La capital de Chaco, conmocionada por los efectos de la creciente del Paraná, se convirtió ayer en una zona de desastre con la inundación de la ciudad como consecuencia de una lluvia que superó los 150 milímetros, acompañada de vientos de 100 km/h.
Las ráfagas de viento provocaron la voladura de techos en los barrios Fonavi, la caída de 120 árboles y una cantidad similar de columnas del sistema de energía eléctrica de la ciudad, del sistema telefónico y de canales de cable, además del anegamiento en varios sectores.
El número de evacuados ascendía a unas 200 personas, que fueron alojadas en establecimientos educacionales, pero muchas otras se negaban a abandonar sus inundadas viviendas por temor a los robos.
Poco después de las 9.30 de anteayer, al desatarse la tormenta sobre la capital provincial, la intendenta Aída Ayala convocó a su gabinete e impartió órdenes para enfrentar la emergencia, con la disposición de personal y equipos de las distintas áreas que intervienen en estos casos. También el gobierno provincial puso en alerta a sus funcionarios frente a la inundación.
A las pocas horas de iniciado el fenómeno meteorológico, los vecinos comenzaron a pedir auxilio, especialmente los de los barrios San Cayetano, Provincias Unidas y Santa Inés, en el oeste de la ciudad, habitantes de los primeros grupos de viviendas Fonavi. La tormenta provocó que se volaran techos de las casas y se dañara parcial y hasta totalmente los bienes de las personas, pues quedaron a la intemperie.
Por otra parte, la tormenta que comenzó a tomar violencia en las primeras horas de la madrugada y se hizo sentir con intensidad alrededor de las 5 de ayer, con ráfagas de casi 100 kilómetros por hora, derribó árboles, columnas de alumbrado eléctrico y telefónico, y carteles de los comercios.
Cayeron más de cien columnas que sostenían el sistema de energía eléctrica en varios barrios, o bien columnas del sistema de teléfonos y de canales de cable, con el consiguiente riesgo para la seguridad de los habitantes. Se requirió la presencia de operarios de la empresa Secheep, que ya había realizado cortes preventivos.
Trabajos de urgencia
El área de Paseos y Jardines del municipio recibió en las primeras horas de ayer 56 solicitudes de intervención por árboles caídos, cifra que ya al mediodía superaba las 120 especies abatidas por la tormenta.
Varios barrios de la ciudad, como 13 de Diciembre, Villa Elisa, Ministro Rawson, Luzuriaga y Villa Puppo, entre otras zonas, se vieron anegados por la gran cantidad de agua caída en pocas horas, donde trabajaron cuadrillas y máquinas a fin de destapar zanjas y canales que estaban taponados por ramas y por basura.
"Resistencia está en un pozo y han caído entre 130 y 185 milímetros. Lo que empeora el panorama es que tenemos las compuertas del río Negro cerradas por la altura del Paraná y, además, algunas bombas no funcionaron por falta de suministros de energía", explicó Cristina Magnano, titular de la Administración Provincial del Agua.
Al mediodía de ayer, el suministro eléctrico se normalizaba paulatinamente, pero gran parte del Gran Resistencia se encontraba inundado.
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