El presidente de la Fundación Chadileuvú, Héctor Gómez, sostuvo ayer que el reclamo de La Pampa por el Atuel “no es para que por el río corra agua salada”. Lo dijo al ser consultado por LA ARENA tras conocerse la noticia de la construcción de un canal por parte de Mendoza, que llevará agua de drenaje desde el paraje denominado La Marzolina hasta el río Atuel. Cuando la obra esté terminada se espera que genere un ingreso permanente de agua a La Pampa a través del cauce de ese curso fluvial, pero tendrá un alto contenido salino. “Nosotros estamos luchando para recuperar una parte del río robado, que es un río de agua dulce y no de agua salada”, reclamó Gómez.
Mendoza, con esta obra, pretende favorecer el ingreso permanente de agua como dando cumplimiento al inciso “k” del convenio firmado en agosto del año 2008 por los gobernadores de ambas provincias. “De acuerdo a lo que veo, esto no es producto de la generosidad de Mendoza sino que responde a los intereses de los productores mendocinos que tienen problemas de suelos anegados y salinos. Es una solución a un problema de ellos”, indicó el presidente de la Fuchad. De todas maneras, admitió que “es mejor que pase algo de agua, aún salada y no apta para el riego, a que no pase nada”, aunque insistió que el proyecto mendocino “no tiene nada que ver con el reclamo”.
El canal conectará el área de drenaje de las fincas de General Alvear y Carmensa con el cauce del río Atuel. Cuando esté terminado, esa conducción llevará el agua acumulada en los parajes La Marzolina y Nueva Italia rumbo al Atuel. La Marzolina y Nueva Italia son las zonas de descarga de las áreas bajo riego de Carmensa y General Alvear, por lo tanto se trata de aguas con alto tenor salino. El canal en construcción permitiría desagotar en parte la zona anegada, y con ello Mendoza lograría un principio de solución a los reclamos de los pobladores del lugar, que se quejan porque sus campos están inundados e improductivos por la salinización.
–¿Entiende que esta obra satisface lo que acordaron los gobernadores?
–No creo que pueda ser tomado en cuenta como de cumplimiento del acuerdo. Allí se habla de 5 metros cúbicos por segundo, pero de agua de calidad del río, es decir, de agua que se recupera por impermeabilización de los cauces, y no de agua de colas de riego o aguas de drenaje. Por supuesto que mejora algo para La Pampa porque tenemos agua para bebida del ganado, pero no para riego.
–O sea, el inciso “k” estaría lejos de cumplirse.
–La reflexión que puedo hacer es que si los mendocinos creen que nos vamos a quedar conformes con este caudal salado están equivocados. Antes que el río esté seco es mejor que traiga algo, pero no es lo que queremos y esto responde más a los intereses mendocinos que a otra cosa.
–¿Usted ve una actitud positiva por parte de las autoridades pampeanas para que Mendoza cumpla con el acuerdo como debe ser?
–Yo estoy seguro de que las autoridades no están nada conformes, ningún pampeano puede estarlo. Ellos (por el gobierno pampeano) están luchando para recuperar el río y estoy convencido de que no van a tomar esto como algo que satisfaga las reivindicaciones que reclamamos los pampeanos. Es un pequeñísimo paso adelante, pero en realidad no soluciona nada
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