Dejó de llover en Salta y, después de una semana cargada de tensiones, llegó la calma para una decena de poblados del norte santiagueño, donde todavía quedan alrededor de doscientas personas aisladas por las aguas del río Salado, cuyo caudal empezó a bajar desde ayer y esto permitió declarar el cese del estado de alerta para la zona.
Así lo informaron funcionarios de Defensa Civil y de Recursos Hídricos de la provincia, luego de recibir un parte de la oficina de la Hidroeléctrica Cabra Corral, en Salta, desde donde indicaron que el ingreso de agua hacia el dique El Tunal empezó a bajar desde la noche del miércoles para derivar a suelo santiagueño 53 metros cúbicos por segundos, casi tres veces menos de lo registrado hace exactamente una semana, cuando se llegó a liberar hasta 193 metros cúbicos, en los días de intensas lluvias en la vecina provincia.
Precisamente, ésta fue la causa principal de la repentina crecida del río Salado, que empezó a desbordar en al menos cuatro puntos en su largo recorrido por los departamentos Copo, Alberdi, Pellegrini y Jiménez.
Hasta el domingo –según las estimaciones de quienes trabajan en la zona- todo volvería a la normalidad, restableciéndose el nivel habitual del río, lo que permitirá a los operarios de distintas áreas de la provincia intensificar los trabajar de fortalecimiento de las defensas.
Precisamente, personal de Recursos Hídricos, de Vialidad y pobladores de la zona de Villa Nueva, en el departamento Jiménez, no quisieron esperar más y ayer mismo comenzaron el levantamiento de los taludes en un sector cercano al paraje Tacañitas, sitio donde se había producido una rotura en el borde del río y el agua había comenzado a avanzar hacia lugares habitados como San Gregorio, Los Puestos y Lomitas.
Mucho más abajo, en Villa Matará, departamento Juan Felipe Ibarra, también se hicieron trabajos de refuerzo de bordos para prevenir desbordes.
Mientras tanto, desde ayer se hacen monitoreos a los largo del cauce, para tratar de revisar el estado de las defensas de las zonas más expuestas y levantar terraplenes que permitan frenar un posible escape del agua en caso de que se produzca una nueva crecida.
RELEVAMIENTO
Casi doscientas personas aun permanecen aisladas.
Un relevamiento realizado por personal de Defensa Civil de la Provincia en la zona más afectada por la crecida permitió determinar que son alrededor de doscientas las personas que están aisladas por los desbordes en distintos tramos del río, en los departamentos Jiménez, Copo y Pellegrini.En el departamento Jiménez –según detallaron- quedaron sin vías de comunicación terrestre cerca de ochenta pobladores repartidos entre los parajes San Gregorio, Lomitas, El Cadillal, Chañar Bajada, Laguna Blanca, Villa Nueva y El Portezuelo.En Copo hay un centenar de afectados en Candelaria, Villa Matoque y Los Arroyos, mientras que en Pellegrini quedaron aislados cerca de veinte habitantes de Pozo Blanco.
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