La ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense y buena parte del interior del país amanecieron ayer dramáticamente golpeados tras el temporal de viento y lluvia que se desató durante la madrugada, después de un lunes sofocante. El saldo: un muerto, dos heridos, 60 personas evacuadas, accidentes viales de diferente gravedad y una sucesión de árboles caídos sobre vehículos, veredas y avenidas.
Mientras Defensa Civil dedicó el día a limpiar las calles anegadas de ramas y cables cortados, los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional estudiaban las características del fenómeno, llamativo sobre todo por la virulencia de las ráfagas de viento que en algunos sitios llegaron a los cien kilómetros por ahora, lo que se corresponde con un huracán. A los expertos, además, les provocó impresión la extensión del frente de tormenta, que cubrió desde Capital Federal hasta Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, norte de la Patagonia y noreste.
Pero el hecho más grave ocurrió en la localidad bonaerense de Caseros, partido de Tres de Febrero, donde un hombre de entre 25 y 30 años que caminaba por el cruce de Potosí y Fischetti fue alcanzado por la caída de un poste luz y falleció en el acto. El director de Defensa Civil de ese municipio, Ricardo Torres, explicó que el joven murió electrocutado al desprenderse, debido al viento intenso, los cables de alta tensión de un poste eléctrico.
Otros 13 distritos bonaerenses sufrieron las consecuencias del temporal. En Salto, en el noroeste provincial, el viento generó la voladura de al menos 50 techos, caída de árboles y cortes de electricidad. En Rauch fueron evacuadas 50 personas. También hubo destrozos similares en 9 de Julio, Bragado, Chivilcoy, Pergamino, Berisso, Ensenada, Berazategui, Florencio Varela, Quilmes, Magdalena y Marcos Paz.
En la ciudad de Buenos Aires cayeron 220 árboles, 20 de ellos sobre automóviles, y volaron varios techos. Además, una nena resultó herida por la voladura de un cartel en Vélez Sarsfield al 500. Los barrios porteños más afectados fueron Coghlan, Palermo, Villa Urquiza, Barrio Norte y Almagro, donde los vientos alcanzaron los 60 kilómetros por hora y cayeron hasta las 6 de la mañana 22 milímetros de agua.
En Entre Ríos, donde al igual que en Santa Fe también hubo víctimas fatales, resultaron afectadas las ciudades de Paraná, Crespo, Diamante, Concepción del Uruguay, Gualeguay, Colón, Ceibas, Villaguay y Victoria. El temporal también afectó a distintos barrios de la ciudad de Córdoba y a varias localidades del valle de Punilla, que no tuvieron energía eléctrica por la caída de una línea de alta tensión, mientras que las ciudades de Santa Fe y Rosario hubo voladura de techos, caída de árboles y carteles de chapa.
El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, dispuso la emergencia hídrica en la provincia a raíz de las lluvias caídas en las últimas semanas y la crecida del río Paraná.
Si bien el alerta se mantenía, desde el Servicio Meteorológico adelantaron que las condiciones climáticas comenzarían a mejorar y para hoy no están previstos nuevos fenómenos extremos como el de ayer.
Un clima cada vez más hostil
Los vientos huracanados que en la madrugada de ayer afectaron a buena parte del país no desentonan con el panorama de fenómenos climáticos cada vez más agresivos que viene padeciendo la Argentina en los últimos años. Meses atrás, el meteorólogo de Naciones Unidas Osvaldo Canziani le explicaba a Crítica de la Argentina que el clima se “estaba tropicalizando” peligrosamente a causa del calentamiento global. El especialista subrayaba que la aparición de tornados, aludes y otros fenómenos de tal magnitud serán cada vez más frecuentes. |
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