La Entidad Binacional Yacyretá advirtió sobre una histórica crecida del río Paraná prevista para febrero, atendiendo el gran volumen de agua que se prevé seguirá recibiendo este año. De acuerdo al informe elaborado por técnicos de la entidad, "previsiones de superávit hídrico implican volúmenes de aporte de importancia, que incluso podrían ser mayores que los que el río aporta en la actualidad. En tal sentido, no deberían descartarse crecientes de cierta magnitud, en especial durante los meses de febrero y de marzo de 2010”. Ante ello, advierten sobre el impacto sobre la represa paraguayo-argentina y sobre la necesidad de realizar evacuaciones en su zona de influencia.
El reporte señala que se están cumpliendo las previsiones informadas en su momento por diferentes centros de referencia en análisis climáticos (nacionales y extranjeros) y las últimas estimaciones de dichos centros de referencia indican un fortalecimiento del fenómeno climático “El Niño”, lo que implica un verano y otoño próximos igual de lluviosos que el último trimestre del año anterior.
Estas nuevas crecidas obligarán a evacuaciones de la población ubicada en la zona de influencia de la represa.
Sostiene al respecto que la “temporada lluviosa por el Fenómeno del Niño debe servir como indicador de incidencia en la dinámica atmosférica en las áreas de aporte al embalse de Yacyretá durante el verano y otoño próximos”.
Al trazar una comparación con el primer trimestre del año 2009, menciona que estos meses “en términos estadísticos son de por sí los de mayor hidraulicidad media del año. En tal sentido, previsiones de superávit hídrico implican volúmenes de aporte de importancia, que incluso podrían ser mayores que los que el río aporta en la actualidad. En tal sentido, no deberían descartarse crecientes de cierta magnitud, en especial durante los meses de febrero y de marzo de 2010”.
Al respecto, alertó que “se han identificado algunas similitudes entre lo sucedido durante los meses de octubre y noviembre de 2009, y lo ocurrido en el último trimestre de los años 1989 y 1996, en cuanto a la magnitud de los caudales máximos y la persistencia de los volúmenes de derrame”. |
|
|