Las huellas del fuerte temporal que el lunes a la noche sacudió a la región se siguen haciendo sentir en el partido de Junín, con un conjunto nutrido de familias que no tienen luz ni agua desde el preciso momento en que se desató la tormenta. La falta de esos servicios subsistía hasta anoche en distintos puntos de la zona rural del distrito, castigados por el accionar de un viento que –de igual modo que en los barrios de la ciudad pero en mayor proporción- derribó árboles, postes de luz y cortó parte del cableado energético.
Uno de los sectores más maltratados por las secuelas del fenómeno climático es el paraje “La Agraria”, donde muchos hogares se encuentran en penumbras, con las canillas secas y, lo más dramático, sin certezas de cuándo se irá a solucionar el problema.
Lo que genera tanto escepticismo es la flaqueza de recursos de la cooperativa eléctrica que trabaja en esa parte del mapa campestre: hay un solo operario para recorrer un montón de establecimientos y reparar las anomalías producidas en el tendido de energía. La asistencia de la empresa brilla por su ausencia.
“Hace 36 horas que estamos en estas condiciones, sin luz ni agua. Hace un rato tuvimos que ir a comprar tres botellas de agua mineral a una estación de servicio para hacer la comida y lavar las cosas que se fueron ensuciando desde que se cortó todo, pero no podemos seguir así. Acá viven familias, con hijos chiquitos y por lo menos el agua es indispensable”, expresó Julia, quien vive junto a su esposo y sus tres criaturas en un establecimiento agropecuario.
En la ciudad, a oscuras
Un panorama idéntico se vivió hasta ayer pasado el mediodía en distintos barrios de la ciudad, en los que la falta de luz continuaba afectando a domicilios particulares y sobre todo a comercios.
Un testimonio sobresaltado del efecto que el apagón estaba causando lo dio un carnicero del barrio “La Celeste” que se comunicó con La Verdad, más que preocupado, desesperado por lo que pudiera ocurrir con el estado de la mercadería si el corte se prolongaba.
Todo, producto de las pronunciadas ráfagas de viento provenientes del sector sur (alcanzaron los 70 kilómetros por hora) que ocasionaron destrozos en diversos puntos del distrito.
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