del inconsistente afiche oficial de prevención que reza: “Sin agua no hay huevos, sin huevos no hay larvas... etc. etc.”. Por eso durante los primeros días del año, en la sede del Ministerio de Salud ubicada en Carlos Pellegrini 313, no hubo agua en los destruidos baños. No alcanzó para disminuir los mosquitos pero, como denunciaron los trabajadores, la falta de limpieza incrementó el número habitual de cucarachas.
* Legislador porteño, designado presidente de la Comisión de Salud. |
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